Plasma de Miércoles E89: The Breakfast Club (1985)

miércoles, diciembre 14, 2011 |

breakfast_club_xlg Algunos de los clichés más usados para algunas películas hacen que la importancia de ellas quede diluida. Cuando una película “marca una generación” o “un hito” o narra “la historia de una vida”, lo primero que debe venir a la cabeza es “hipérbole”. Pero The Breakfast Club –traducida en algunas partes como El Club de los Cinco—se atiene a la primera de esas descripciones y en realidad mucho más, pues como tantas películas del director John Hughes, se considera que ninguna ha capturado tan adecuadamente al típico adolescente norteamericano de los 80 –y en realidad, a cualquier adolescente, punto.

 

Es sábado, y cinco muchachos han sido llamados a castigo por un director (Paul Gleason) quizá demasiado estricto. Todos representan estereotipos que aún hoy se ven en los colegios: está Claire, la princesita (Molly Ringwald); Andrew, el atleta (Emilio Estévez); Brian, el “nerd” (Anthony Michael Hall); Allison, la friqui (Ally Sheedy); y John Bender, el malandro (Judd Nelson). No podrían ser más distintos –y sin  embargo, a medida que va pasando el día descubren que tienen mucho más en común de lo que pueden pensar.

 

Quizá se pueda pecar de idealista, más aún esta época que “película para adolescentes” es mostrar cuanto sexo y borrachera se pueda mostrar, pero The Breakfast Club hizo algo que no se hace hoy en día cuando Jersey Shore es el triste rey: trata a los adolescentes como gente pensante y tratante. Aquí no es que haya diálogo filosófico digno de Platón, o conversaciones de la altura y velocidad que podemos ver en The Social Network, pero es del diálogo más sincero que se puede ver en una película. A medida que uno ve por lo que pasa un chamo de 16, 17 años en la escuela, sin importar qué tan grande, malo o bonito eres, la escuela para muchos era una época difícil. Pero, citando a Anna Karenina (wow, de verdad me puso literario, ¿no?), así como “cada familia infeliz es infeliz a su propio manera”, cada uno experimenta el sufrimiento de la escuela a su propia manera. “Tienes que ser excelente estudiante, tienes que destacarte en deportes, tienes que lucirte ante un público”. O mira sabes, “¿para qué me molesto en criarte? ¿O para qué vienes, si lo que vas a terminar es en un sanatorio o la cárcel?” Y a pesar de ello, no hay la angustia melodramática que se pueda ver en Crepúsculo. Aún a pesar de las fallas personales que tiene cada personaje, no tienes ningún problema en aceptarlos

 

El mayor contraste que veo entre The Breakfast Club y cualquier película de su estilo en la actualidad es que sus protagonistas no son escogidos tanto por cómo se ven sino por su evidente talento. Aunque claro, en promedio están pujando la edad de colegiales, en particular Nelson, pero al final realmente no importa. Nelson tiene una presencia única con su distintiva cara que algo tiene; es una lástima que hoy en día no esté en ninguna parte importante, básicamente. Igual con Ringwald y Sheedy, y me divierte que Hall hoy en día se haya convertido en un tipo rudo después de sus orígenes. Pero este fue el pico para todos: Ringwald puede ir de encantadora a indignante en un parpadeo, y Estévez, como buen miembro de su familia, puede ser intenso o divertido con facilidad y credibilidad. Hall repite su papel de otro clásico de Hughes, Sweet Sixteen, quizá con un poco más de profundidad y sentimiento, proveyendo del tradicional elemento de comedia. Sheedy es la única que actuó en contra de su tipo: realmente tú la ves y te preguntas, ¿esta pana está loca?

 

Visto como un clásico de los 80, The Breakfast Club puede verse también como una versión superficial de El Ángel Exterminador de Luis Buñuel: ¿qué pasa cuando un grupo de personas no puede salir de una habitación? Puede descender el caos, pero después de ello invariablemente sale el orden. Sin duda es entretenida, bien escrita y excelentemente actuada, los tres elementos básicos para una buena película, pero es también una mirada nostálgica a una época donde no necesitabas mostrar una chama apenas vestida o cincuenta millones de chistes de vómito para atraer a un público joven. Cómo te extraño, John Hughes.

