Un Zoológico en Casa: Cuando la vida da problemas, habla con el tigre
jueves, marzo 29, 2012 | Etiquetas: 2012, cartelera, drama, opciones de cine |
Érase una vez un director que hacía incluso que el más convencional de los géneros cinematográficos –la comedia romántica—se viera de manera poco convencional. Clásicos como Say Anything, Singles, la genial Almost Famous son películas literalmente “suaves”, donde está bien ligarla que los protagonistas encuentren el verdadero amor. Luego vino la extraña Vanilla Sky y la usualmente rechazada Elizabethtown, y la gente ya no cree mucho en Cameron Crowe.
Ahora lo intenta de nuevo con We Bought A Zoo, basado en un libro autobiográfico de Benjamin Mee, y aunque carece de lo memorable de sus mejores películas, y quizá caiga en demasiados clichés, no puedo decir que se trata de una película mala.
Matt Damon interpreta a Mee, un periodista que ha perdido a su mujer y lucha por criar a sus hijos Dylan (Colin Ford) y Rosie (Maggie Elizabeth Jones) mientras trata de mantener su trabajo haciendo periodismo de aventura y entrevistando, em, importantes personajes que nosotros conocemos. Cuando ve que necesita un severo cambio en su vida, decide comprar una casa en las afueras de la ciudad que resulta ser un dilapidado zoológico que lleva cerrado dos años y tiene más de 70 animales. El personal, que incluye a una determinada cuidadora (Scarlett Johansson) y su primita Lily (Elle Fanning), un escandaloso carpintero escocés (Angus Macfayden, de Braveheart) y un callado ingeniero que nunca suelta a su monito capuchino (Patrick Fugit, reuniéndose con Crowe luego de Almost Famous). En contra del consejo de su hermano mayor (Thomas Hayden Church), Benjamin decide tratar de reabrir el zoológico y a ver si así le da sentido a todo lo que le pasa. Sí, es lógica de película, pero bueno, en serio, funciona.
Crowe siempre se caracterizó por tomar riesgos (poner a Tom Cruise como inseguro, contratar a un desconocido para protagonizar su película más personal), pero en We Bought A Zoo lo juega completamente seguro. Claro, se decidió a hacer una película familiar, una película que tú pudieras llevar a tus chamos y decir “mira, Jason Bourne no sólo medio mata a la gente, también ayuda animales”. Lo malo es que le da a cada cliché en el camino: el escocés irritable, la amable pero ruda cuidadora, la adorable niñita que le derrite el corazón al más duro, y si en serio no saben cómo termina esta película es que no han visto suficiente cine en su vida.
Lo que salva la película es que todas las actuaciones son naturales y simpáticas. Damon en particular siempre es fácil de apoyar, y es increíble que con esa cara de niñito puede interpretar al padre de un chamo de 13 años de manera creíble, sin mencionar que tiene una excelente química tanto con sus hijos (su tensa relación con Ford es de las más auténticas relaciones padre-hijo que he visto) y con Johansson, que me alegra no esté haciendo su típica actuación de niña dulce o discreta femme fatale. Me molesta un poquito que Fanning, tan talentosa como su hermana Dakota, esté reducida a la niñita “ji ji qué lindo eres”, pero bueno, hace un gran trabajo. El resto, aunque en su mayoría sólo son cameos extendidos, igual hacen un buen trabajo. El único que me medio molestó es Fugit; luego de ser tan bueno en Almost, ¿quedaste reducido a un hippie con un mono?
Como siempre con Crowe, todo esto está aderezado por una genial banda sonora, con temas de Bob Dylan, Neil Young, Tom Petty y oh por Dios mi adolescencia, Temple of the Dog. Todo unido por la genial pista del líder de Sigur Ros, Jonsi, que en igual medida te puede hacer llorar, reír, sonreír o hacerte volar, pero nunca exasperarte. Al igual que Trent Reznor cuando hizo la banda de Red Social, Jonsi captura la esencia de la escena con su música sin manipularte a sentir nada; simplemente adivina lo que estás sintiendo y le pone una tonada.
