Plasma de Miércoles E02: Perdidos en Brujas

miércoles, diciembre 17, 2008 |

Si ustedes son de los que disfrutan de viajar —no en el sentido que se mueren por llegar a un hotel o a la playa o posada o lo que sea, sino que disfrutan el desplazamiento de un lado a otro, el paisaje, la compañía, etc. — saben que de vez en cuando se puede llegar a un pueblito que se ve absolutamente hermoso, lleno de historia, oportunidades de fotografía y gente suficientemente amable. En un reciente viaje a Barquisimeto, yo vi un pueblo como ese en Yaracuy. La iglesia, situada al lado de la infaltable Plaza Bolívar, parecía estar ahí al menos desde finales del siglo XIX, cuidado y sin más. Era la propia postal. No me quedé mucho tiempo más allá de una parada para ir al baño, pero me habría encantado al menos pasear un rato. Y sabía que una hora después, iba a estar desesperado por irme.

¿Conocen la sensación? Bueno imagínense tener que estar en un pueblo así por cuatro días. Uno de esos pueblos que verás todo lo que tengas que ver en un día, y el resto es estar ladillado fuera de tu cabeza. Ustedes verán esos dos aspectos de su personalidad en los dos personajes principales de In Bruges, una comedia negra dirigida y escrita por el irlandés Martin McDonagh que, luego de ser ignorada vilmente en cada festival en el que aparece (fue estrenada en Sundance en enero de este año), a pesar de una aclamción crítica casi unánime,  al fin recibe un poquito de amor en los Globos de Oro con tres nominaciones, una como Mejor Película de Comedia o Musical y una cada una para cada uno de sus dos protagonistas principales.

Es la historia de Ray (Colin Farell) y Ken (Brendan Gleeson), dos matones a sueldo irlandeses que están escondiéndose por dos semanas en el pueblo de Brujas (en francés, Bruges, y se pronuncia "Brulls") en Bélgica, por orden de su jefe Harry (Ralph Fiennes), luego que Ray metiera la pata en su primer trabajo. Ray es joven, citadino y obstinado, y lo que quiere es largarse de "fucking Bruges"; Ken es el propio papá, intrigado por la cultura del lugar y seducido por la simpleza del sitio. Lo que no saben es que Harry los mandó allí por un motivo, y eso llevará a los dos amigos a descubrirse a sí mismos de formas que ellos no esperaban.

Este es el primer largometraje de McDonagh, pero el hombre ha demostrado talento antes, pues su corto Six Shooter (también con Brendan Gleeson) ganó el Oscar al Mejor Cortometraje en Vivo en 2006. El hombre es una versión menos caótica de Guy Ritchie, pues sus películas también tratan con el submundo criminal de Londres, pero recurre menos al absurdo y al enredo que a la conversación inteligente. Eso sí: dicha conversación incluye el uso de la palabra "fuck" un gran total de 126 veces, para una película de 107 minutos.

Lo genial de esta película es la agradable sorpresa que es: uno no espera que una premisa tan simple funcione tan bien. No sólo eso, las actuaciones son geniales. Sí, empezando con Colin Farrell. Olvídense de Miami Vice, Daredevil, hasta de las promesas que mostró en Minority Report, Hart's War y Tigerland. Esta es la actuación que uno esperaba ver de Farrell, siendo muy irlandés y muy, muy divertido; es como el niñito que no para de quejarse por lo ladillado que está. Pero Ray ha hecho algo terrible, y eso lo está atormentando, y Farrell también sabe transmitir eso. Sin duda su mejor actuación, con una sincronización casi perfecta para el humor pero uno se cree que este pana tiene grandes rollos en su cabeza.

Brendan Gleeson, por su parte, es uno de esos actores de carácter que uno sabe que va a dar lo mejor de sí. Se nota porque ha estado en tal diversidad de cintas como Troya, Pandillas de Nueva York, Beowulf, Corazón Valiente y como "Ojo Loco" Moody en las cintas de Harry Potter. Hace de Ken alguien que puede ser un tío entrañable, de esos que siempre está listo para regalarte un caramelo o algo, o contarte una historia. Ken es un matón, sin embargo, y se le nota en su cara que lo ha sido por mucho tiempo… y está cansado ya. Quiere la redención. Por eso cuida a Ray, y no está seguro de poder cumplir lo que Harry le ordena.

Harry, por su parte, es uno de los mejores personajes de una larga lista de locos que he visto a Ralph Fiennes interpretar. No tiene la inestabilidad de Amon Göethe (La Lista de Schindler) ni la tenebrosidad de Francis Dolarhyde (Dragón Rojo). No, este es un jefe mafioso con un fuerte acento londinense que tiene, a pesar de todo, un fuerte código moral. (¿Voldemort con moralidad, quizá?) Así que cuando Ken decide desobedecer sus órdenes, Harry ni siquiera lo piensa antes de llegar a Brujas a arreglar el asunto. Fiennes se acerca peligrosamente a la caricaturización de Harry, pero es demasiado buen actor; su locura está patente en los ojos y uno se cree que este tipo está convencido de que está haciendo lo universalmente aceptado como correcto.

Todo de esta película es como un paso por el Purgatorio, y es cuando llega Harry a Brujas que el Día del Juicio llegó. No les pienso contar si Ken o Ray en efecto salvan sus almas, pero yo me considero bendecido de haber visto esta pequeña y tristemente ignorada joya.




Dónde la conseguimos
Esta era una de las más recientes adquisiciones de la difunta celuloide.net. Me parece que está disponible en los Blockbuster más grandes, pero si no, pues ni modo, torrent con ustedes.

Mientras tanto, en Internet...

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