 

NOTAS CURIOSAS

  • Emilio Estévez iba a interpretar a Bender, pero John Hughes no consiguió a nadie que interpretara a Clarke, así que Estévez aceptó hacerlo. Igualmente, Molly Ringwald tenía muchas ganas de interpretar a Allison, pero ya le habían prometido el papel a Ally Sheedy.
  • Se consideró a Jodie Foster para Claire y Brooke Shields para Allison. (Shileds y Nelson luego actuarían juntos en la serie cómica Suddenly Susan).
  • La hermana y mamá de BRian son la hermana y mamá de Anthony Michael Hall. Su padre, quien lo pasa buscando al final de la película, es el propio John Hughes.
  • La biblioteca donde tiene lugar la película fue construida para ella en el gimnasio de la escuela Maine North High School, la que había cerrado dos años antes que la filmación empezara. (Hoy en día es una estación de policía estatal de Illinois.)
  • Hughes insistió en que el elenco y el eqipo comieran en la cafetería de la escuela.
  • Se consideró a Nicolas Cage como Bender al principio, pero no se podía pagar su salario. Luego iba a ser John Cusack, pero Hughes lo reemplazó antes de empezar a filmar.
  • Todo el elenco ensayó la película como si fuera una obra de teatro antes de empezar a filmarla. Luego de su éxito, se le pidió a Hughes que reescribiera el guión como tal para que grupos teatrales colegiales pudieran interpretarla. (Aquí tienen el guión, si les interesa.)
  • La escena donde todos se sientan en un círculo y dicen por qué los castigaron es completamente improvisada.
  • John Hughes casi despide a Judd Nelson por lo mal que trataba a Molly Ringwald. Paul Gleason convenció a Hughs que Nelson simplemente era un buen actor y estaba tratando de mantenerse en personaje.
  • Se había propuesto que habrían varias secuelas, donde los personajes se reunieran cada diez años. Pero dada la volátil relación entre John Hughes y Judd Nelson (el director juró nunca volver a trabajar con Nelson de nuevo), y cómo Ringwald dejó el género de películas adolescentes para siempre, esas esperanzas se eliminaron.
  • Nelson, Sheedy y Estévez interpretan estudiantes de bachillerato el mismo año que interpretaron graduados universitarios en St. Elmo’s Fire. De hecho, los únicos con edades para bachilleres eran Ringwald (17 años) y Hall (17 también). Nelson tenía 26, y Estévez y Sheedy tenían 23.
  • John Kapelos, quien tiene un pequeño papel como Carl el conserje, jugó con los actores que no exageraran la intensidad recordando que a Martin Sheen le dio un infarto mientras filmaba Apocalipsis Ahora. Esto enfureció a Emilio Estévez, el hijo de Martin Sheen, lo que dejó a Kapelos en el sitio (y no entiendo cómo, si Estévez y Sheen son idénticos). Se disculpó con Estévez, éste la aceptó y la película siguió como si nada, pero la conciencia de Kapelos lo tenía mal duranet muchos años. Cuando tuvo un pequeño papel en The West Wing en 1999, le contó a Sheen la historia, al que le pareció graciosísima, y le dio un poco de paz a Kapelos.
  • El tema para la película, “(Don’t You) Forget About Me”, fue escrito para la película por Keith Forsey, quien luego produciría las bandas sonoras de Flashdance y Un Policía en Beverly Hills II, y Steve Schiff, y fue ofrecido a Brian Ferry, Billy Idol y la banda The Pretenders. Ferry la rechazó, Idol también (aunque incluyó una versión como una pista extra en su disco de grandes éxitos de 2001) hasta que Chrissie Hynde, cantante de The Pretenders, la propuso para la banda de su esposo en aquel entonces, Jim Kerr. Se convirtió en el mayor éxito de Simple Minds, y aquí se las incluyo.

Mientras tanto, en Internet...

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