Iron Man 2: La maravilla que es Marvel a todo dar

lunes, mayo 03, 2010 |

Iron Man 2 confirma y desmiente a la vez eso que “nunca segundas partes fueron buenas” (cómo puede ser eso válido aún después de El Padrino II, El Imperio Contraataca y Toy Story 2 jamás lo entenderé). Ciertamente no es tan buena como su predecesora de 2008, pero decir que es una película mala es motivo para darte una bofetada. El director Jon Favreau y el guionista Justin Theroux rep ten la fórmula que sacó a Iron Man de las ligas menores de la Marvel y le añaden nuevos elementos que a veces fallan y muchas veces tienen éxito, y el resultado es otro verano que empieza de la mejor manera.
 
Tony Stark (Robert Downey, Jr.) ha logrado, en sus propias palabras “privatizar la paz mundial” y está viviendo la gran vida otra vez. Claro, su enorme ego le está trayendo problemas: el gobierno de Estados Unidos, o al menos un senador en particular (Garry Shandling) le está pidiendo que entregue el traje de acero; un peligroso criminal ruso llamado Ivan Vanko (Mickey Rourke, en un papel que combina los villanos Crimson Dynamo y Whiplash de los cómics) se ha hecho un traje propio y anda buscando su cabeza; Justin Hammer (Sam Rockwell), un fabricante de armas rival, está insistiendo en desprestigiarlo; y lo más grave, el elemento que está activando su núcleo, que lo mantiene vivo y da energía a su traje, está lentamente envenenando su sangre, y, por lo visto irremediablemente, lo va a matar.

Creo que este fue el aspecto que más me gustó de Iron Man 2, pues Downey hace a Tony aún más humano, mucho más allá de su arrogancia y su sentido del humor. Aquí Tony se ve enfrentado con su propia mortalidad, y no tanto de los que vienen de afuera sino los creados por él mismo. Tiene tantos recursos y no ha logrado salvarse a sí mismo, de modo que cae en depresión y, hasta cierto punto, en alcoholismo. Y es aquí donde Downey brilla: aunque puede hacerte reír como el mejor de ellos, también puede mostrarse arrepentido y torturado; uno ve que detrás de la risa hay una lágrima lista para salir.

Es cuando un hombre está en el fondo que necesita más aliados, y aquí le salen por todas partes. Por un lado está Pepper Potts (Gwyneth Paltrow), su otrora asistente y ahora presidente de Industrias Stark, quien le brinda apoyo y amor; luego está el coronel Jim “Rhodey” Rodees (Don Cheadle), el único que podrá irse de tú a tú con Tony; y está la misterio Natalie Rushman (Scarlett Johansson), la nueva asistente de Tony, quien en realidad es una agente de S.H.I.E.L.D. llamada Natalia Romanoff, la Viuda Negra, designada por Nick Fury (Samuel L. Jackson) para que Tony se ponga las pilas y piense en la Iniciativa de los Vengadores. Pero más de eso para después.

Lo único malo que tiene esta secuela es que hay algunas secuencias que se arrastran en vez de caminar o correr, como varias entre Hammer y Vanko, y algunas en el taller de Tony no tenían el encanto de la primera, y las discusiones entre Tony y Pepper, tan simpáticas en la primera, de repente se extienden mucho en esta ocasión. Pero son compensadas por MUCHAS más escenas de acción. El primer choque con Whiplash nos trae la armadura de maletín que fue sencillamente genial, y un encontronazo entre Tony y Rhodey que es el primer paso para el origen de War Machine es a la vez trágico y emocionante. Todo hacen de esta una de las mayores gozaderas que he tenido yo en el cine.

De paso, yo no sé qué tiene Downey que logra sacar lo mejor de sus coprotagonistas. La química entre él y Cheadle, luego de la ya formada entre él y Terrence Howard en la primera (Howard fue despedido por diferencias con Marvel Studios), es tan auténtica como aquella, y yo vuelvo a decir que Cheadle necesita más trabajo; es un actor sencillamente genial. Sam Rockwell puede hacer de arrogante bravucón que cree que sabe más de lo que sabe sin ningún problema, y uno puede ver que también se está gozando su papel. Ídem para Sam Jackson, el único que puede ganarle en carisma a Downey aquí. Esta es la primera de nueve películas en las que interpretará al líder de S.H.I.E.L.D., así que ahora es que tendrá chance de brillar.

Es Rourke mi favorito aparte de Rhodey en el elenco, y es que el hombre se está gozando su resurrección post El Luchador. Tuvo una gran preparación para interpretar a Ivan Vanko y rinde sus frutos, pues es un tipo que compite de tú a tú, no sólo en cuanto al traje, sino en cuanto a su cerebro. Como su motivación es venganza, Rourke puede demostrar también un poquito de emoción humana además de verse amenazante. Por Dios, tiene una cacatúa de mascota. Además, no tiene nada de malo que el villano principal sea un geek ruso que tiene el porte de un luchador libre.

Johansson, por su parte, es el más flojo elemento del elenco. Eso sí, logra capturar el espíritu de la Viuda Negra sin ningún problema, y realmente se ve espectacular. Yo en más de una ocasión pensé feliz que esta beldad me cayera a coñazos como le pasó a Happy Hogan (el propio Favreau, en un papel mucho más extendido de la primera), pero su actuación tampoco es que fue gran cosa.

Y sí, hay una sorpresita al final de los créditos, siguiendo con la genial idea de Marvel de unir todas sus películas hasta que llegue a The Avengers. Pero mientras tanto, si las películas que faltan hasta ese magno evento (Thor y First Avenger: Captain America en 2011, Ant-Man en 2012) son siquiera la mitad de buenas que las dos de Iron Man, ellos siguientes veranos están más bien asegurados para Marvel sin ningún problema.

Mientras tanto, en Internet...

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