El Luchador: cuando es el mundo el que te hace doler

martes, julio 21, 2009 |

wrestler El mundo cinéfilo entero ya vio esta película desde hace ya un año, desde el Festival de Venecia de 2008. No entremos en los detalles de por qué se tardó tanto en estrenarse aquí. El hecho es que al fin se hizo, y Dios, tengo una nueva razón para odiar los Oscar. Sólo dos nominaciones, ninguna ganada. ¡¿Más o menos?!

Cuando era más joven (y hasta los 32), era un gran fanático de la lucha libre profesional, en especial de la World Wrestling Entertainment. Por supuesto que sabía que era todo un show, en especial por las “historias” que se inventaban (la esposa de aquel le montó cacho con el otro, este no podía ser herido porque tenía superpoderes, rivalidad entre hermanos), pero igual era impresionante en muchos casos ver la agilidad o la fuerza de algunos. Y bueno, cada cierto tiempo había una verdadera herida o, incluso, una muerte. El espectáculo puede ser montado, pero las heridas son verdaderas.

Darren Aronofsky (director de clásicos de culto como Pi, Réquiem por un Sueño y La Fuente) no era un fanático particular de la lucha libre, pero sí vio, luego de un evento que tenía al hiperfamoso Hulk Hogan, que sería interesante hacer una película seria sobre ese mundo. Robert Siegel, cuyo único otro trabajo había sido The Onion Movie, escribió un guión sobre una de esas estrellas de los días de gloria de la lucha libre que ahora tiene problemas para adaptarse a la vida real, y Aronofsky no podía imaginarse a nadie mejor en el rol que Mickey Rourk. (Los estudios habían querido a Nicholas Cage para el rol, pero luego que Aronofsky le explicara lo importante que era Rourke para la película, Cage amablemente se retiró. Muy bien por él.)

El paralelismo entre Rourke y su personaje de Randy “The Ram” Robinson ha sido cubierto antes, y es cierto: Rourke había tenido días de gloria en los 80 como un “sex symbol” gracias a películas como Barfly y, por supuesto, 9 Semanas y Media, pero dadas algunas malas decisiones había pasado al rol de “directo a DVD”. Similiarmente, Randy había sido uno de los principales exponentes de la lucha libre en los 80, pero en un deporte tan físico, llega un momento en que hay que dejar pasar la nueva generación. Randy ahora está limitado a algunas presentaciones en gimnasios escolares y eventos de caridad, viviendo en un trailer y alejado de su hija Stephanie (Evan Rachel Wood), porque, cuando estás viviendo la vida a lo alto, ¿quién tiene tiempo de ser padre?

Ahora Randy debe además conformarse con trabajar en el depósito de un automercado, y tratando de conquistar a Cassidy (Marisa Tomei), una “stripper” que, por muy bien que se conserve (y Dios que bien se conserva), en efecto ha pasado también su mejor época. Estos dos podrían salvarse el uno al otro, si lograran pasar las complicaciones inherentes a sus vidas. ¿Qué se podría hacer?

Si ustedes han seguido a Rourke recientemente, quizá nada los prepare para esta actuación. Había sido reducido al tipo duro en cintas como The Rainmaker, Domino e incluso el videoclip de Enrique Iglesias para su tema "Héroe". Su interpretación de Randy no es lo que uno espera de un luchador libre, precisamente porque la época del espectáculo ha pasado, de modo que Rourke debe interpretarlo con sutileza y callada dignidad. Simplemente trata de sobrevivir en un mundo que, según él mismo dice, ha dejado de pararle. Mi novia, luego de quedar horrorizada (junto con el resto de nosotros) por lo que Randy se somete, termina queriendo abrazarlo. Así de sentida es su interpretación.

Tomei tampoco se queda atrás. Luego de un inexplicable (para la época) Oscar por Mi Primo Vinny, la otrora estrella ha logrado crecer delicadamente en su labor. No es lo que esperas de una madre soltera que se quita la ropa para mantener su hogar, una figura que hemos visto una y otra vez en distintas películas (hasta en un video de Metallica), pero Cassidy tiene una máscara de disfrute de su trabajo que no se ha visto antes. Al igual que Randy, no sabe hacer nada más con su vida, así que soporta las humillaciones y la falta de atención como mejor pueda. Por último, Wood te partirá el corazón con su dolor de hija abandonada. Esta no es una niña malcriada, esta es una mujer que no conoce a su padre y no está interesada en conocerlo; simplemente no quiere sufrir más. Y cuando pareciera que así será... (No creo que sea coincidencia que la relación entre Randy y Stephanie sea un paralelo con la relación del ex luchador Jake "The Snake" Roberts con su hija; esta relación fue reflejada en el documental de 1999 Beyond The Mat, que Aronofsky le dio a Siegel para que se inspirara a inscribir el guión.)

El ex luchador “Rowdy” Roddy Piper resultó tan conmovido por esta película que lloró largamente luego de verla en una presentación especial, pero no fue el único. Randy es un hombre que no sabe hacer otra cosa más que actuar frente a un público, vivir para entretener, ya sea saliendo de la cortina hacia el ring o hacia el mostrador del automercado. El cuerpo le está pidiendo cada vez más a la vez que le está dando cada vez menos (ligero spoiler: al punto que luego de una lucha particularmente dura sufre un infarto), pero el mundo, en vez de hacérselo más fácil, sólo lo está maltratando. En un último esfuerzo, voltea a su alrededor y ve que sólo le queda el público. ¿Ha ganado todo o lo ha perdido todo? Aronofsky no responde esto; queda de parte de ustedes.

Mientras tanto, en Internet...

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