Madagascar 2: ¡Necesitamos más pingüinos!

sábado, diciembre 20, 2008 |

A pesar del éxito de La Era del Hielo, que es de Fox, el único estudio de animación que ha podido hacerle la competencia a Disney y Pixar es DreamWorks. Desde Shrek, la casa fundada por Steven Spielberg, David Geffen y Jeffrey Katzenberg ha logrado ser el primo jodedor y divertido al lado del niño prodigio que es Pixar. El éxito de la primera Madagascar en 2005 y el de Kung Fu Panda este año garantizaron que no dependiera del gran ogro verde (a pesar de la tibieza con la que se recibió El Espantatiburones).

Pero en mi opinión, DreamWorks tropieza en dos frentes: uno, tienen la mala costumbre de sub-utilizar el talento que trae para sus voces (algo que es dolorosamente obvio en Kung Fu Panda) y los tropiezos con las secuelas: Shrek 2 fue tan buena como la primera, pero la tercera no me inspiró una segunda visita. Con Madagascar: Escape 2 Africa, van a mitad de camino en ambas, pero es suficiente para ser una película muy entretenida.

Cuando los dejamos al final de la primera película, los cuatro amigos escapados del zoológico de Nueva York, Alex el león (voz en inglés de Ben Stiller), Marty la cebra (Chris Rock), Melman la jirafa (David Schwimmer) y Gloria la hipopótamo (Jada Pinkett-Smith) se preparan para abandonar la isla de Madagascar gracias a la ayuda de los cuatro pingüinos ( liderados por Skipper, con la voz del director Tom McGrath), los dos chimpancés y sus amigos lémures, liderados por el rey Julien (Sacha Baron-Cohen) y su compañero Maurice (Cedric the Entertainer). Ya que el barco en el que llegaron se quedó sin gasolina, decidieron hacer lo segundo mejor: reparar el avión que estaba varado en la isla, lanzarlo con una china gigante, y volar los 14.000 kilómetros que separan Madagascar de Nueva York con lo que queda de combustible en el tanque. ¿Cuál es el problema?

Obviamente, el avión no llega, y en una escena absolutamente hilarante, aterrizan de milagro en medio del Serengeti, donde evidentemente la Naturaleza, cadena de alimentación, círculo de la vida y todo eso no es lo que Discovery y National Geographic nos hacen creer, pues todos los animales conviven en sana paz. Los cuatro amigos finalmente entran en conatcto con otros de su especie, en especial Alex, quien se reencuentra con su padre, Zuba (Bernie Mac, su última película animada en vida), a quien vimos al principio y supimos (en el gran estirón de la credibilidad, pero qué importa) cómo Alex llegó al estrellato en el zoológico. Claro, no todo puede ser paz y amor, pues Zuba tiene una eterna diatriba con otro león, Makemba (Alec Baldwin), quien ahora usará a Alex para quitarle el puesto a su padre como líder.

Los otros también descubren cosas de sí mismos: Marty se encuentra con una manada de su especie que curiosamente suenan igual que él y hacen todo lo que él hace, lo que lo hace pensar en su propia individualidad; Melman descubre que su condición hipocondríaca lo ayuda a curar los males de sus congéneres; y Gloria oye el llamado de la naturaleza cortesía de un engreído macho llamado Moto-Moto (Will.I.Am, cantante de los Black Eyed Peas), aunque ahora se debate entre seguir el curso natural de las cosas o el llamado del amor en el más extraño (y de verdad quiero decir extraño) de los sitios.

Eso no es todo, pues por supuesto, hay que meterse con los humanos. Un grupo de turistas se pierden en el bosque cortesía de los pingüinos, quienes necesitan piezas de carro para reparar el avión. Es gracias a ellos que se crea una crisis en donde Alex le puede demostrar su verdadero valor a su padre. Imaginen El Rey León pero sin que nadie muera.

Una de las cosas que más me gustó de la primera Madagascar es que seguía manteniendo un nivel de realismo: Alex es un carnívoro, Marty es un animal de presa, entonces si Alex tiene hambre pues se lo va a querer comer. Digo, es sumar dos y dos. En la secuela, es más explorar temas como relaciones paternales, superar barreras raciales (o de especie) para encontrar el amor y comedia... mucha comedia. Todo lo que nos habían enseñado de la Naturaleza en la primera lo botan por la borda en la segunda. ¿Por qué? Está bien que no sean la BBC, pero si no sencillamente son una comiquita más. Con una animación espctacular y muy bien lograda, pero una más.

Eso no quiere decir que no funcionen, pues de verdad es una película sumamente divertida. Hay momentos que a mí me tenían partido de la risa en más de una ocasión, en especial cortesía de los cuatro pingüinos. Ellos ya tuvieron un cortometraje incluido en el DVD de la primera parte, pero estos cuatro pajaritos, que se ven tan tiernos pero son tan psicópatas, se merecen su propia película. Es algo por lo que todos clamamos. Complázcannos. Igual va con el rey Julien, quien agarra cada escena en la que aparece y sale corriendo con ella. Si ya hubo una película con Ali G, un exitazo con Borat y se está preparando una con Bruno, ¿por qué Sacha Baron-Cohen no prepara una con el rey Julien?

Los otros actores hacen bien su trabajo, en especial el difunto Bernie Mac. Es su eterno padre estricto pero amoroso, aunque sin la irreverencia que el comediante hacía tan bien. Alec Baldwin, por su lado, puede hacer engreído dormido, y eso lo hace divertidísimo. ¿En qué momento el tipo de los grandes ojos azules por el que las mujeres se morían se convirtió en uno de los más cómicos actores en el cine y la televisión? ¡Hasta en animación!

Es la parte con los humanos, liderados por una indestructible abuelita (voz de Elisa Gabrielli) la que se vuelve tediosa. Lo entendimos: son de Nueva York, pueden sobrevivir, pero es malo para el ambiente, ya basta. Igual con el cuento de las cebras repetitivas. Se vuelve… repetitivo pues. Y de hecho, la interacción que hubo entre los cuatro amigos principales en la primera queda muy reducida aquí. Más que nada interactúan con su ambiente. Eso se da para momentos bastante emotivos —la separación de Alex con su padre, por ejemplo— pero más adelante lo que hacen es retener la trama.

Y ahí descubro lo tercero en que DreamWorks falla: ellos quieren ser como Pixar en los momentos con corazón y sentimiento, y no llegan del todo. Lo de ellos son comedias rápidas y juveniles, porque tienen menos tiempo en el asunto que Pixar. También por alguna razón logran una cinta en que los personajes secundarios (los pingüinos, Julien, el Gato con Botas de Shrek 2) se destacan más que los principales. Vamos a ver cómo les va en el futuro, pues sin duda para risas están mandados a hacer. Madagascar 2 está hecha tanto para chicos como adultos, y aún a pesar de sus tropezones es una buena película para estas fechas.

Mientras tanto, en Internet...

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