El Origen de los Guardianes: Hay que proteger al niño que hay en ti

viernes, noviembre 30, 2012 | Comments

rise_of_the_guardians_ver8_xlgDesde que empezó a ofrecerle competencia a Pixar, Dreamworks ha sido visto como el primo bonchón y talentoso que consistentemente demuestra que “tiene con qué” aunque le falta la sensibilidad de la gente de la lamparita. Desde hace unos años para acá, sin embargo, en especial desde Cómo Entrenar a Tu Dragón, han demostrado que no sólo están para risas, sino que hay un corazón de oro latiendo debajo de toda esa joda. Con El Origen de los Guardianes, Dreamworks finalmente logró algo que sólo Pixar había hecho en su categoría: me hizo llorar.

Desde tiempos inmemoriales, El Hombre en la Luna (quienquiera que sea ese) designó a los Guardianes para proteger por la inocencia de los niños en el mundo. Ahora San Nicolás (Alec Baldwin), el Hada de los Dientes (Isla Fisher), el Conejo de Pascua (Hugh Jackman) y el Arenero buscan al irreverente Jack Frost (Chris Pine, de Star Trek) que tiene el secreto para contrarrestar la amenaza de Pitch (Jude Law), el Coco, sobre su existencia y la de todos los niños.

excelente-conmovido[6]Basada en una serie de libros de William Joyce, Guardianes parece mandada a hacer para Dreamworks dada la irreverencia de sus personajes, pero no se dejen engañar ni por un instante: esta película les convencerá de lo importante que son estos personajes, el por qué existen y por qué hacen lo que hacen. Parte de ser niño es de sentirse seguro, que el mundo ofrece maravillas que están ahí aún por descubrir, y los Guardianes están ahí para asegurarse que no la pierdan sino hasta que estén listos para crecer y enfrentarse al mundo solos. Salí de aquí añorando mi infancia como nunca y ansioso de tener un hijo al que le pueda transmitir estas emociones.

Este el debut del director Peter Ramsey luego de trabajar en los storyboard de, entre otras, Minority Report, Fight Club, Adaptation y Panic Room, y el guionista David Lindsay-Abaire, aunque también escribió los guiones de Robots e Inkheart, es más conocido como dramaturgo, habiendo adaptado su libreto para la contundente Rabbit Hole. Si además añaden que uno de los productores ejecutivos es un tal Guillermo del Toro, la irreverencia de los personajes se puede entender, sin mencionar lo básico de las emociones que surgen a fondo. El diseño de San Nicolás es quizá mi favorito, porque si lo piensas, ¿no hace sentido que hable con acento eslavo? Y si vas a poner a Wolverine a prestarle su voz a un conejo, ¿no es obvio que lo vas a hacer experto en bumerangs y… australiano? Incluso lograron meter el detalle que el Hada de los Dientes es conocida en el norte, pero por estos lados es el Ratón Pérez.

He leído en muchas partes que los adultos podrían considerar esta un poco demasiado infantil, comparada con Shrek o El Gato con Botas, que tenía varias referencias para los papás. Yo digo que el adulto que piense así olvidó de lo que era ser niño por completo. Un consejo: cuando vayan a llevar a su hijo o sobrinito o primito a ver El Origen de los Guardianes, vean la maravilla en sus ojos cuando vean esos personajes a los que sus papás les contaban a ustedes mismos cuando tenían esa edad. Recuerden la emoción de ver una moneda debajo de la almohada cuando pierden un diente, o Dios mío, cuando están los regalos debajo del árbol en Navidad. Recuerden eso, y díganme si de verdad quieren vivir en un mundo donde no hayan historias así.

The Bourne Legacy: ¿Por qué iba a haber uno solo? ¿O nada más tres?

viernes, noviembre 16, 2012 | Comments

bourne_legacy_xlgEn 2007, Matt Damon y Paul Greengrass decidieron que hasta aquí llegaba el tren de Jason Bourne, a pesar de que la franquicia basada en la novela de Robert Ludlum los había consolidado firmemente como actor y director de acción. Más que nada fue porque Universal ya estaba harto de Greengrass, famoso por ser un tanto… difícil para trabajar, y Damon dijo que no haría otra sin él.

