El Cine Tuyo, Mío y Vuestro

Kick-Ass era sin duda una de mis películas más anticipadas para este año, como se los hice saber una... y otra... y otra... y otra vez. Cuando vi el recortable en los cines del Millenium, oh joy! Estaba anunciada para el 4 de octubre. Pero así, de repente, pasó el mundo, pasaron películas varias... y nada. ¿Saben donde sí la vi? En el último Blockbuster que queda en Caracas, gracias. Y menos mal, porque la película era todo lo que yo esperaba.

Dave Lizewski (Aaron Johnson) es un adolescente promedio, fanático de los cómics y del cine, que un día se pregunta por qué nadie ha tratado de ser un superhéroe --y decide comprar un traje de buzo, modificarlo, armarse de dos bastones y salir a la calle a combatir a los malos. Por supuesto al principio falla espectacularmente --pero insiste. Es tal el éxito subsiguiente que no sólo se convierte en una estrella de Internet, empieza a inspirar a otros a seguir su camino, como el misterioso Red Mist (Christopher Mintz-Plasse, McLovin' de Superbad), a atraer a verdaderos superhéroes en la forma de Big Daddy (Nicolas Cage) y su hija, la letal y supergrosera HitGirl (Chlöe Moretz), y, lo más grave de todo, al jefe del crimen de su ciudad, Frank D'Amico (Mark Strong). Es muy probable que Dave se dé cuenta que ser superhéroe es, como dice Frank, nocivo para la salud.

No puedo culpar al público de no pararle a Kick-Ass cuando salió, más allá del paupérrimo esfuerzo de mercadeo. Esta es una película violenta (muchas veces de gratis), a veces absurda y muchas veces demasiado crítica de la cultura pop aceptada en el mundo. Pero si uno ve el punto que tanto ella como el libro trata de ilustrar (está basada, como seguro saben, en un cómic de Mark Millar), pueden ver que es una obra satírica de las mejores que hay. Hay puntas lanzadas a Internet, adolescentes, el consumo de la violencia, las relaciones entre padres y lo insensibles que nos hemos vuelto a la inseguridad (sí, suena familiar). A la vez, es precisamente un reflejo de nuestro tiempo, en la forma que las aventuras de Kick-Ass son conocidas, cómo él recibe mensajes de ayuda y qué papel juegan las transmisiones en vivo.

Y qué creen --las actuaciones son bastante buenas. Aaron Johnson era un virtual desconocido antes de esta película, y la lamentablemente baja taquilla de Kick-Ass no lo va a convertir en una estrella ahora, pero sin duda el chamo tiene bastante carisma y la habilidad para actuar como para que le ofrezcan más papeles en un futuro. Fue genial ver a Cage en este papel; sigue demostrando que está loco, sin duda, pero es un loco más subestimado esta vez, y su homenaje al Batman de Adam West está demasiado cómica. Mintz-Plasse es, aunque no lo quiera, McLovin' un poco más serio, pero este chamo va a ser un genio cómico al pasar de los años.

La favorita de todos, y con toda la razón, es Chloe Moretz. Esta es una niña que puede volarle la cabeza o cortársela a los malos mientras suelta una sarta de groserías que haría a un maracucho borracho sonrojarse, y se nota que Moretz no sólo se divirtió con el papel, sino que además se lo tomó en serio. Por supuesto que puede ofender a más de uno que las cosas que salen o hace esta niña de 11 años, pero si dejan el puritanismo de un lado verán a una futura estrella hacerse. Entre esto y su papel de joven vampiresa en Let Me In (otra película que, me pregunto yo, ¿cuándo coño van a traer acá?), el futuro de Moretz estará garantizado más allá de sus años.

Es bien triste que el negocio del cine sea siempre una excusa para que una película sea mostrada o no. Así, ¿cómo no van a seguir ganando los piratas? Kick-Ass es una película original, divertida y atrevida que merecía ser un éxito de taquilla. Lo mismo puedo decir de Scott Pilgrim vs. The World, pero eso lo dejo para otro día.