Si no les molesta suficiente dulzura como para causar diabetes, We Bought A Zoo es una buena adición a ese canon de películas que busca mostrarte que a veces se necesita un cambio serio para mejorar la vida. Benjamin Mee compró un zoológico; a los demás nos bastaría un psicólogo…
Ahora lo intenta de nuevo con We Bought A Zoo, basado en un libro autobiográfico de Benjamin Mee, y aunque carece de lo memorable de sus mejores películas, y quizá caiga en demasiados clichés, no puedo decir que se trata de una película mala.
Matt Damon interpreta a Mee, un periodista que ha perdido a su mujer y lucha por criar a sus hijos Dylan (Colin Ford) y Rosie (Maggie Elizabeth Jones) mientras trata de mantener su trabajo haciendo periodismo de aventura y entrevistando, em, importantes personajes que nosotros conocemos. Cuando ve que necesita un severo cambio en su vida, decide comprar una casa en las afueras de la ciudad que resulta ser un dilapidado zoológico que lleva cerrado dos años y tiene más de 70 animales. El personal, que incluye a una determinada cuidadora (Scarlett Johansson) y su primita Lily (Elle Fanning), un escandaloso carpintero escocés (Angus Macfayden, de Braveheart) y un callado ingeniero que nunca suelta a su monito capuchino (Patrick Fugit, reuniéndose con Crowe luego de Almost Famous). En contra del consejo de su hermano mayor (Thomas Hayden Church), Benjamin decide tratar de reabrir el zoológico y a ver si así le da sentido a todo lo que le pasa. Sí, es lógica de película, pero bueno, en serio, funciona.
Crowe siempre se caracterizó por tomar riesgos (poner a Tom Cruise como inseguro, contratar a un desconocido para protagonizar su película más personal), pero en We Bought A Zoo lo juega completamente seguro. Claro, se decidió a hacer una película familiar, una película que tú pudieras llevar a tus chamos y decir “mira, Jason Bourne no sólo medio mata a la gente, también ayuda animales”. Lo malo es que le da a cada cliché en el camino: el escocés irritable, la amable pero ruda cuidadora, la adorable niñita que le derrite el corazón al más duro, y si en serio no saben cómo termina esta película es que no han visto suficiente cine en su vida.
Lo que salva la película es que todas las actuaciones son naturales y simpáticas. Damon en particular siempre es fácil de apoyar, y es increíble que con esa cara de niñito puede interpretar al padre de un chamo de 13 años de manera creíble, sin mencionar que tiene una excelente química tanto con sus hijos (su tensa relación con Ford es de las más auténticas relaciones padre-hijo que he visto) y con Johansson, que me alegra no esté haciendo su típica actuación de niña dulce o discreta femme fatale. Me molesta un poquito que Fanning, tan talentosa como su hermana Dakota, esté reducida a la niñita “ji ji qué lindo eres”, pero bueno, hace un gran trabajo. El resto, aunque en su mayoría sólo son cameos extendidos, igual hacen un buen trabajo. El único que me medio molestó es Fugit; luego de ser tan bueno en Almost, ¿quedaste reducido a un hippie con un mono?
Como siempre con Crowe, todo esto está aderezado por una genial banda sonora, con temas de Bob Dylan, Neil Young, Tom Petty y oh por Dios mi adolescencia, Temple of the Dog. Todo unido por la genial pista del líder de Sigur Ros, Jonsi, que en igual medida te puede hacer llorar, reír, sonreír o hacerte volar, pero nunca exasperarte. Al igual que Trent Reznor cuando hizo la banda de Red Social, Jonsi captura la esencia de la escena con su música sin manipularte a sentir nada; simplemente adivina lo que estás sintiendo y le pone una tonada.
Si no les molesta suficiente dulzura como para causar diabetes, We Bought A Zoo es una buena adición a ese canon de películas que busca mostrarte que a veces se necesita un cambio serio para mejorar la vida. Benjamin Mee compró un zoológico; a los demás nos bastaría un psicólogo…
Un Zoológico en Casa: Cuando la vida da problemas, habla con el tigre
2012-03-29T12:53:00-04:30
Juan Carlo Rodriguez
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