¿Y por qué ellos no? Los actores más subestimados del cine
jueves, octubre 07, 2010 | Etiquetas: actor, actriz, lista, Oscar |
Cuando Jeff Bridges finalmente ganó el Oscar el pasado marzo, por su trabajo en Crazy Heart, una de las cosas que se dijo después fue: “¿Esto quiere decir que ya no es subestimado?” (Uno de ellos fui yo.) Entiéndannos: el hombre ha dado actuaciones sólidas desde los ‘70, nos ha dado personajes increíbles (¿en serio tengo que decirles quién en particular?), y había sido nominado cinco veces al Oscar sin haber ganado. De hecho, aún hay gente que osa dudar que Bridges pueda llevar una película él solo –¿es que no han visto el trailer de True Grit?
Es algo complicado para algunos actores en Hollywood poder tener roles protagónicos en grandes películas. Cuando pareces Brad Pitt, George Clooney, Angelina Jolie o Megan Fox es fácil, la gente exige que estés al frente. Pero cuando eres alguien como Jeff Bridges, u otro actor que recientemente se ha ganado su papel de hombre protagónico como es Philip Seymour Hoffman, tienes que, en el argot venezolano, echarle bola hasta que te miren y digan, “epa, ¿por qué no este pana?” He aquí una lista de actores y actrices que, a pesar de haber tenido ya papeles líderes, incluso nominaciones al Oscar, aún no logran ser llamados “super-estrellas”.
Don Cheadle. Yo detesto jugar la carta racial en todo este peo, pero yo estoy convencido que muchos actores no consiguen más trabajo porque son negros. Y no quiero decir que es por racismo ni nada (imposible, ¿verdad? Hmmm…), sino que no todos los papeles pueden ser interpretados por un tipo de cualquier raza. A menos claro, que tu nombre sea Denzel. Cheadle representa para mí un actor más interesante que Washington, empero, porque tiene un aire más relajado y ha tenido un mayor rango de actuaciones. Washington, genial actor que es (yo disfruté enormemente sus roles en Man On Fire yTraining Day), sólo tiene dos facetas: bad-ass o noble. A veces combinaciones de ambos. Cheadle, en cambio, tiene personajes tan disímiles como Petey Greene en una película que nadie vio llamada Talk To Me, Paul Rusesabagina en Hotel Rwanda (un papel que le valió un Oscar), Basher Tarr en las películas de Ocean’s Eleven, y ahora el teniente coronel James “Rhodey” Rhodes en Iron Man 2 y The Avengers. Aún el mega éxito de ésta última, sin embargo, ha logrado que el pana termine de destacar. Supongo que le falta “ese” rol aún.
Tim Robbins. El corazón de mi película favorita de todos los tiempos, y uno de los más versátiles actores trabajando hoy en día, sin duda, pero calificarlo como “estrella” es apresurado. Estrella es la que fue su compañera sentimental durante 21 años (terminaron en 2009), Susan Sarandon. ¿Ustedes pueden nombrar, aparte de Shawshank, alguna película en la que haya sido protagonista y de verdad perdure? Sin duda ha hecho algunas malas decisiones (Nothing To Lose… ¿en serio?), pero hay algunas películas suyas que ciertamente tienen un culto: Jacob’s Ladder, The Hudsocker Proxy, su oscarizado y francamente perturbador papel en Mystic River… Eso sin mencionar algunos de sus extraños cameos en comedias, como High Fidelity, Anchorman: The Legend of Ron Burgundy y el extrañísimo en Tenacious D: The Pick of Destiny. Algo me dice que sus ideales izquierdistas son los que no caen bien en Hollywood –sí, aún en la cuna de la depravación y el liberalismo—pero de verdad que a este pana se le debería estar ofreciendo trabajo a diario. El año que viene lo veremos como el senador Hammond, el padre del futuro villano Hector Hammond (Peter Sarsgaard) en Linterna Verde.
