El Gato con Botas: Te hacen falta más que las botas, amiguito
sábado, diciembre 10, 2011 | Etiquetas: 2011, animación, cartelera, opciones de cine |
El spin-off: esa extraña costumbre de agarrar a un personaje secundario de una popular película y convertirlo en principal. En televisión es oro: funcionó con Cheers, que nos dio Frasier; no funcionó con Friends, que nos dio Joey. En el cine, bueno… Miren todas las películas basadas en personajes de Saturday Night Live, miren cómo salió X-Men Origins: Wolverine luego de X-Men. Evan Almighty. La Caravana del Valor: Una Aventura Ewok. Catwoman. Así que hay que ver con aprensión cómo toman a un personaje ni siquiera secundario, sino terciario de la franquicia de Shrek y le dan su propia película.
Para ser absolutamente sinceros, no está mal. La estoy olvidando en este instante que salí del cine de verla, pero no está mal.
Varios años antes que cruzara el camino de nuestro ogro verde favorito, el Gato con Botas (Antonio Banderas) es un fugitivo perseguido por un crimen que no cometió. Finalmente oye de las habichuelas mágicas, que los ladrones Jack (Billy Bob Thorton) y Jill (Amy Sedaris) tienen en su poder. Pero justo cuando las va a agarrar, se cruza con la sensual Kitty Patas Suaves (Salma Hayek), que lo lleva a cruzar caminos con un viejo amigo/enemigo, Humpty Dumpty (Zach Galifianakis), quien lo convence de buscar las habichuelas juntos –lo que podría redimir su nombre.
Ciertamente los temores que esto iba a ser Shrek 5 no son infundados, pues esa serie de películas no es nombrada en ningún momento. No, el Gato con Botas debe pararse solito en sus dos patitas, y en general lo logra, pero la magia de sus predecesoras no está allí. No sé si es la ausencia de las muy justificadas referencias culturales, o que los personajes de los cuentos de hada no son tan bien usados, o es que sencillamente el guión no tiene tanta fuerza como las anteriores. O es que ya lo hemos visto todo: la desilusión de no encajar, la envidia, la redención, y es como pesado verlo todo junto en una película animada.
Pero vaya una película animada del punto de vista técnico. A estas alturas Dreamworks se sabe manejar en un área que Pixar aún no agarra: crear personajes tan grotescos que son divertidos (aunque ese premio se lo está llevando Rango este año). Aquí hay estudios serios del comportamiento felino, y los gatos protagonistas se mueven tan naturalmente como se espera lo haga un felino ligeramente antropomorfo. Y claro, están las actuaciones que lo complementan: Banderas goza un mundo haciendo su imitación de “er gato Jinx” y, aunque su exagerado acento andaluz a veces hasta distrae, el joie de vivre que le inyecta al Gato con Botas hace que entendamos por qué no se quiso dejar morir el personaje. Hayek, que a estas alturas actúa junto a Banderas como si nada, es tal cual la chica que no necesita ayuda, pero reboza sensualidad. Galifianakis, por su parte, es una versión callada y traumatizada (más) del Alan de The Hangover; no es gran cosota.
Y eso mismo es lo que puedo decir de El Gato con Botas. Mientras es una divertida aventura sin más pretensiones que entretener, ya Shrek es parte de la cultura popular. Creo que hacer un spinoff de una de las franquicias más exitosas de la historia se merecía un esfuercito adicional.
Para ser absolutamente sinceros, no está mal. La estoy olvidando en este instante que salí del cine de verla, pero no está mal.
Varios años antes que cruzara el camino de nuestro ogro verde favorito, el Gato con Botas (Antonio Banderas) es un fugitivo perseguido por un crimen que no cometió. Finalmente oye de las habichuelas mágicas, que los ladrones Jack (Billy Bob Thorton) y Jill (Amy Sedaris) tienen en su poder. Pero justo cuando las va a agarrar, se cruza con la sensual Kitty Patas Suaves (Salma Hayek), que lo lleva a cruzar caminos con un viejo amigo/enemigo, Humpty Dumpty (Zach Galifianakis), quien lo convence de buscar las habichuelas juntos –lo que podría redimir su nombre.
Ciertamente los temores que esto iba a ser Shrek 5 no son infundados, pues esa serie de películas no es nombrada en ningún momento. No, el Gato con Botas debe pararse solito en sus dos patitas, y en general lo logra, pero la magia de sus predecesoras no está allí. No sé si es la ausencia de las muy justificadas referencias culturales, o que los personajes de los cuentos de hada no son tan bien usados, o es que sencillamente el guión no tiene tanta fuerza como las anteriores. O es que ya lo hemos visto todo: la desilusión de no encajar, la envidia, la redención, y es como pesado verlo todo junto en una película animada.
Pero vaya una película animada del punto de vista técnico. A estas alturas Dreamworks se sabe manejar en un área que Pixar aún no agarra: crear personajes tan grotescos que son divertidos (aunque ese premio se lo está llevando Rango este año). Aquí hay estudios serios del comportamiento felino, y los gatos protagonistas se mueven tan naturalmente como se espera lo haga un felino ligeramente antropomorfo. Y claro, están las actuaciones que lo complementan: Banderas goza un mundo haciendo su imitación de “er gato Jinx” y, aunque su exagerado acento andaluz a veces hasta distrae, el joie de vivre que le inyecta al Gato con Botas hace que entendamos por qué no se quiso dejar morir el personaje. Hayek, que a estas alturas actúa junto a Banderas como si nada, es tal cual la chica que no necesita ayuda, pero reboza sensualidad. Galifianakis, por su parte, es una versión callada y traumatizada (más) del Alan de The Hangover; no es gran cosota.
Y eso mismo es lo que puedo decir de El Gato con Botas. Mientras es una divertida aventura sin más pretensiones que entretener, ya Shrek es parte de la cultura popular. Creo que hacer un spinoff de una de las franquicias más exitosas de la historia se merecía un esfuercito adicional.
El Gato con Botas: Te hacen falta más que las botas, amiguito
2011-12-10T21:54:00-04:30
Juan Carlo Rodriguez
2011|animación|cartelera|opciones de cine|
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