Plasma de Miércoles E66: All The President's Men (1976)

miércoles, septiembre 01, 2010 |

All-The-President-S-Men No hay nada como volver a casa. Después de una ausencia demasiado larga, vuelven los Plasma para su casa, chicos. Gracias a los que me preguntaron por ellos.

No es porque sea la mía, pero después de la educación, creo que el periodismo es la carrera más ingrata que existe. Está llena de estrés, nuestra vida puede correr peligro, dependemos mucho de otras personas para conseguir la historia, y francamente, nuestros sueldos dan pena. Pero para mí, no hay mejor carrera posible, precisamente por la responsabilidad que conlleva trabajar con información. Es la cacería de esa tan elusiva verdad, por las que muchos hombres están incluso dispuestos a morir. Como escribí una vez, nuestra profesión ha sido representada numerosas veces en el cine, unas veces mejor que otras, pero creo que esa cacería por la verdad rara vez fue mejor representada como en All The President’s Men.

24 años después, la película puede ser vista como un clásico y ya. Pero cuando salió, los hechos que ahí se describen estaban muy, muy frescos en la mente de todo el mundo. Hubo un allanamiento en el edificio Watergate de Washington, DC, sitio donde el Comité Demócrata Nacional tenía su cuartel general (con las elecciones a pocos días). Cinco hombres fueron arrestados, y un par de oídos está escuchando más atentamente que los demás durante la audiencia que se les abrió: los del periodista Bob Woodward (Robert Redford) del Washington Post. Hay algo que le llama mucho la atención: todos los cinco hombres tenían alguna conexión con la CIA.

Lo que sigue después es uno de los trabajos periodísticos más meticulosos, exhuastivos y cuidadosos de los que se tengan registro. Woodward y su colega Carl Bernstein (Dustin Hoffman) debieron convencer a sus editores (Jack Warden y Jason Robards) con cada gramo de evidencia, de conversación y registro que tenía para asegurarles que tenían la historia del siglo encima. Porque a medida que iban cavando y cavando más, los dos periodistas iban descubriendo que lo que podía ser un simple intento de robo era parte de una conspiración que llegaba a los más altos estratos de la Casa Blanca –y eso les podía costar el trabajo, la carrera, quizá hasta la vida.

Viendo esta película de nuevo recientemente, me sorprendí comparándola con una más reciente que no me había gusatdo tanto la primera vez que la vi, como era Zodíaco de David Fincher. Para algunos, All The President’s Men sufre de “detallitis”, al igual que Zodíaco: la meticulosa naturaleza de sus dos protagonistas mientras siguen descubriendo nuevas pistas sobre hasta dónde llega este asunto da para algunos momentos un tanto pesados. Ni William Glodman (guionista) ni Alan J. Pakula (director) tienen la capacidad de un Tarantino (y perdonen la blasfemia) para hacer las conversaciones normales llenas de suspenso, y hay suficientes de ellas. Sólo las escenas entre Woodward y su misterioso contacto, “Garganta Profunda” (Hal Holbrook) tienen un aura de tensión que podría significar peligro.

Lo que curiosamente trabaja a favor de ella, sin embargo, es precisamente su edad. Muchas de las cosas que Woodward y Bernstein tuvieron que averiguar por llamadas y accesos a personas se pueden conseguir hoy en día gracias a Google; las conversaciones que tuvieron que anotar tan meticulosamente se pueden grabar sin problema; y bueno, uno puede entregar páginas mucho más rápido gracias al e-mail. Pero es viéndolos trabajar con sus limitados recursos en el breve tiempo que les dan aumenta la tensión un poco, lo que hace que el tiempo pase más lento cuando no están en la calle buscando información.

Como dije antes, esta película salió apenas cuatro años después del escándalo Watergate, y Goldman, Pakula y Redford (quien produjo) se aseguraron de hacer un trabajo bien cuidadoso de contar esa historia a un público que aún no podía creer que su presidnete habría renunciado, quizá para evitar ir a la cárcel. Creo que fueron tan cuidados como Woodward y Bernstein al presentar la película, y les funcionó: All The President´s Men recibió ocho nominaciones al Oscar, incluyendo Mejor Película, y ganó cuatro: Mejor Guión Adaptado para Goldman (del libro de los dos periodistas), Mejor Sonido, Mejor Decoración de Arte y Mejor Actor de Reparto para Robards (muy merecido). (Por qué ni Hoffman ni mucho menos Redford no recibieron nominaciones es uno de esos misterios de Hollywood que ya nadie entiende.)

A pesar de su edad, la película igualmente demuestra por qué la prensa siempre es incómoda para los gobiernos, sin importar si son democráticos o no, pues, como dijo Hitler, “es una fortuna para los gobernantes que los hombres no piensen”. ¿O es que creen que es de gratis que todos los regímenes del mundo tratan de hacerse con los medios de comunicación, por la buena o por la mala? Incluso cuando la prensa es usada por los gobiernos para sus propios fines, alguien sale lastimado, como se verá más tarde este mismo año, cuando se estrene Fair Game, sobre el caso de Valerie Plame. Watergate sigue siendo el gran triunfo del periodismo profesional, y Woodward y Bernstein, junto con Rysard Kapucisnki, Walter Cronkite, Javier Restrepo y afines, parte del panteón que los de mi profesión aspiramos a seguir. Más que entretenrlos, espero que luego que vean esta película tengan nuevas propuestas para el debate sobre el papel de la prensa en el mundo.

All The President's Men - trailer

DATOS CURIOSOS
  • Frank Willis, el guardia que descubrió el allanamiento en Watergate, se interpreta a sí mismo.
  • La primera película que Jimmy Carter vio como presidente.
  • Trataron de filmar en las verdaderas oficinas del Washington post, pero habían demasiados empleados conscientes de las cámaras y hasta trataban de “actuar”, llegando incluso a ir al baño a maquillarse. Se recreó una sala de prensa en un estudio de Burbank, California, por 450.000 dólares. El Post colaboró enviándoles mucha papelería que ya no usaban, como calendarios, directorios, y hasta calcomanías del escritorio de la secretaria del editor.
  • Hay una escena clave donde Redford está hablando al teléfono con la cámara acercándose lentamente durante seis minutos. Al final se equivoca y llama a su interlocutor por el nombre equivocado, pero como se mantiene en personaje la escena se quedó como estaba.
  • La identidad de “Garganta Profunda”, el misterioso hombre clave que ayudó a Woodward a averiguar la verdad, se mantuvo en secreto durante 33 años; de hecho, Woodward le dijo a Pakula que Holbrook era quien debía interpretarlo. Sólo fue en 2005 que el mismo informante reveló su identidad: Mark Felt, número dos del FBI en aquel entonces.
  • Goldman tuvo que apaciguarle la lengua al personaje de Jack Warden, el editor Harry Rosenfeld, pues por lo visto Rosenfeld era tan cómico que Goldman dudara que le creyeran que alguien podía ser asi de gracioso.
  • El número que usan para llamar a la Casa Blanca es el verdadero número de su central.

Mientras tanto, en Internet...

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