¿ESE es tu problema?

sábado, marzo 14, 2009 |

Dr Manhattan 3 Como la famosa fábula del burro, es imposible complacer a todos. Literalmente imposible. Lo más que puedes lograr es consenso, donde todos dicen “Bueh, no es exactamente lo que queríamos, pero OK, está bien”. Pero para los fanáticos, ellos que sólo esperan la perfección de lo que buscan, es imposible siquiera lograr eso. Para ellos, es todo o nada.

Luego, está el otro grupo de gente, el que no puede o no sabe o no quiere ver algo desde otra óptica. Esto es mucho más difícil de superar, lo admito, dado que yo he caído en eso también, pero cuando te lleva a criticar las cosas por nimiedades que al final no son ni la quinta parte de importantes en realidad, uno sacude la cabeza y se preocupa por esta gente.

Esta semilarga introducción viene a raíz de las reacciones que ha causado Watchmen, la película de Zack Snyder basado en la famosa novela gráfica de Alan Moore que ya he tenido el gusto de ver y espero verla una segunda vez, y que ha sacado a la luz la actitud de ambos grupos. Creo que como ninguna otra película en tiempos recientes, la crítica ha estado algo dividida en cuanto a si es en efecto el trabajo de un director “visionario”, o si en efecto la película es prueba de que este es el cómic “infilmable”. (Tiene un 65% de aprobación en la página de críticos Rotten Tomatoes.) Tienen razón en ambos aspectos, curiosamente, pero ahondaré en eso en un momento.

Lo que me ha impresionado e esta película —más allá de la película en sí— es la clase de tonterías que he escuchado sobre por qué no funciona. Anthony Lane, de la revista The New Yorker, ni siquiera entendió si alguno de ellos aparte del Dr. Manhattan tenían verdaderos poderes, y por lo visto tampoco entendió el cómic, al decir, hablando sobre la violencia de la película y en el libro, que nadie sobre 25 la disfrutaría y nadie menor a 18 la debería ver. Demasiado conservadurismo. Y cerrar con “¿a dónde se fue la comedia?” me parece prueba de que este hombre no ha leído cómics en un buen tiempo.

Joe Morgenstern, de The Wall Street Journal, me hizo molestar un poco más. La llama “una versión alterna de Los Increíbles sin el encanto”. He aquí un tipo que no se molestó en averiguar sobre ninguna de las dos películas antes de escribir su reseña. Sí, Los Increíbles recuerda a Watchmen en algunas cosas (los héroes son ilegales, uno de ellos trabaja en secreto), pero es porque la primera está basada en la novela, no al revés. Y por Dios, Los Increíbles es una película para familia –Watchmen, ni película ni libro, pueden siquiera acercarse a esa comparación.

Y luego, están los “fanboys”.

Omitieron demasiadas partes del libro, dice uno. Cambiaron demasiadas cosas, dice otro. SPOILER (remarca con el mouse para verlo) Cambiaron el final del libro, dice otro m.. Y, demasiadas ocasiones, algo que me desespera por lo irrelevante: “demasiado pene azul”. Se refieren al Dr. Manhattan, el único superhéroe en este universo paralelo con verdaderos poderes, un ser parecido a un dios que aparece en más del 90% de sus tomas vestido con un resplandeciente traje de Adán azul. Hay gente que ha dicho que este fue su problema mayor con la película.Este. No la historia, no la fidelidad al material, no el guión, no las actuaciones. No. El mayor problema con una película de dos horas y media es un tipo azul celeste brillante que menea su perolito al aire. Su madre…

Y luego está la gente que tiene esta actitud de “coñoesumadre, no puedo creer que no haya metido ESTO”. Esto lo ha dicho la gente que tiene al libro en un altar: o lo metes todo o no lo hagas. Una de esas personas es Alan Moore, su escritor, que no quiere volver a saber nada de la industria del cine después del fiasco que resultó ser La Liga de Caballeros Extraordinarios (2003). La suya es la única opinión que creo que debe valorarse en este aspecto: El director Terry Gilliam, de Brasil y 12 Monos, una vez le preguntó a Moore cómo la adaptaría él; Moore simplemente contestó, “No lo haría”. Carlos Caridad Montero, un compatriota bloguero de cine que sabe más que yo en cuanto a lenguaje cinematográfico, coincide con Moore al decirlo perfectamente en Twitter: una novel gráfica debe ser reiterativa por naturaleza, el cine no.

Y ahí rige la principal fuerza y la mayor debilidad de Watchmen: es demasiado fiel. Al leer el libro, uno puede echar para atrás, ver detallitos que a lo mejor se le escaparon (algo que Richard Roeper señaló muy bien, una de las críticas negativas –mezcladas en este caso— que elaboró justamente). En el cine, eso no se puede hacer: habrá que esperar la versión en DVD para hacer algo parecido (y esa va ser una versión muy completa, debo decir). Así que Snyder hizo lo que se podía hacer con el lenguaje que él manejaba, y este es el resultado. En el cine, esto es lo mejor que va a resultar de adaptar Watchmen. Quizá si en 20 años hacen una miniserie, tendremos algo que será aún más fiel al libro. Pero mientras, hay detalles que se escapan.

Demasiados pocos entendieron por qué el Dr. Manhattan decide dejar de usar ropa. Es una señal de su continuo alejamiento de la raza humana, aún más evidente de su alienación con su relación con Silk Specter (Malin Akerman): si ya es casi un dios, si puede ver el pasado y el futuro a la vez, ¿de qué me sirve la ropa? Es algo parecido con el final de la película: requería historias secundarias que no podían insertarse en la película a riesgo de alienar el público general que no hubiera leído el libro. (Este creo que es un buen momento para en efecto leer la novela o, en último caso, apartar cinco horas para ver Watchmen: The Motion Comic, para que sepan de qué hablo.)

O si no quieren… Resalten el texto con el mouse.

SPOILER MASIVO. En el libro, Ozymandias engaña a una serie de científicos en crear una monstruosa criatura parecida a un calamar que es teletransportada al corazón de Manhattan, y suelta una masiva onda cerebral que mata a millones. Esta historia requiere mostrar a los científicos en cuestión, cómo son engañados y finalmente despachados. En la película, el poder atómico del Dr. Manhattan, que ya está siendo rechazado en el orbe, es usado en varias ciudades del mundo para acabar con millones de vidas. Snyder apuntó a que existía esta posibilidad en toda la película, manteniéndose cuidadosamente leal a la historia en el libro. A pesar de todo, es un final más creíble, aún cuando en el libro el Calamar es explicado cuidadosamente y uno se cree que en efecto puede pasar. ¿Ven? FIN DE SPOILER

Como dije al principio, es imposible complacer a todo el mundo, más una película tan esperada como esta. Yo insisto en lo que dije en mi reseña original, no había manera que todos quedáramos felices con el resultado final, pues es un libro demasiado famoso y complejo para poder ser fielmente traducido. Al final, sí es un cómic “infilmable”, al pelo, como película. Ya veremos si alguien se atreve a llevarla a la televisión, pero mientras, esto es lo mejor que vamos a recibir. Dejen de quejarse por estupideces, y quéjense con sustancia si lo van a hacer.

Mientras tanto, en Internet...

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