Amy Adams. Cuéntenlas: esta niña ha sido nominada a dos premios Oscar en una carrera que ha durado once años. Sí, culpen su aspecto inocente o su carita de niñita buena o los grandes ojotes verdes, pero no se puede negar que sabe actuar. ¿O es que creen que ir codo a codo con Meryl Streep es un paseo en el parque? De hecho, como si eso no fuera suficiente, en La Duda Amy tenía también que equipararse con Philip Seymour Hoffman también, y aún así logró una nominación al Oscar. Y a mí no me importa lo que nadie diga, su papel en Encantada me pareció genialmente divertido, sin mencionar que fue lo mejor (¿lo único bueno?) de Una Noche en el Museo 2. Sí, su papel en Julie & Julia no fue gran cosota, pero aún así a mí me gustó, sin duda. Y al igual que Robbins, Adams no tiene miedo de jugar al ridículo, como su pequeño pero significativo papel en Talladega Nights junto a Will Ferrell. Tuvo su primer rol auténticamente protagónico el año pasado junto a otra famosa pelirroja, Emily Blunt, en una indie llamada Sunshine Cleaning, pero ese papel que la convertirá en estrella aún no llega.
Sam Rockwell. ¿Cómo logras convencer al mundo de lo genial que eres sin conseguir la aceptación de la industria? Sqam Rockwell ha hecho un trabajo consistentemente bueno desde que he empezado a seguirlo. Impactó como “Wild” Bill en The Green Mile, fue divertidísimo en Galaxy Quest y fue interesante en Confessions of a Dangerous Mind. Pero fue hasta el año pasado, cuando fue la sola fuerza que empujaba la críticamente aclamada Moon, que la gente empezó a ver que Sam bien valía la pena como un protagonista. Es uno de los actores más naturales que he conocido, y recuerda lo suficiente a un joven Robert de Niro para haber, de hecho, interpretado a su hijo en Everybody’s Fine. Su aspecto de dudosa moral también lo hizo ideal para interpretar al anti-Tony Stark, Justin Hammer, en Iron Man 2, pero el status de Rockwell se mantienen, indudablemente, dentro de los límites de “indie star” con tendencia a lo hollywoodense.
Chiwetel Ejiofor. Les reto a que digan ese nombre tres veces rápido. Británico de padres nigerianos, el actor londinense ha dicho que le gusta desaparecer en un rol, y eso exactamente es lo que hace. Algo me dice que también le pasa algo de lo que afecta a Don Cheadle –con quien compartió escena en Talk To Me—pero ciertamente no es porque Ejiofor carece de talento. En esa escena podía competir con Cheadle de tú a tú tanto en lo dramático como en lo cómico, y se destacó junto a Clive Owen y Denzel Washington en Inside Man y junto a Owen solo en Children of Men. Nunca ha dejado de actuar en teatro, y por supuesto ya interpretó a Otelo en el teatro, junto con otros personajes shakespearianos. Pero poco a poco, ha empezado a pasar más hacia adelante en distintos papeles: un científico en 2012, un instructor de jiujitsu en Red Belt de David Mamet, y el presidente sudafricano Thabo Mbeki en el poco visto drama de 2009 Endgame. Creo que se ha conformado con ser un actor de carácter, pero entocnes, ¡que actúe en más películas!
Clifton Collins, Jr. Si hay un actor en esta lista que necesita dejar de ser un actor de carácter, es este angelino de padres chicanos de 40 años que creo que define el término “desaparecer en un rol”, aún más que Ejiofor. Es el nieto del actor mexicano de carácter Pedro González González, que nunca pudo salirse de los papeles de mexicano estereotipados de los 50, algo que Clif no ha hecho; muy al contrario. En varias entrevistas que le he escuchado, Collins le gusta decir que hace investigación extensiva incluso para roles que duren cinco minutos, precisamente para asegurarse que sean unos memorables cinco minutos. Si no me creen, ¿recuerdan al policía de frontera en Babel? ¿El matón gay en Traffic? ¿Al Hurón en la demencial Crank 2: High Voltage? Si no, quizá recuerden a su interpretación del asesino Perry Smith en la aclamada Capote, junto a Philip Seymour Hoffman, una interpretación que mucha gente dice le debió haber merecido una nominación al Oscar. Hasta su rol como un rudo romulano en Star Trek aún es considerado una de muchas cosas que destacan de esa película. ¿Será que algún día el pana tendrá su oportunidad?
¿Qué actores creen ustedes que deberían ser superestrellas?