Hay sólo una manera de ver Avatar

martes, diciembre 29, 2009 |

avatar De niño, yo tuve una suerte extraordinaria: mi padre me llevó, de seis años, a ver La Guerra de las Galaxias. Imaginen lo impresionante que fue para mí ver ese enorme destructor pasar en la gran pantalla interminablemente. Miren en lo que explotó esa película: dos secuelas, tres precuelas, libros, novelas, muñecos, juguetes… Todos los que fuimos niños en los ‘70 crecimos con todas esas secuencias, vimos generaciones conocerlas, vimos las nuevas películas transgredir nuestras memorias de una forma u otra. No lo sabíamos, pero esos que nos sentamos a ver un enorme hombre vestido de negro con un problema de respiración entrar en una nave tomada estábamos siendo parte de la historia.

Avatar tiene esa importancia, chicos. Sea que compartan lo que opiné de ella o no, es bueno que sean parte del zeitgeist ahora antes de que la agarren en DVD o (peor aún) en la minúscula pantalla de su computadora. Esto, mi gente, es historia. No es sólo porque es una nueva técnica de animación computarizada. No es una nueva manera de contar la historia. No es sólo por lo arrecho que se ve. Es por todo eso. Es el gran evento cinematográfico del año, quizá la década. Sólo porque, en palabras de un crítico, James Cameron puede que haya salvado la experiencia de ir al cine.

¿No me creen? A ver. ¿Cuántos de ustedes están acostumbrados a simplemente verla pirateada, ya sea descargada o por “quemaíto”? Mi cuñado es uno. Estuvo de visita aquí en Caracas desde el interior la semana del estreno, y decidió irla a ver. Cuando regresó, llegó hablando entusiasmado sobre lo increíble que era. Incluso buscó convencer a su papá que no la buscara en DVD.

avatard Eso a la vez es su mayor encanto y su peor defecto. A menos que tengas un televisor del tamaño de una pared, o una forma de proyectar algo por el lado de un edificio, ¿cómo podrías lograr sumergirte en la experiencia? Aún así, aún no hay películas tridimensionales que se vena en alta definición. Eso por supuesto hace que pierda el encanto de tenerla en tu casa, algo que yo no creo que haga a menos que sea una de esas ediciones ultraespeciales con miles de extras. ¿Cómo poder volver a recrear lo que vi en el cine? ¿Cómo vivir esa experiencia otra vez? Y si no me creen, piensen en lo que sintieron cuando vieron ese primer trailer en su computadora. Yo sé que yo pensé, “¿esto es todo?” ¡Qué equivocado estaba!

Ir al cine se está volviendo un lujo sin duda. Entradas caras, mucha gente, mucha MALA gente, mal servicio en algunos casos. La piratería, lamentablemente, hace ver películas mucho más sencillo. Es algo que, aunque lo denuncie, una y otra vez, entiendo el atractivo. Pero hay películas que se merecen mucha, muchísima más dedicación. Pueden llegar a formar parte de la cultura universal. Son un “antes y después”. Avatar puede ser esa película. No joda, estoy seguro que ES esa película. Es para verla varias veces, en las mejores condiciones o sólo en muy buenas. Es para verla en familia, en pareja, con amigos o con los hijos. Es para discutirla u oír discusiones de ella (y créanme, hay bastante que discutir). Pero sobre todo, es para pasarla bien en el cine como nunca lo han hecho antes. Al menos desde Star Wars. Y gente, una vez que esos azulitos se vayan de la pantalla, a menos que en 2034 un anciano James Cameron decida relanzarla para que la experimentemos una vez más, no habrá otra oportunidad de vivirla. Nunca más.

Mientras tanto, en Internet...

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