Viaje al alquiletero: Diarios de Motocicleta

miércoles, agosto 13, 2008 |

Esta reseña la escribí hace mucho tiempo en mi otro blog hace unos dos años. Y como la mencioné en una conversación con una amiga, creí que sería buena idea pasarla para su justo lugar. Aquí la reproduzco sin alteraciones, total, mis opiniones de la película (y de su personaje central) no han cambiado mucho.

Acabo de terminar de ver Diarios de Motocicleta (2003), un film de Walter Salles nominado el año pasado al Oscar como Mejor Película en Lengua Extranjera. Está basada en la juventud de una figura harto conocida en Latinoamérica, Ernesto "Che" Guevara, el comandante argentino que se convirtió en la mano derecha de Fidel Castro durante la Revolución Cubana. Específicamente, está basada en un libro publicado bajo el mismo nombre, hecho del diario que el joven Ernesto escribió durante un viaje entre 1951 y 1952 que él y su amigo Alberto Granados hicieron por Latinoamérica. Quiero que nos olvidemos un momento de todo lo que sepamos o creamos saber del "Che" Guevara. Quiero que cualquier odio o admiración que sintamos por la figura del revolucionario argentino la dejen a un lado. Vamos a concentrarnos primero en la película, y segundo, en el mensaje.

La película empieza como una de esas "road movies" que de tanto en tanto aparecen en el cine americano, ya sea hablando de la vida del poeta Jack Kerouac o simplemente "buscando" algo. Y es que la travesía es algo que es tan frecuente en la literatura y en el cine que uno espera que casi todos los grandes personajes de la historia hayan tenido esta clase de viajes. Los ayuda a forjar su carácter. En el caso de Ernesto, este viaje le dio la oportunidad de ver las grandes diferencias que hay en América Latina. En Chile, los amigos ven el sufrir de los obreros de las minas de diamantes. En Perú, conocen varios granjeros echados de sus tierras por los patrones y ve, en el barco en el que viajan, un bote más pequeño que arrastra a los más pobres.

Las actuaciones son muy buenas: Gael García está dejando de ser el niñito lindo de México para establecerse como un auténtico actor. Y la química que comparte con Rodrigo de la Serna (primo segundo del Che Guevara, by the way) se siente muy auténtica. La fotografía es muy buena, mostrando toda la belleza de América Latina: los Andes argentinos y chilenos, la majestuosidad de Macchu Pichu, la Amazonia peruana... Lo que comenzó siendo una aventura se transforma en un viaje de descubrimiento, donde Ernesto y Alberto ven un continente que en igual medida está lleno de dolor y de esperanza. Al final, Ernesto se transforma en el Che Guevara, mano derecha de Fidel Castro, y tratará de llevar su revolución por toda América Latina, hasta que es detenido en Bolivia y fusilado, con la ayuda de agentes de la CIA. Pero antes de eso, vemos a un joven que lucha por ayudar a los excluidos a sentirse queridos, a sentirse humanos, y en el proceso descubrir su propio lado humano.


Me levanté de esta película con el deseo de hacer ese viaje. Claro, al revés: yo iría de norte a sur. Pero sería con el mismo propósito que ellos. Sé mucho de la gente de Latinoamérica, y a la vez sé tan poco. Pero más que nada, la dejé con la sensación de que nos hace falta más personas como ese joven Ernesto, antes de que se convirtiera en el guerrillero que todos conocemos quien, aunque ciertamente luchó por sus ideales, llevó esa lucha a un extremo nefasto. Necesitamos gente que se preocupe por atravesar ese río, a donde están los excluidos, y pasarse un tiempito con ellos. Necesitamos, empezando por nuestro país.

Yo sabía muy poco sobre el "Che" Guevara antes de la película. Ahora sé un poquito más, por algunas lecturas que hice. ¿Que Fidel Castro estuvo detrás de su ejecución? Mira, no me extrañaría, pero no hay pruebas. Sabemos que fue la CIA seguro, pero en fin. ¿Que el hombre fue un reaccionario patán? Sí, pero en algún momento realmente se interesó en eliminar las diferencias entre los pueblos de Sudamérica. Ahora quisiera tener la facultad de atravesar este magnífico continente como él y Alberto lo hicieron, conociendo su gente, y ver si puedo convencer a nuestros pueblos de una verdadera integración, no donde haya un solo protagonista y todo sea dinero, dinero, dinero.

Un añadido reciente: para aquellos que criticaron
Diarios de Motocicleta como una visión muy "fresa" de la vida del Che, les recomiendo que la liguen porque la biografía que filmó Stephen Soderbergh (el mismo de Ocean's Eleven) de cuatro horas, llamada El Argentino y Guerrilla, que seguramente será percibida como más fiel, encuentre un distribuidor pronto. Los que la vieron en el último festival de Cannes la alabaron en su mayoría. Aquí les dejo el trailer.

Mientras tanto, en Internet...

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