La Hora Cero: A ver qué harás cuando te toque a ti

domingo, octubre 24, 2010 |

carloscaridadQue el cine venezolano esté viviendo el que puede ser su mejor momento es casi que un lugar común. Que La Hora Cero sea quizá el pináculo de ese momento… bueno, quizá sea una exageración. Pero que sea en este momento la película más vista en taquilla debe decirles algo. No tiene quizá la profundidad de Hermano, pero es una película extraordinariamente bien hecha con un guión inteligente y varias buenas actuaciones. Y cosa curiosa, más que un drama, es una película de acción, cosa extraña en una película nacional.

La Parca (Zapata 666) está de emergencia: tiene que llevar a Lady Di (Amanda Key) a un hospital lo que se llama YA. Por primera vez, el sicario quiere salvar una vida en vez de tomarla. Así que convence a su socio El Buitre (Laureano Olivarez) y a su combo que tomen un hospital en La Castellana, además de decentesecuestrar a un médico del ambulatorio cerca de su casa (Erich Wildpret) para salvarle la vida. En medio de una muy verdadera huelga de médicos ocurrida en 1996, nada menos. Cubierta por una ambiciosa periodista (Marisa Román) y su muy calmado camarógrafo (Albi de Abreu). Y un gobernador de Caracas (Rolando Padilla) que quiere disminuir la situación. Drásticamente. Eliminarla, quizá. Y un comisario (Alejandro Furth) y su segundo al mando (Steve Wilcox) que sólo quieren saber cómo es todo el asunto.

En las raras ocasiones en que se intentaba hacer una película de acción a nivel local, no sé qué pasaba que la cosa degeneraba en desastre o en otra cosa. Mi memoria más reciente está plagada más bien de dramas históricos (Miranda) o dramas de suspenso (Secuestro Express) o “comedias” (La Abuela Virgen, Amorcito Corazón). Pero creo que es primera vez que no sólo se mete de lleno alguien en el cine de acción ambientado en estos lares (el responsable es Diego Velasco, antiguo director de la fallida comedia para televisión Planeta de 6, en su primer largometraje), sino que lo hace bien hecho.

Eso sí, donde falla esta película es en donde fallan todas. Uno: pana, si no hace falta que le metas una grosería, no se la metas. Aquí hubo más de una vez que los actores soltaban una mala palabra sólo porque sonaba “natural”, y chamo, no cuadraba. Ni un poquito. Segundo, yo desconozco si así es que actúa la policía venezolana en una situación de rehenes, pero si aún siguen así 14 años después, ¿por qué aún nos preocupamos por la inseguridad? Estos tipos parecen prestados de un equipo SWAT gringo. Y no ayuda que uno de los jefes parece un gringo y así le dicen, aunque hable más criollo que yo.

Pero ahí paro con mis quejas, porque de resto, La Hora Cero es lo mejor que hay en cartelera ahorita, lo digo sin ningún tapujo. Tiene dos cosas que realmente me encantan: una historia compleja con entramados que en muchos casos sólo salen hacia el final de la película, y personajes bien descritos y llenos de contradicciones. Empezando nada más con La Parca: un tipo malo malote, entrenado para matar por dinero, decide arriesgar su vida y la de sus muchachos para salvarle la vida al amor de su vida. Zapata 666 es en realidad un rapero de Petare que ha hecho varios videos él mismo para denunciar la dureza de sus comunidades (vean su minidocumental Bala Perdida en YouTube), pero aquí se la lleva de tú a tú con gente que tiene años haciendo lo mismo sin ninguna pena ni duda. Con la misma puede meter miedo o inspirar respeto; es una primera actuación genial, y ojalá no esté haciendo de malandro toda su vida.

También se destaca de nuevo Erich Wildpret, un actor que pareciera que está dentro del contrato del Centro Nacional de Cinematografía para todas las películas, pues sólo este año ha estado en cuatro, creo (incluyendo la genial DES-autorizados). Él refleja las duras realidades de ser un médico en este país, en especial uno que trabaje en un hospital en vez de una clínica privada. Por un lado está dispuesto a salvar vidas, por el otro ya está harto de las injusticias que le trae la suya.

Las demás actuaciones caen casi en lo convencional, aunque la dinámica entre Wurth y Wilcox son dignas de una película ellos dos solos. (Felicitaciones a mi pana Rafael Carrillo por un papel pequeño pero notable, por cierto). Pero la historia (escrita por Velasco y su compañera Carolina Paiz) es el que merece el aplauso. Todas las subtramas son perfectamente hiladas y cuando llegan las sorpresas en serio fueron sorpresas. Y las escenas están montadas en serio magistralmente. Por favor no dejen de ver esta vaina, pues les repito, es lo mejor que hay en cartelera ahorita.

Mientras tanto, en Internet...

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