Plasma de Miércoles E64: The Public Eye (1992)

miércoles, mayo 05, 2010 |


Esta semana asistí a una discusión sobre ética en el trabajo, en particular respecto al periodismo. En esta década en que hay tanta polémica sobre la posición de la prensa, sobre si nosotros los periodistas respondemos a intereses más allá de nuestras propias conciencias –si no miren lo que pasó el domingo—, creo que es sano aceptar que hay algunos profesionales, con o sin comillas, que piensan más en el beneficio propio, el espectáculo o en desprestigiar a un contrario. Eso no es nuevo, no es sólo en Venezuela y, aunque sea visto mal, no dejará de existir nunca.

Pero no se puede negar que una historia centrada en un personaje así da para excelente film noir.

The Public Eye (llamada La Mirada Indiscreta en español) es una de esas películas que yo lamento mucho no haya sido más vista en su época, pues es un excelente homenaje a las clásicas películas de cine negro al estilo de El Halcón Maltés, a la vez que es absolutamente original. Es, además, una muestra de dos actuaciones que no son más memorables porque menos gente ha visto esta película, además de una historia efectiva y una puesta en escena absolutamente real. Visceral, diría yo.

Leon “Bernzy” Bernstein (Joe Pesci) se toma muy en serio su trabajo, tanto como mucha gente lo cree inútil o basura. Armado con una enorme cámara y un cupé equipado con un radio de policía y un cuarto oscuro en la maleta, Bernzy acude a las escenas de los horribles crímenes que se pueden suceder en las calles de la Nueva York de los años 40, para luego venderlas a los tabloides. Puede ser un senador borracho en el piso, una prostituta apuñalada, un mafioso siendo arrestado. “A todo el mundo le encanta que le tomen su foto. A todo el mundo”, dice Bernzy.

Pero a pesar de ello, él se considera un artista. Quiere hacer un libro con sus fotos, pero obvio los editores se resisten. ¿Quién querría un libro tan deprimente? Así que se mantiene como freelance, con la consigna “Ya sea antes o después, pero siempre los agarro”, y nunca tomar el lado de nadie.

Hasta que Kay Levitz, la dueña de un local nocturno (Barbara Hershey), le pide ayuda. Por lo visto, su esposo falleció dejando una gran deuda con la mafia, y Bernzy podría ayudarla a investigar a un individuo en particular que la tiene angustiada. Contra su mejor juicio, Bernzy acepta ayudarla –y se mete en un caso en el que tanto la mafia como la policía tienen intereses. Así que ahora, hay que decidir –aunque quizá salgan fotos geniales…

Esta fue la segunda y hasta ahora penúltima película dirigida por Howard Franklin (guionista de Romancing The Stone y El Nombre de la Rosa) y además producida por un tal Robert Zemeckis. Le aplaudo que no sólo haya logrado agarrar a Pesci fresco de su actuación en Goodfellas sino por tener a Jan Bergstronm como decorador de sets, pues hace un trabajo genial de transportarnos a esa época del mundo. Franklin además escribió el guión –y tuvo que esperar 10 años antes que alguien lo comprara. No es que lo pueda culpar: genial como es, no deja de ser una película parecida a varias que hayas visto antes.

Pesci estaba montado en la cresta de la ola cuando aceptó hacer este papel, basado en Wee Gee, un verdadero fotógrafo con una pasión parecida (y sí terminó haciendo su libro y exhibió su trabajo en galerías). Es un Pesci clásico, Bernzy, a mitad de camino entre gracioso y triste. Se ve tan confiado en su trabajo, casi arrogante, pero deja que el corazón lo traicione cuando se trata de Kay. Nada de lo que hay entre ellos es dicho, todo se ve con una mirada. “No tienes idea de lo que habría hecho por ti”, le dice él en un momento crucial. ¿Y quién no? ¡Mírenla!

Hershey es una de esas actrices que nunca llegó a ser una estrella pero es sólida en su trabajo, como en su interpretación de María Magdalena en La Última Tentación de Cristo. Aquí no es la excepción, y al igual que Pesci, nos ofrece un personaje clásico del noir. Sigue a Pesci a cada paso, con una seductora y a la vez vulnerable mirada que inspira sólo un poquito de desconfianza pero a la vez es inútil resistirse a ella.

Al final, The Public Eye nos hace preguntarnos sobre la conciencia y la ética mejor que cualquier charla o clase a la que podamos asistir. Al final, pareciera ser más importante que eso hacer las cosas que hacemos con sinceridad, tanto por el hecho en sí como en nuestra actitud al respecto. ¿Rinde frutos? Quizá, pero, ¿qué perdemos en el camino?



NOTAS CURIOSAS
  • Algunas de las fotos de Bernzy son, de hecho, del personaje en el que está inspirado, el fotógrafo Arthur “Wee Gee” Fellig (1899-1968). En 1938, Wee Gee era el único fotógrafo de prensa acreditado que tenía permiso para usar un radio de policía, y también tenía un cuarto oscuro en la maleta del carro.
  • Howard Franklin tardó diez años en convertir su guión en esta película.
  • Joe Pesci tomó este papel justo después de ganar elOscar como mejor actor de reparto por Goodfellas, en un intento por convertirlo en una estrella. No funcionó.
  • Franklin escribió esta historia luego que fallara en adquirir los derechos de la biografía de Wee Gee, inspirado en una exhibición del trabajo de Wee Gee en los años 80 en el Centro Internacional de Fotografía en Nueva York.

Mientras tanto, en Internet...

Creative Commons License
El Cine Tuyo, Mío y Vuestro by Juan Carlo Rodríguez is licensed under a Creative Commons Atribución-Sin Obras Derivadas 3.0 Unported License.
Based on a work at jaycersworld.blogspot.com.
Permissions beyond the scope of this license may be available at http://jaycersworld.blogspot.com. Clicky Web Analytics