El Cine Tuyo, Mío y Vuestro

Cuando una estrella se apaga, uno se entristece porque sentimos que hay menos luces para guiarnos en el cielo. Cuando esa se va antes de su tiempo, el shock es aún mayor, pues pensábamos que nos iluminarían para siempre. Así nos sentimos en enero de 2008 cuando Heath Ledger falleció; así me siento hoy con la muerte de Brittany Murphy, de la que me enteré leyendo Blogacine.

Según TMZ (y luego confirmado por la emisora KTLA de Los Ángeles), la madre de la actriz la encontró inconciente en la ducha, y su esposo, el guionista Simon Monjack, habría llamado al 911. Cuando llegaron los paramédicos, determinaron que estaba teniendo un infarto y trataron de resucitarla camino al hospital Cedars-Sinai, pero al llegar a las 10:04 am fue declarada muerta.

La policía de Los Ángeles indicó que lanzarán una investigación, pero para que una chama de apenas 32 años haya muerto de un infarto, no puede haber mucha otra razón, lamentablemente. Al determinarse, eso haría que una actriz tan joven y con tanto potencial se nos haya ido tan pronto.

Como tantos otros de su edad, Murphy empezó muy joven en papeles pequeños series como Murphy Brown, Frasier y Blossom, antes de dar el salto al cine. Y vaya salto: su papel como la torpe pero adorable Tai que es “adoptada” por Alicia Silverstone en el clásico “oc-sea” Clueless de 1991 la empezó a convertir en estrella mucho antes de que se le reconocieran sus talentos tanto para comedia como para drama. Entre los primeros muchos la recuerdan por ser amiga de Dakota Fanning en Uptown Girls (2003) o junto a su entonces novio Ashton Kutcher en Just Married (2003); en las segundas hasta se ganó rumores de Oscar gracias a su papel en Don’t Say A Word (2001) con Michael Douglas o al lado del rapero Eminem en 8 Mile (2002). Además tuvo un papel destacado en la versión del cómic Sin City (2005) de Robert Rodríguez.

Murphy también era excelente actriz de doblaje, prestando su característica voz chillona en series como Futurama y King Of The Hill, y en películas como la olvidada Good Boy! (2003) para encima demostrar que tambiénsabía cantar  en Happy Feet. Además de esa experiencia, Murphy contribuyó un par de canciones para las bandas sonoras de The O.C. y Studio 60 on the Sunset Strip, además de un oscuro musical para la televisión filipina llamado Tuloy na tuloy na tuloy pa rin ang Pasko de 2006 (sí, en serio). Prueba de que sin duda era multitalentosa. Tenía tres proyectos en post-producción, incluyendo la fiesta de testosterona de 2010 The Expendables de Sylvester Stallone.

Para mí, Murpjhy era una de esas actrices que estaba a mitad de camino entre encantadora y molesta, pero que cuando recibiera su verdadera oportunidad sabría brillar. Que su muerte sirva para recordar que el mundo glamoroso que vemos esconde otro mucho más duro, que a veces se lleva a quien menos esperas. Que descanse en paz.