El Secreto de sus Ojos: A veces hasta la ventana al alma no lo revela todo
domingo, septiembre 12, 2010 | Etiquetas: 2010, cartelera, cine extranjero, cine latino, opciones de cine |
Según las nuevas reglas de la Academia, todos los miembros deben ver las cinco candidatas a Mejor Película Extranjera para escoger la ganadora, lo que ha resultado en dos sorpresas en esa categoría en los últimos dos años. En 2009, mientras todos esperaban que el documental animado israelí Waltz With Bashir ganara con facilidad, fue la sencilla pero hermosa Departures de Japón la que se llevó el premio. Luego, este año, la deprimentemente bella The White Ribbon, del alemán Michael Hanneke, estaba segura de tener un score perfecto, ya que había ganado en todas las premiaciones anteriores desde Cannes. Pero fue una producción argentina, dirigida y escrita por un argentino residenciado en Hollywood, quien detuvo su marcha. Y fue la memorable El Secreto de Sus Ojos.
Luego de haber ya puesto su nombre en el cine argentino con El Hijo de la Novia, y con cierta fama por haber dirigido capítulos de diversas series como House y Law & Order: SVU, Campanella decidió regresar a su país natal para filmar un largometraje que mezclara elementos del film-noir con una historia de amor que hace El Secreto de sus Ojos una de las más originales, mejor escritas, mejor filmadas y mejor construidas películas que he visto este año. Con ella arrancó el Festival de Cine Latinoamericano en las salas Paseo y Celarg, y de verdad les pido se tomen un día para verla, si no ahora, cuando sea estrenada con mayor amplitud. No se hacen películas como esta, ni en Latinoamérica, ni en Hollywood, quizá en Europa.
Sebastián Espósito (el veterano Ricardo Darín) se ha retirado de su trabajo como investigador en los penales de Buenos Aires, y se ha dedicado a escribir novelas ahora. Su primer esfuerzo trata sobre el brutal asesinato y violación de una joven mujer (Carla Quevedo) en 1974, un caso que nunca pudo cerrar, que ve en paralelo a su amor nunca confeso por su jefa, Irene Menéndez (Soledad Villasmil). Lo que sigue es un yo-yo entre 1974 y 2000, mientras Espósito trata de armar los dos rompecabezas. “¿Cómo vives una vida llena de nada?”, se pregunta, y espera que escribirlo le ayude a contestar. Es lo que ve en los ojos del esposo de la difunta (Pablo Rago) lo que lo anima a seguir –un amor incondicional, sin descanso, sin cierre. Pero, ¿será que puede conseguirlo?
Hay una cosa que debe ser aceptada de una buena historia de detectives: uno no debe adivinar quién lo hizo a menso que uno tenga esas habilidades de deducción. Y hay una cosa que se debe aplicar a las historias de amor: el romance debe ser absolutamente creíble y nunca caer en lo cursi. Logren lo primero y tendrán Se7en; logren lo segundo y tendrán Cuando Harry conoció a Sally. Campanella y su compañero de guión, Eduardo Sacheri (en cuya novela está basada la película), consiguen combinar las dos con una facilidad pasmosa. El misterio te mantendrá pendiente; el romance te hará suspirar. Y en medio de todo, un trío de extraordinarias actuaciones: Darín que hace el papel como si tuviera ese trabajo aparte de actor; Villasmil quien es la altivez de dama en pasta; y Guillermo Francella como el alcohólico pero brillante asistente de Espósito, quien a la vez provee el sentido del humor y el cerebro a la fiesta que ya bien inteligente era.
Es increíble cómo, además, El Secreto de sus Ojos logra meter una denuncia a la dictadura de derecha a finales de los 70 en la trama sin hacerla parte de la historia; es más increíble aún cómo puede haber tanto espacio para humor en una historia que puede ser tan seria como esta. Y el desenlace es tan inesperado como efectivo, digno de clásicos del cine de detectives. Qué latina se siente. Véanla.