X-Men Orígenes: Wolverine: Es el mejor en lo que hace... pero no es esto
sábado, mayo 23, 2009 | Etiquetas: 2009, cartelera, cine, opciones de cine, opinión, reseñas |
Creo que ningún fanático de los cómics puede dejar de admirar a Wolverine (Lobezno, Guepardo, ustedes saben a quién me refiero). El feroz canadiense de la habilidad regenerativa ha sido inspiración para más de un joven privado de tamaño para no calarse nada de nadie, pues es de admirarse que un tipo que mide 1,55 m. y su debut sea nada menos que contra los tres metros de pura furia verde que es Hulk (The Incredible Hulk #180).
Eso cambió drásticamente cuando el hasta entonces desconocido australiano Hugh Jackman fue introducido al público mundial cuando interpretó al mutante en la adpatación del cómic X-Men (2000). Fue una sensación instantánea, y el éxitod e las dos secuelas llevaba inevitablemente a una película propia, que finalmente sucedió este año de la mano de Gavin Hood (Tsotsi). A estas alturas Jackman prácticamente es Wolverine, algo con lo que yo no tengo ningún problema.
No, mi problema es un poquito con esta película.
Para que el resto del público que no leía cómics lo entendiera, mucha de la trama de X-Men Origins: Wolverine se basa en la Orígenes de Joe Quesada, Paul Jenkins y Bill Jemas y el artista Andy Kubert. Así que el encanto del “hombre sin pasado” se ha terminado. Ahora sabemos que el hombre conocido como Logan nació como James Howlett a finales del siglo XIX en Canadá, hijo de un rico dueño de plantación. Su amigo es Victor Creed, aunque luego de un altercado donde los padres de ambos chicos mueren, aprendemos que en realidad son medio hermanos. Ahora James y Victor deben huir para vivir, participando en cada guerra que ha sufrido la humanidad, y se han vuelto inseparables, aunque Victor (interpretado con gozo descarado por un magnífico Liev Schreiber) está lentamente asumiendo cada vez más su lado animal, algo que James quiere evitar.
Después de un incidente en Vietnam, un coronel que se identifica como William Stryker (Danny Huston) les invita a participar en un programa secreto llamado Weapon X, donde participan otros mutantes: el poderoso Fred Dukes (Kevin Durand), el telépata John Wraith (Wil.i.Am de los Black Eyed Peas), Bolt (Dominic Monaghan), el Agente Zero (Daniel Henney) y el incallable Wade Wilson (Ryan Reynolds). Pero luego de una misión particularmente difícil, James decide que ha tenido suficiente, y se escapa a Canadá, donde asume el nombre Logan y, después de un tiempo, se enamora de Kayla Silverfox (Lynn Collins).
Pero Victor tiene otros planes. Y en venganza, Logan acepta participar en Weapon X otra vez, esta vez dejándose adherir el indestructible adamantio en su esqueleto, algo sólo posible debido a su habilidad regenerativa. Una vez terminado el proceso, Logan descubre que Stryker le engañó; ahora debe buscar él solo a Victor para cumplir su venganza, y luego terminar con Stryker.
La historia suena lo bastante interesante, y tenían muchísimo material de dónde inspirarse. Entonces, ¿qué salió mal? Porque gente, yo soy un gran fan de Wolverine, pero esta película no causó en mí la mitad de la emoción de X-Men. Gavin Hood, con todo la aclamación crítica que recibió de Tsotsi, ciertamente tiene un ojo para lo visual, y para ser su primera gran produción supo manejarse bien con las explosiones y escenas de acción. Pero el guión de David Benioff (Troya, The Kite Runner) y Skip Woods (Swordfish, Hitman) cae demasiadas veces en lo cliché y elimina personajes que uno quisiera ver más.
Claro, no se puede negar que tiene un corazón estable, que es Jackman. Es increíble cómo un tipo que se ve tan fácil para reír en la vida real pueda verse tan intenso y lleno de furia como Wolverine. Jackman tiene músculos sobre músculos, y me refiero a actorales; aquí también demuestra con todo el lado humano de Logan. Y por su papel como productor en la película, es de reconocerle el trabajón por el que pasó para promocionarla.
Liev Schreiber es una bienvenida sorpresa como Victor Creed, quien más tarde se llamaría Sabretooth. Ya Schreiber tenía una mirada intensa que sabía usar bien en películas como Ransom (1996), The Hurricane (1999) y la infortunada versión de The Manchurian Candidate (2004). Ahora la une con una masa muscular de 35 kilos extra que aumentó para poder equipararse con Jackman. La furia de Victor combinada con su retorcido sentido del humor hicieron de este personaje uno de mis favoritos.
Le siguió la ansiada aparición de Gambito (Taylor Kitsch), el carismático mutante con la habilidad de impregnar los objetos con energía explosiva. Kitsch, quien participa en la serie Friday Night Lights, captura perfectamente el espíritu de Gambito, con la suavidad de mantequilla sobre aceite. Y Ryan Reynolds es quizá la mejor decisión para adoptar un papel que exista. Reynolds se caracteriza por su gracia e inigualable habilidad para la comedia, algo que demostró ampliamente en la serie Two Guys, A Girl & A Pizza Place, y demostró habilidades físicas en Blade: Trinity. Aquí es perfecto como Wade Wilson, quien luego sería conocido como Deadpool. De pana que este personaje siempre me ha encantado y de verdad agradezco que ya haya planes para su propia película en 2012.
¿Mi gran problema con estos dos? Tienen un gran total de dos minutos en escena. Si lo que querían era emocionarnos para una película siguiente, el coño de su madre. Y más con lo que le sigue a Wade en la película, que no revelaré aquí por ser un spoiler. Luego, lo siento pero Wil.i.am es un cantante, no un actor, Pareciera venir de la escuela de teatro de 50 Cent. Ídem para Lynn Collins, quien aunque es dulce y hermosa, a veces dice su diálogo sin ninguna emoción en lo absoluto.
Y luego, el guión en sí tiene algunas debilidades, como desestimar los poderes de Wolverine (ligero spoiler: ¿es que no podría escuchar un corazón latiendo, aunque fuera levemente?), caer en cuanto cliché de película de acción sea posible (¿en serio era necesaria la toma alejándose de una explosión?) y mal usar líneas de diálogo (cuando Wolverine dice “soy el mejor en lo que hago... y lo que hago no es bonito”, ¡no lo va a decir como si fuera sacado de una comedia familiar de los ‘60!). También, algunos efectos especiales son absolutamente patéticos (las garras, o sea), aunque la mayoría compensan. Y debo erconocer que la forma en que introducen a Scott Summers (Tim Pockock) y cómo hacen que no lo recuerde después es, em, creíble.
De cualquier manera,X-Men Origins: Wolverine tenía todo el potencial de ser una gran película. ¿Quizá en manos de un director más orientado a la acción? Y de paso, entiendo que quieran protegerla de la piratería, pero no creo que dar múltiples finales y por consiguiente obligar a ver una película que tiene a muchos desilusionados más de una vez no es una movida inteligente. No me pareció mala, pero considerando el historial tanto del personaje como de la franquicia de los X-Men, esperaba muchísimo más.