Los Abrazos Rotos: todo Almodóvar, gracias Almodóvar
sábado, octubre 24, 2009 | Etiquetas: 2009, cartelera, cine español, cine europeo, opciones de cine, reseña |
Yo tengo una enorme deuda con el cine español, pues mi conocimiento de su producción y sus realizadores y actores es muy limitado, y es uno de tantos objetivos que, como cinéfilo, me he trazado a lo largo de mi vida para actualizarme. Hasta ahora, mi conocimiento no pasa más allá del que se ha convertido en el más universal de sus directores, el que consistentemente ha logrado que cada película que hace sea comentada a nivel mundial, y encima se convierta en un éxito. Y en esta ocasión lo ha logrado aún más, pues aunque la única otra película suya que he visto fue la delicia de 1991 llamada Tacones Lejanos, Pedro Almodóvar ha demostrado de nuevo que es todo un pintor que usa el celuloide como lienzo en Los Abrazos Rotos.
Antes de hablarles de los detalles de la película, necesito hablarles de la bellísima fotografía, pues ha pasado tiempo que he visto una película de arte. Almodóvar trabajó en esta ocasión con Rodrigo Prieto, un mexicano que se ha cansado de trabajar en Hollywood en películas que yo he admirado muchísimo como Brokeback Mountain, Babel y hasta 8-Mile. Los detalles de luz, de composición de tomas y los mejores close-ups (la película abre con un close-up extremo del ojo de la actriz Marta Aledo tan perfecto que se puede ver reflejado su entorno). Ahora estaré más pendiente de los créditos de sus futuras películas; al menos sé que se verá gloriosa.
Dicho eso, Almodóvar siempre ha escrito historias centradas en mujeres fuertes o inmensamente atractiva, y esta no es ninguna excepción. La historia se centra en Harry Caine (Lluís Homar), un escritor ciego que hace tiempo se llamaba Mateo Blanco y era director de cine. Aún no sabemos por qué ha asumido el seudónimo con el que firmaba sus guiones como su nueva personalidad, pero nos lo va narrando. Su agente, Judit (Blanca Portillo), le sigue ayudando a conseguir trabajo y vender sus guiones, y tiene al hijo de Judit, Diego (Tamar Novas), como su asistente, secretario y amigo. Un día, recibe la visita de un misterio joven que se hace llamar Ray X (Rubén Ochandiano) que le insiste en que lo ayude a escribir una película sobre el odio de un hijo hacia el padre que nunca loa ceptó por ser homosexual. La historia le parece demasiado personal a Harry, y lo rechaza, pero otro acontecimiento le hará luego cambiar de parecer. Esa noche, un accidente mete a Diego en el hospital, y como Judit no está en la ciudad, Harry le cuida, y como un padre que le cuenta a un niño una historia, ante la insistencia de Diego de que le explique el secreteo de su madre, le narra la historia de la última película de Mateo, y la de su amada Lena (Penélope Cruz).
Lena empezó siendo la asistente de un poderoso empresario llamado Ernesto Martel (José Luis Gómez), pero luego que éste ayuda a su padre, se convierte en su amante. Lena sólo sueña con ser actriz, y acude a una prueba con el director Mateo Blanco, y… bueno, por ahí empiezan los problemas.
La historia es una mezcla de drama, cine negro y comedia, como casi todo lo de Almodóvar, quien dice que se inspiró para escribirla luego de contemplar una fotografía que había tomado en playa Golfo, en la isla de Lanzarote, en las Islas Canarias (el mismo sitio de la foto de la película), que cuando fue revelada le mostró una pareja que él no había visto. "Sentía que esa pareja guardaba un secreto", dijo en una entrevista después. "Toda la isla guardaba un secreto. Tenía que develar ese secreto".
El resultado es una de las más absorbentes historias de amor que he visto desde Romeo y Julieta, creo yo. Cada personaje tiene una fascinante historia que supieron desarrollar a las mil maravillas, y las actuaciones son cada una mejor que la otra. Homar y Gómez son, extrañamente, lo más flojo de la película, Gómez más que Homar, aunque hacen un buen trabajo. Sin embargo, Homar logra mínimas sutilezas en su papel que esconden un eterno dolor que no es sino evidente hasta el mismo final, y cuando muestra un poco más de emoción lo hace muy bien.
También puede ser porque el fuerte de Almodóvar, como dije, son sus personajes femeninos, y creo que nadie los escribe como él. Portillo empieza siendo como la estricta pero adorable asistente, y crees que se convertirá en una especie de Lily Tomlin en The Kid, pero empieza a evolucionar en una complejidad mucho mayor, y Portillo logra esa transformación con la sutileza de un amanecer. También vemos pequeñas actuaciones de Carmen Machi, en un pequeño y divertidísimo papel en una película que se filma dentro de la película inspirado en una amiga de Almodóvar que tuve un romance, sin saberlo, con un miembro de la ETA. No les digo más porque eso es de verlo para creerlo y reírse sin parar.
Y claro, está Penélope... Esta mujer está siendo desperdiciada en Hollywood, Oscar o no. Primero, ha estado volviéndose más y más hermosa con el pasar de los años. Y segundo, el rango de emociones que logra transmitir en su rostro es vasto como una sabana que me recuerdan a las habilidades de Susan Sarandon. Cuando está feliz, está absolutamente radiante; cuando está triste es como si el mundo entero se estuviera viniendo abajo. Aunque no tan descarada y abierta como su rol en Vicky Cristina Barcelona, estos son los roles que Cruz merece tener: delicados pero grandilocuentes, que le muestren al mundo por qué Almodóvar la tiene como su musa.
Sigo diciendo que Inglourious Basterds es la mejor película que he visto este año, pero sería una grosería y un insulto al cine que no diga que Los Abrazos Rotos está a la par en cuanto a la calidad. Como entretenimiento hollywoodense, Basterds es el cúlmine de la producción cinematográfica de ese estilo, pero Abrazos es el auténtico séptimo arte, el que se hace como expresión artística pura que entretiene, no porque sea quizá el objetivo, sino porque es la mera esencia del cine a la vez que te hace reflexionar. Asombrosa.