Star Trek: El viaje es el medio

miércoles, mayo 06, 2009 |

StarTrek_2009Movie Quiero dejar algo perfectamente claro: soy, he sido y siempre seré un fan de Star Wars. Me agradaba Star Trek pero la saga de George Lucas era lo que me llenaba realmente. Y lo sigue haciendo, sin duda alguna.

Es por ello que digo esto con gran dolor: la nueva Star trek es con lo que Episodio I: La Amenaza Fantasma tenía sueños húmedos y sabía que tendría que conformarse con cinco contra calvito. God damn you, George Lucas.

J.J. Abrams, quien ustedes quizá conocen por una cosita en TV llamada Lost, también es un confeso fan de Star Wars, y tomó este proyecto queriendo llevar un Star Trek desde esa perspectiva, haciéndola accesible a todo el mundo pero que pudiera encantar a los fanáticos de siempre. He oído a muchos directores hacer eso (más recientemente con Watchmen), pero Abrams y sus guionistas Alex Kurtzman y Roberto Orci (quienes también trabajan en Lost y además escribieron el guión de la nueva Transformers) son los únicos que parecen haberla logrado de manera convincente.

Como era de esperarse para una película de ciencia-ficción del siglo XXI, se ve absolutamente espectacular, con fotografía de la misma gente de Misión: Imposible III (también dirigida por Abrams). La toma inicial, cuando la nave U.S.S. Kelvin llega ante un enorme agujero negro de donde sale una masiva nave romulana, no tiene el mismo efecto de la famoso toma inicial de Star Wars, pero se ve imponente sin embargo.

Es en esa nave donde James Tiberius Kirk (Chris Pine) llega al mundo, en medio de una terrible batalla donde un furioso romulano llamado Nerón (Eric Bana) por razones desconocidas está atacando naves de la Federación Intergaláctica. Eso lleva a James crecer como un niño adoptado y rebelde, incapaz de conformarse a las reglas. En una ida al bar cercano, conoce a una atractiva cadete, que sólo le dice su apellido: Uhura (Zoey Saldana). Una pelea en el bar después, Kirk es rescatado por el capitán Christopher Pike (Bruce Greenwood) quien le sugiere seguir los pasos de su padre y se una a la Federación. Un tanto renuente, James acepta... y poco después es aceptado como parte de la tripulación de una nueva nave: el U.S.S. Entreprise.

Paralelamente, en el planeta Vulcano, Spock (Zachary Quinto) debe lidiar con la dificultad de haber nacido de un padre vulcano (Ben Cross) y una madre humana (Winona Ryder), pues su sociedad no ve bien las emociones. Pero a pesar de ello, Spock logra superar sus obstáculos, y no sólo se gradúa, sino que decide unirse a la Federación, donde llegaría a diseñar una de las más imposibles pruebas para capitanes, la Kobayashi Maru. ¿Adivinen quién fue el primero en superarla?

Y eso es todo lo que les puedo hablar de historia, pues hay muchísimos eventos que pueden constituir masivos spoilers. Sí puedo decirles que esto definitivamente le va muy bien a Orci, Kurtzman y Abrams, ya que están tan acostumbrados a escribir tramas complejas pero “lógicas” en Lost (las comillas no aplican para esta película). Nos dan a entender que esto es un reinicio completo, que ahora estamos en otra realidad que está sucediendo antes de todas las demás películas y las va a cambiar por completo. Y tú te lo crees.

Lo que más me agradó de las actuaciones es que son eso, actuaciones; nadie está imitando a nadie. Karl Urban (Éomer en El Señor de los Anillos) está canalizando perfectamente a DeForest Kelley como el doctor Leonard McCoy, pero es un homenaje, no una imitación; Urban hasta logra decir la clásica “¡Maldición, soy un médico, no un físico!” perfectamente, pero está claro que está haciendo su propia cosa. Pine no podría ser más distinto a William Shatner; parece más Inidana Jones que Kirk en algunos momentos. Y Quinto, con su innegable talento para saltar de la inexpresividad absoluta a la más pura furia le sirvió muy bien como Sylar en la serie Héroes (quizá demasiado), lo usa a muy buen efecto como el joven Spock.

De todos los actores, mi favorito absoluto y el de muchos en la sala fue Simon Pegg haciendo del ingeniero Montgomery “Scottie” Scott. James Doohan estaría orgulloso de ver al joven Pegg, tan divertido en películas como Shaun of the Dead y Hot Fuzz, tomando su papel. Es un perfecto rol cómico, astuto, divertido y que da en la marca cada vez que puede. Añoraba ver más de él.

Que es de lo único que me quejo de esta película. Al enfocarse tanto en los personajes de Spock, Kirk, Bones y Uhura, los guionistas se fajaron tanto a escribirlos que el resto de los personajes está salvajemente sub-descritos. Bana es un actor increíble que pudo haberle sacado el jugo a un villano como Nerón fácilmente, pero no se le da mucha opción. Lo mismo puede decirse del resto de la tripulación del Entreprise: John Cho es simpático como Hikaru Sulu, pero sólo se da una secuencia más o menso importante. Anton Yelchin puede hacer un poquito mismo más como Chekov (una escena que muestra problemas con su acento ruso es particularmente divertida), pero no mucho más.

Las fallas son la verdad bien pocas. Star Trek hará para la serie lo que Batman Inicia hizo para... bueno, Batman. Abrams ha tomado el universo de Gene Rodenberry y le dio ropa nueva sin cambiarle el peinado. Uno puede reconocer el mundo donde el Entreprise “va a donde ningún hombre ha ido antes”, y en eso Abrams tuvo un cuidado especial de no alienar a nadie, ni a los fanáticos que lo querrían quemar en la hoguera si hacía algo mal, ni a los que venían por primera vez sin saber mucho de la serie o ninguna de su estilo. Y resuelve el asunto “es nueva, pero vieja” con una lógica digna de un vulcano.

Insisto: EL COÑO DE TU MADRE, George Lucas.

Esta va a ser la mejor película de este verano. Ya verán.

Mientras tanto, en Internet...

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