This Is It: Al final cayó el telón

sábado, noviembre 21, 2009 |

Quiero que quede algo bien claro: me parece que This Is It es un descarado intentomichael-jackson-this-is-it-movie-poster(419)-m-1  por aprovechar la popularidad de un artista recientemente fallecido para hacer dinero, y de paso creo que el mismo Michael Jackson no habría querido que fuera estrenada nunca, por razones que ya voy a discutir.

Dicho eso, sin embargo, no puedo negar que es una experiencia muy entretenida, sumamente íntima y bastante reveladora de una de las figuras más misteriosas y reverenciadas de los últimos años. No puedo negarlo: es una buena película.

Dirigida por Kenny Ortega, quien nos hizo el favor de traernos High School Musical, This IS It es una “tras escenas” de los ensayos de lo que fue –y sería de todos modos—la última serie de conciertos de Michael Jackson en Londres, apenas unos meses antes  de su prematura muerte el 25 de junio de este año. Grabada con dos cámaras RED, se suponía que esta sería para la colección privada de MJ y para que el equipo creativo del concierto pudiera analizarlo y resolver cualquier problema técnico que se presentara. Cuando Michael falleció, contrataron a tres editores, Kevin Stitt (The Kingdom, Cloverfield, X-Men, A Knight’s Tale), Don Brochu (High School Musical, El Fugitivo, Volcán) y Tim Patterson (sin ninguna que valga la pena mencionar) para que tomaran el pietaje que se tenía y armaran un homenaje al Rey del Pop.

Hay que recordar que para este punto, Michael no había tenido un disco realmente decente_thumb[3][6]exitoso en casi 15 años (desde HIStory: Past, Present and Future, de 1995) y su imagen en los tabloides había predominado sobre su persona musical. Entonces es increíble ver las entrevistas de bailarines de sitios tan distantes como Holanda y Australia audicionar para actuar con él en escena como si estuviera en el tope de su popularidad. Y ver a Michael estar con Ortega y el resto de su equipo seleccionar a los bailarines con comentarios como “Ella, me gusta su espíritu, su ‘funk’”, nos hace ver un lado del hombre que nos e había visto antes: el tipo tiene corazón.

Lo que sí era es perfeccionista y dueño de un talento único. Constantemente está pidiéndole a los músicos que traten de esperar un poco antes de tocar “esa” nota, que traten de hacer más de tal cosa en tal estrofa, que se luzcan como quieran en tal momento. Siempre dice “Para eso ensayamos, hagámoslo con amor”. Incluso muestra que sabe hacer un “beat box” con su voz durante “I Wanna Be Startin’ Somethin’”, que abre la película. Y no está al 100%: en más de una ocasión dice, “No me hagan esforzarme, entiéndanme, estoy tratando de cuidar mi voz”, y aún así se oye absolutamente increíble. Igual sus movimientos de baile; no está dándole todo lo que tiene, pero es un hombre de 53 años con problemas de salud que le costaría la vida que se mueve como si fuera de treinta, con toda la flexibilidad que lo hizo famoso.

Supongo que por eso es que digo que MJ no habría querido que se vieran estas imágenes nunca, pues él sólo buscaba dar su todo en cada concierto. También que no hay la misma emoción de ver siete tomas distintas en otros tantos ángulos que ver una misma toma que dure cinco minutos, y es un poco frustrante ver algunas escenas que se habrían incluido en las superpantallas del escenario aparte, como los miles de bailarines en un desierto durante “They Don’t Care About Us”, los zombies y monstruos en 3-D durante “Thriller” o su participación con Humphrey Bogart en “Smooth Criminal”. No se puede negar que los conciertos habrían sido increíbles, con todos esos efectos y los diseños y los bailarines saltando por los aires.

Pero ese es quizá el mayor atractivo de la película: para una vida que normalmente estaba rodeada de tanta grandiosidad, es raro ver a Michael Jackson de una manera tan íntima y personal. Tanto como la entrevista que le hiciera el periodista Martin Bashir en 2003, este quizá sea el retrato más revelador del cantante, quizá porque era en este mundo en el que era realmente feliz, más que ningún otro lado, y por lo tanto no está tan a la defensiva. Está siendo honesto y abierto, y vemos que sí, es un excéntrico que le daba a los tabloides de qué hablar durante varios años, pero también era un ser humano humilde y trabajador que trataba de hacer que los que lo rodeaban se sintieran a gusto, como el anfitrión en una casa.

Si no eres fanático de MJ es obvio que ni siquiera te molestarás en ver esta película. O quizá vayas obligado. Y sí, es más probable que sus fans se la coman con gusto (yo me encontraba cantando cada una de las canciones, aunque claro, no conocía “This Is It”, con la que cierran). (P.D.: no es gran cosa, pero no es mala.) Pero si de verdad quieres ver a un Michael Jackson que nunca conociste –y lamentablemente nunca se volverá a ver—es sorprendentemente entretenida. Mi novia es de las que conocía a MJ por su fama más que por su música y salió gratamente impresionada. Sé que ustedes también.

Mientras tanto, en Internet...

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