Eso nunca ha detenido un estudio antes, ¿verdad?

Ahora de la mano de Tony Gilroy, quionista de las dos primeras y director de la genial Michael Clayton, tenemos al ascendente Jeremy Renner tomar las riendas de la franquicia (suponemos que mientras se decide al fin si va a estar al frente o no de la próxima Misión: Imosible). Renner interpreta a Aaron Cross, un agente que acaba de descubrir, junto con nosotros, que los programas Treadstone y Blackbriar, que crearon a personas como Jason Bourne, están cerrándose, y eso quiere decir eliminar toda evidencia que alguna vez existieron. Así que debe encontrar a una doctora (Rachel Weisz) que lo ayude a sobrevivir y quizá detener al oscuro agente de gobierno (Edward Norton) que está pendiente de terminar de amarrar los cabos sueltos de sus predecesores.
equis[7]
Esta película tiene todos los elementos que deberían fascinarme. Renner es excelente actor de acción, dada la presencia que tiene, pero a la vez es excelente actor, punto, como lo son Weisz y Norton. Gilroy es excelente guionista, sabiendo contar una historia emocionante, sin mencionar que sabe de intrigas y conspiraciones como pocos.

Pero aunque tiene excelentes escenas de acción, The Bourne Legacy no es el legado que me gustaría que Ludlum dejara. En medio de las escenas tensas o emocionantes, hay demasiada exposición, demasiada pausa, demasiadas conversaciones que parecen inútil. Yo diría que hay cerca de 45 minutos de película que no me hicieron falta y ralentizaban la película a un punto que quería hacerme gritar. En serio había momentos en que quería pararme e irme.

Pasa que todo eran cosas que ya había visto antes. Ya sé que esta es una organización que tiene millones de recursos a su favor para conseguir a quien está buscando. Los obligatorios flashbacks que mostraban un poco de lo que Aaron había vivido no me molestaron, y las escenas que mostraban cómo habían perseguido a Bourne mientras él se estaba aún entrenando en el programa eran bastante buenas. Pero culpo a Gilroy y su dirección y la manera en que maneja interacciones más lentas por las artes más buenas; simplemente no agarran mi interés.

Eso mismo pensé con la última de Gilroy, Duplicity, y al igual que esa, no puedo quejarme de las actuaciones. Si acaso de lo poco que vi de algunas. Stacey Keach siempre es un placer de ver, aunque aquí está haciendo una versión del papel que Brian Cox hizo en la segunda. Scott Glenn es otro veterano que aparece en un parpadeo, y Joan Allen y David Strathairn están para confirmar que en efecto estamos en el universo Bourne –y más nada.

En cuanto a los tres pesados, Norton es chico compañía hasta el final, pero tampoco es que aportó gran cosota. pero claro, yo aceptaré a un Norton mediocre (que aquí no es, es simplemente… normal) sobre cualquier actor malo cualquier día. Weisz sí es increíble; en serio su desesperación por tratar de comprender la locura que está pasando a su alrededor me parte el alma. Cero exageraciones. Y por último, Renner es awesome. Tiene una presencia tan particular, que ya con sólo asomarse nos tiene a todos diciendo “que arrecho” ('¿o no recuerdan cómo se sintieron cuando apareció en Thor?), y es alguien que además de imponerse físicamente sabe llevar emociones. Hace lo mejor que puede con un guión inestable, y sale bien parado a pesar de todo.

Dudo que haya una quinta parte de esta franquicia considerando que no fue el exitazo de taquilla que fue cualquiera de las anteriores, sobre todo porque llegará un momento en que van a tener que dejar de asociarse con Jason Bourne y terminar haciéndolo aparecer o matar la franquicia de una vez. Lo que lamento es que Legacy púdo haber sido tanto más, un final tan apropiado, y resultó siendo apenas tolerable.

Mientras tanto, en Internet...

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