Metallica: Through The Never: Busca tú tu bolsa la próxima, James

sábado, octubre 19, 2013 | Comments

maxresdefaultEmpecemos esta reseña para decirles algo: la manera en que vi Metallica: Through The Never no es la mejor manera de ver esta vaina. Un miércoles, en el cine más aislado de Caracas, a las 9:30 de la noche, nadie querría irla a ver sino el más ocioso o el más fanático de los fanáticos. Yo era el único en la sala.

Dicho eso, aunque extrañaba estar con un grupo de fanáticos cantando y emocionándose conmigo, lo que uno espera hacer en un concierto y más si es de tu banda favorita, el “tratamiento VIP” de la situación sí me permitió apreciar la película por sí sola sin la influencia del público. Y saben qué, quizá ayude ser fan de la banda, pero no es un requisito.

La película sigue a Trip (el cada vez más genial Dane Dehaan), un asistente de la banda que, durante un concierto agotado en Los Ángeles, lo mandan al otro lado de la ciudad a buscar un camión que tiene un misterioso morral con algo que el grupo necesita. Lo que se supone va a ser un simple encargo se transforma en una aventura bien surrealista, cuando Trip se consigue con bandas chocando con la policía anti motín, gente huyendo del caos y un aterrador jinete que parece estar buscando almas. Todo mientras Metallica hace lo que mejor ha estado haciendo durante casi treinta años: tocar una vainita.

Sépanlo de una vez, esto en realidad es el videoclip más largo del mundo, pero es exactamente lo que Metallica (cantante y guitarrista James Hetfield, baterista Lars Ulrich, bajista Robert Trujillo y guitarrista principal Kirkl Hammett) y el director Nimród Antal (Predators, Control) estaba buscando: parecer lo más “badass” que se pueda. El concierto es sencillamente espectacular, y el 3D ayuda muchísimo a la inmersión en la experiencia; esta vaina debió costar una fortuna de montar (y fue exclusivo para la película). La historia, aún cuando se vuelve interesantemente tenebrosa, nunca tiene ninguna explicación de por qué pasa, y eso funciona tanto a su favor como en contra: ok, se ve arrechísimo y lo que hace falta saber es que el caos salió de todos lados, pero pana, manquesea dime de dónde salió el caos y por qué la agarran con este carajito. El hecho que la historia no sea tan fuerte contribuye a que la película vaya más dirigida a fans de la banda (si usted tiene una novia arjonera o un novio reggaetonero –ey, puede suceder—vaya a verla sol@), pero voy a decir lo mismo que dijo Peter Travers en su reseña: no la entiendan, vívanla.

Dehaan, aunque el protagonista, no es la estrella, pero la actitud que el chamo tiene me dice que su actuación en Chronicle no fue ningún accidente. Habrá que ver qué tal lo hace como Harry Osborne en la próxima del Hombre Araña, pero debe haber disfrutado sus momentos de "machismo” y “badasserie”. Y la escena final me recordó mucho al modo en que vi la película: luego de un largo agotamiento, duras experiencias y momentos tensos, al fin tienes la recompensa de ver tu banda favorita tú solo.

(PD: El guión fue escrito por la banda con Antal, y se nota. Sin decir ningún spoiler, estos no son Tarantino, definitivamente.)

Disfruten el trailer, si necesitan decidirse a verla o no, y díganme qué opinan si ya la vieron.

decente

Rush: Ojalá la F1 fuera así para mí

sábado, octubre 05, 2013 | Comments

rush_ver2Admito que la Fórmula Uno me parece uno de los más rutinarios y aburridos deportes de todos. No me insulten o se sientan mal, me siento así respecto a cualquier deporte que involucre carreras largas. No entiendo la fiebre por ellas. O no la entendía, hasta que vi Rush.

 

Ron Howard es un director completamente aceptable para mí. El hombre sabe agarrar emociones y hacer que las vivas como si estuvieras en el sitio. Así me pasó con su Apolo 13, así siento su Una Mente Brillante. Con Rush está tomando caminos familiares, pues está tomando una historia existente y la “hollywoodiza”. Aunque por lo que he leído, la temporada de la F1 de 1976 ya de por sí era digna de Hollywood; me sorprende que se hayan tardado así en hacer una película.

 

decenteEsa temporada se centró en la rivalidad de los dos más talentosos corredores que el deporte ha visto: el austríaco Niki Lauda (Daniel Rühl) de Ferrari, frío, calculador y con un conocimiento casi robótico de cómo correr, y el inglés James Hunt (Chris Hemsworth) de McLaren, arriesgado, carismático, fiestero e incapaz de darse por vencido. Se tropezaron primero en la Fórmula 3, y desde entonces siempre competían el uno contra el otro, decididos a superarse. En el camino, en especial después de un incidente el 31 de agosto de 1976, ambos se dieron cuenta de dos cosas: había algo más importante que ganar, y lo que empezó como un odio encarnizado terminó en un gran respeto.

 

No pienso caerles a coba: Rush toca cada cliché de una película deportiva que se puedan imaginar. El frío campeón que logra relajarse al conseguir el amor (en este caso, Alexandra María Lara), el fortachón cuyo constante fiesteo le puede costar la corona y le cuesta su matrimonio (con Olivia Wilde). Pero Howard y su guionista Peter  Morgan (con quien ya colaboró antes en Frost/Nixon) ponen el mismo esfuerzo en desarrollar a los dos personajes principales y capturan detallitos sobre cada uno que hace que en un momento apoyes a uno, y luego al otro. Ayuda que Rühl y Hemsworth están al tope de su juego, para usar una expresión gringa. Rühl siempre ha sido bastante bueno, ya sea en la que nos introdujo a su talento, Goodbye Lenin, o como el encantador nazi en Inglourious Basterds. Aquí es difícil que te caiga bien, algo que todo el mundo dice es una fiel imitación a Lauda; el hombre era abrasivo y directo, aunque tenía su sentido del humor. Rühl lo retrata como un hombre decidido a triunfar, sin tiempo para más nada, hasta que….

 

Por su parte, esta debería ser la película que demuestre que Hemsworth es mucho más que Thor, aunque ese vaya a ser su papel más famoso. ¿Recuerdan esa escena donde Thor dice que simplemente quiere ir a casa? Hemsworth tiene varios momentos así aquí, donde no tiene miedo de mostrarse como un gigante vulnerable, a pesar de su tamaño. Su Hunt hace ver a todos que es el evidente ganador, qué con esa sonrisota y tal, pero muy adentro de sí es tal su miedo al fracaso que prefiere divertirse primero.

 

Y por supuesto, las escenas de las carreras. Cada carro que pasa la sientes en los huesos. Howard te mete ahí con los pilotos; casi puedes oler el aceite. Cero ángulos extraños, simplemente te muestra la acción done tiene que ser. Y saben qué, para ser una película sobre corredores de F1, son sorprendentemente pocas las carreras en Rush. Y quizá ese sea su mayor triunfo: está mostrando el drama humano, en vez de las competencias como tal. Las actuaciones principales son los que llevan esta película al final, aún  más que los increíbles carros.

Mientras tanto, en Internet...

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