Plasma de Miércoles E43: Pan y Tulipanes (2000)

miércoles, noviembre 18, 2009 |

panetulipani Un agradecimiento eterno de mi profesión de periodista es la exposición a un poco de todo lo que el mundo nos pueda ofrecer. Mi profesor de Comuniciación y Literatura, un tal Cristóbal Guerra, hablaba de poder detectar los elementos literarios aún en el cine. Y para demostrarlo, nos mostró una pequeña joya del cine italiano moderno llamada Pane e Tulipani, de 2000. Y yo no sólo vi esos elementos, sino que después de La Vita É Bella, es mi película italiana favorita, y una de mis películas favoritas, en general. Qué hermosa historia, y qué belleza de película.

En un viaje de turismo a las ruinas de Pompeya, conocemos a Rosalba (Licia Maglietta), una humilde ama de casa casada con un rico y despótico distribuidor de piezas de plomería (Antonio Catania) y madre de dos ingratos hijos adolescentes. Insólitamente, nadie se da cuenta que está faltando cuando el autobús arranca de vuelta a Pescara sin Rosalba. Mimo, el esposo, cuando se da cuenta, la llama indignado y le dice que nos e mueva, que ya la buscarán, que siempre hace esto, que qué fastidio, bla bla bla. Eso despierta una rebelión en Rosalba, y decide no esperar a que la vengan a buscar. Pidiendo cola, por Dios, llega a la ciudad mágica, Venecia, y decide que va a dar una vuelta antes de volver a casa.

Por supuesto, como es Venecia, conoce a una serie de personajes fascinantes. Conoce a un florista anarquista llamado Fermo (Felice Andreasi), e incluso decide trabajar para él (sí, era mucho más que una escapadita); una amable y holística masajista llamada Grazia (Marina Massironi), quien la acoge; y un estricto y taciturno mesonero islandés llamado Fernando (Bruno Ganz), que a pesar de su pétreo rostro admira el espíritu amable de Rosalba. Por supuesto, Mimo no se va a quedar así como así. Cualquier esposo habría dejado todo e ido a buscar a su mujer, pero Mimo, quien da la casualidad que tiene un romance con su concuñada, demora esa búsqueda todo lo que puede. Y cuando finalmente se decide, lo que hace es enviar a un plomero (Giuseppe Battiston) disfrazado de detective privado a que la busque.
Todo este tiempo, Rosalba se debate entre su responsabilidad familiar y un deseo de ser ella misma –algo con lo que toda mujer seguramente se puede relacionar en algún momento, esa búsqueda de descubrir quién es realmente. Y Maglietta tiene un aire de perfecta inocencia que hace que, aunque al principio estemos convencidos que esta mujer está loca, que cómo se le ocurre, no podamos resistir apoyarla mientras la película continúa. Esta es una mujer que ha vivido en un cascarón toda su vida, y en sus ojos se ve que está experimentando todo por primera vez en su vida. Casi que por lástima, hay que apoyarla.

Lo único que le podríamos criticar a la película es que el resto de los personajes, salvo una excepción, son casi caricaturescos, algo que creo que se le puede culpar al guión de Silvio Soldini y Doriana Leondeff (Soldini también dirigió). Mimo es sencillamente despótico y antipático al extremo, diseñado para aumentar la simpatía que ya tenemos por su mujer. El plomero es torpe y optimista pero buena gente, de modo que creemos imaginarnos por dónde va su personaje. La sola salvedad es Bruno Ganz, un imponente actor austríaco que tuvo el valor de luego interpretar nada menos que a Adolf Hitler en La Caída. Pero aquí es irreconocible; taciturno, servicial y severo, hay sin embargo una paternalidad cuando su corazón empieza a ceder ante las ansias de vida de Rosalba que uno es incapaz de imaginar a este hombre alzando la voz.

Pane e Tulipani muestra un maravilloso punto de vista italiano a una ciudad tan cosmopolita como es Venecia, con unos toques de hilarante humor y sorprendente ternura, algo que como latinos quizá podamos apreciar más que un público estadounidense. Descaradamente femenina pero no feminista, uno debe ver esta pequeña joya como un himno a la libertad, a buscar lo que realmente queremos hacer con nuestra vida. Está en la misma liga que Los Puentes de Madison, pero mucho más alegre, si acaso un poco fantasiosa. Bellísima. Véanla cuando puedan.

Pan y Tulipanes (sin subtítulos)

NOTAS CURIOSAS
  • Licia Maglietta es una talentosa acordeonista, y realmente es su música la que suena en diversas partes de la películas.
  • Detalle para las fans del difunto Eduardo Palomo: es la telenovela Corazón Salvaje la que ella está viendo cuando está planchando.
  • Selección oficial tanto del Festival de Cannes como el de Toronto de ese año.

Mientras tanto, en Internet...

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