El Cine Tuyo, Mío y Vuestro

Sí es posible tomar algo y ordeñarlo hasta la muerte. Vean en dónde han parado las franquicias de Alien, en algún momento considerada una de las más originales películas de ciencia ficción/terror de la historia, y Depredador, un clásico de acción/terror con el sempiterno Schwarzenegger mandando a todo el mundo “GET TO THE CHOPPAAAAA!!!” En algún momento, a alguien se le ocurrió no sólo hacer secuelas de cada una –Depredador una, bastante decente, Alien tres, cada una progresivamente peor— sino que decidieron combinarlas en cómics, juegos y, finalmente, dos películas, una mala, otra insufrible. Un destino injusto para dos de los mejores monstruos del cine de años recientes.

Gracias, Dios, por Robert Rodríguez.

En 1994, mientras trabajaba en Desperado, el director escribió una historia de lo que debería ser una secuela para la primera Depredador. El resultado fue la primera secuela directa de esa franquicia, ignorando las cosas que son Alien vs. Depredador. El resultado sigue sin ser mejor que las originales –de hecho en algunas partes cojea de una pata seriamente—pero luego de AVP: Requiem, cualquier cosa parecerá salido de Shakespeare.

Eso sí, el inicio es genial: un soldado (Adrien Brody) repentinamente despierta en la mitad del aire, cayendo a alta velocidad a una selva desconocida. Logra abrir su paracaídas justo a tiempo, y pronto se le une una soldado israelí (Alice Braga), un matón mexicano (Danny Trejo), un enorme ruso (Oleg Taktarov), un silencioso mafioso japonés (Louis Ozawa Changchien), un tipo en uniforme de prisión (Walton Goggins), un rebelde africano (Mahershalalhashbaz Ali) y un médico (Topher Grace). No se sabe quién los trajo ahí ni para qué… hasta que descubren que ni siquiera están en la Tierra. Están en una reserva de cacería donde enormes alienígenas traen los mejores asesinos de toda la galaxia con un solo propósito: cazarlos.

Primero lo primero: es GENIAL ver el depredador original de la primera película por primera vez en 20 años. Y la cinematografía es absolutamente impactante, sin mencionar los detalles de ambientación y afines. Y poner a Adrien Brody como un tipo rudo, decisión personal del director Nimrod Antal, fue bastante original, y el hombre de verdad convence (aunque su susurro a lo Christian Bake a veces se ponía molesto). Hasta Topher Grace, un actor que cuando realmente quiere ser cómico lo es (léase, en Thta 70’s Show sí, en Spider-man 3 no), resultaba algo convincente como un joven médico.

Por si fuera poco, Antal sabe manejar tanto suspenso como acción y peleas; en más de una ocasión yo me retorcía inquieto en mi asiento del estrés. Y hay mucha, mucha sangre –perfecto. Y lamenté no ver más de los enormes perros depredadores. Pero…

Empecemos por una pregunta: ¿qué hace Laurence Fishburme aquí? Sip, el hombre de la gruesa voz conocido por muchos como Morfeo tiene un breve papel a mitad de camino, y cómo aparece es bastante cool –pero pana, ¿exactamente para qué ponerlo? ¿Qué ocurre después que fue tan vital para la trama?

Segundo, cuando viene un extraño "twist" en cierto punto, uno al principio queda confundido... Obvio que no les voy a decir qué es, pero yo nunca supe si era intencional, parte de otro plan de los depredadores, si era la razón por la que ese personaje estaba en el planeta era... Saben, mejor dejémoslo así. Podría ser mucho peor, y se ve que Antal y Rodríguez respetaron la franquicia original (buenas referencias a la primera). Y por supuesto dejaron abierta la posibilidad de una secuela. ¿Será suficiente? Ya veremos.