Plasma de Miércoles E68: Hot Fuzz (2007)

miércoles, septiembre 22, 2010 |

hot_fuzz_poster_usa_release Es un dolor que la película del momento que nadie ha visto, Scott Pilgrim Vs. The World, nunca será estrenada en el país, condenándome al mundo de la visión en casa. No es nada más el mundo en el que la película vive –una adaptación de un cómic de Brian Lee O’Malley—es que Edgar Wright, su director, es de los que tienen “de culto” agregado automáticamente a su título. Empezó creando una serie llamada Spaced para la televisora británica, antes de lanzarse con una genial película de culto llamada Shaun of the Dead, que no sólo fue una exitosa burla del género de zombies, sino una digna añadidura. Tres años después, decidió meterse con el género de acción, y aunque el éxito fue mucho menor que con Shaun, el que diga que Hot Fuzz es una película mala está acostumbrado a ver Michael Bay y ya.

Nicholas Angel (Simon Pegg) es el mayor super policía de Londres, quizá del mundo. Prácticamente ha reducido él solo la tasa de crímenes en su sector de la ciudad. Lo que ha despertado la envidia de sus compañeros; total, los está haciendo quedar mal. Todos conspiran para lograr transferirlo a un humilde pueblito llamado Sanford en las afueras de Londres, dirigido por un excéntrico millonario (Timothy Dalton) y un amable jefe de policía (Jim Broadbent) con un hijo fanático de Point Break (Nick Frost) que es emparejado con Nicholas y lo marea a preguntas. La vida del pueblo resulta ser demasiado monótona para el citadino –hasta que hay dos cabezas menos por alguna razón. Todos lo llaman un trágico accidente, pero Nicholas no lo quiere dejar ir –y menos cuando ocurren más muertes por “accidente”. Saben lo que dicen: pueblo chiquito, infierno grande.

Quizá donde falla Hot Fuzz es que lleva la burla demasiadas veces al terreno directo, imitando algunas escenas clásicas casi al pelo. Estas cosas funcionan mejor cuando son sutiles, o cuando lo llevan tan lejos que ni se ven. Por suerte, hay también mucho de eso: las enormes pistolas, los lentes oscuros, el exceso de groserías, el sutil homoerotismo… no dejaron que nada se escapara. Y sin embargo, al igual que con Shaun, hay momentos en que puede ser asombrosamente emotiva, a la vez de increíble, a veces descaradamente, sangrienta.

Frost y Pegg son, sin duda, una versión moderna de Abbot y Costello, con su propio estilo. Es evidente que los dos y Wright gozaron una bola haciendo esta película, y es contagioso su entusiasmo. Pegg haciendo del intenso puede ser aún más divertido que el irresponsable, sobre todo considerando su tamaño y lo flaco que es; Frost nació para hacer de un enorme niño-hombre. Pero estoy seguro que fue Dalton el que más se divirtió, sólo por lo desproporcionadamente absurdo que interpreta a su personaje, exageración por delante. Y es genial verlo así. Menos mal que super{o el fiasco de las películas de Bond –nunca me cuadró.
Y Dios, ese cisne…

Bien, mientras espero el milagro de ver Scott Pilgrim en el cine, supongo que pueden tener su dosis de Edgar Wright ubicando sus dos anteriores. Vean Hot Fuzz primero, Shaun of the Dead después. Y vienen y me lo agradecen. Que sí.



NOTAS CURIOSAS
  • Hay dos cameos de ganadores del Oscar en esta película: Peter Jackson (director, El Señor de los Anillos) como Santa Claus, y Cate Blanchett (Elizabeth) como la ex de Nicholas. A ver si los descubren.
  • Jim Broadbent era un gran fanático de Shaun of the Dead, y hasta le pidió a Wright y Pegg trabajar con ellos en su siguiente película. Escribieron al inspector Butterman específicamente para él.
  • Simon Pegg perdió casi 13 kilos para interpretar a Nicholas Angel.
  • Sampson el perro (Saxon en la película) fue rechazado como perro policía poque lo consideraron demasiado amistoso.
  • El primer borrador del guión tenía un romance de Nicholas con una Victoria. Fue eliminada de subsiguientes borradpores, pero la mayor parte de su diálogo, muchas veces sin cambios, se le dio a Nick Frost.
  • Disfrazados, mucha gente se acercaba y le pedía direcciones a Pegg y Frost. En vez de aclarar la confusión, siguierion el juego, alegando que les daba poder.
  • Nick Frost se entusiasmó tanto con su Winchester que la bautizó “Emma”; Simon Pegg lo hizo tanto con su rifle Mossberg que lo llamó “Sarah”.
  • Pegg y Wright escribieron el guión usando el glosario de un libro de Roger Ebert que incluye todos los clichés de películas de acción actuales.

Mientras tanto, en Internet...

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