El Caballero de la Noche: Gloriosamente oscura
sábado, julio 19, 2008 | Etiquetas: cartelera, cine, opciones de cine, reseña |
Finalmente, el día ha llegado. Luego de cerca de un año de publicidad viral, cuanta noticia se imaginan, la secuela a la excelente Batman Inicia (2005) llega a nosotros. Y les digo, la espera valió la pena hasta el final. Luego de la catastrófica Batman y Robin (1997) casi mata la franquicia, Christopher Nolan tomó un enorme riesgo al aplicar su singular punto de vista al héroe creado por Bob Kane en 1929. Mucho más fiel al cómic que a la burlona serie de televisión de los '60, Nolan creó un personaje complejo y muy humano que encantóa todos.
En El Caballero de la Noche, ya que la historia del origen está fuera del camino, Nolan despliega una confianza aún mayor y se embarca en adentrarnos no sólo en la psique del personaje central, sino en la mente de toda una ciudad y sus temores. En hacerlo, ha creado una pieza de arte que a ratos puede ser tan emocionante como Heat de Michael Mann, tan entretenida como Bad Boys y tan profundamente deprimente como, quizá, Río Místico, de Clint Eastwood. Es una experiencia agotadora, pero tan intrigante que mientras escribí esto a apenas dos horas de una función especial a la que asistí, estoy también a cuatro horas de verla por segunda vez.
Ahora Batman (Christian Bale) está llegando a un punto en que se cuestiona hasta cuándo podrá mantener la promesa que hizo a sus padres, de eliminar toda maldad de Ciudad Gótica (en realidad una inteligentemente disfrazada Chicago; hay que agradecer la habilidad del director de fotografía de toda la vida de Nolan, Wally Pfister, por ello). Ahora cree que el día en que podrá colgar la capa está cerca, con la llegada del nuevo fiscal de distrito Harvey Dent (un carismático y confiado Aaron Eckhart) junto con el teniente Jim Gordon (Gary Oldman, en una magnífica pero contenida actuación), que se están encargando de eliminar el crimen organizado. Quizá ahora pueda quedarse al lado de su amada Rachel Dawes (Maggie Gyllenhaal, sustituyendo a Katie Holmes; mejor actriz por cierto, pero no tiene mucho tiempo en cámara).
Sí, sí, ya voy a lo que esperan. Porque, quizá sin querer, quizá no, el centro de esta película es la interpretación de Heath Ledger como el Guasón. Bajo condiciones normales, esta película y esta actuación serían lo más anticipado del verano; la lamentable muerte de Ledger el 28 de enero de este año la catapultó a las más abusrdas de las expectativas. Viendo a Ledger hacerme olvidar al clásico personaje de César Romero que Jack Nicholson tan brillantemente interpretó en 1989, sentí simultáneamente una profunda tristeza y una enorme admiración, pues este es sin duda un villano que persistirá por siempre gracias a una increíble actuación. El Guasón simplemente aparece en Ciudad Gótica, sin anuncio, sin orígenes, sin explicación. No quiere dinero, no quiere fama ni fortuna. Como el mayordomo Alfred (un elegante Michael Caine) le dice a Bruno Díaz, "hay hombres que sólo quieren ver el mundo quemarse". Y sí, como ellos, puede dar risa; hay cosas que dice y hace que son auténticamente divertidas. Pero es su terrible impredicibilidad que lo hace aterrador. No tiene ningún motivo de ser, no hay un plan. Es, como él mismo dice, un agente del caos. Y luego ver a Ciudad Gótica quemarse sola. Ledger logró una mirada de absoluta locura en sus ojos, y una forma de andar única para el Guasón; es difícil creer que sea el mismo que enamoró a muchas (y muchos) en Brokeback Mountain. Pero también percibo que se divirtió infinitamente haciendo este papel, lo que desmiente los rumores que lo habría estado atormentando; digo, ¿cuántas veces podría uno simplemente perderse en un personaje y dejarlo ir?
Pero es Harvey Dent el que tiene el arco de historia más interesante, si acaso el más trágico. A los diez minutos de haberlo conocido, uno está tan "enamorado" que lo seguiría hasta el final de los tiempos, pero bum, al siguiente, se ha convertido en el terrible Dos Caras, y ahora sólo quieres huir despavorido. Síp, supera con creces a Tommy Lee Jones, por muy increíble que haya sido la actuación de aquél en Batman Por Siempre (1995). Ese Dos Caras era una caricatura; este Dos Caras es absolutamente aterrador. Y con todo, esta es la única parte floja de la película: las complejidades psicológicas por las que sufre ocurren demasiado rápido como para ser totalmente creíbles (y sin embargo, Eckhart se toma ambas facetas de su personaje con la misma seriedad y aplomo).
Más me creo las motivaciones de Lucius Fox, el genio de la tecnología y alto ejecutivo de Empresas Díaz interpretado por Morgan Freeman casi monárquicamente. Qué increíble actor; aunque reconozco que a estas alturas el hombre suda dignidad, lo que hace que casi todos sus papeles se parezcan a él. No es que eso sea malo, pero puede aburrir.
Y al final, cuando se encendieron las luces, me pregunté: ¿cuál es la mejor película de superhéroes, ésta o Iron Man? Creo que es injusto compararlas pues, aunque ambas son brillantes y realistas retratos de dos personajes completamente diferentes psicológica y visualmente hablando, Iron Man se siente como una montaña rusa, mientras que El Caballero de la Noche es la Mansión del Terror. Al final de cuentas, uno concluye que Batman no tiene redención alguna, que está condenado a tratar de buscar una salvación de su alma aunque nunca la consiga. Esta película puede llegar a ser absolutamente pesimista, pero bueno, también lo fue El Imperio Contraataca, considerada la mejor de Las Guerras de Las Galaxias. Absolutamente increíble.
En El Caballero de la Noche, ya que la historia del origen está fuera del camino, Nolan despliega una confianza aún mayor y se embarca en adentrarnos no sólo en la psique del personaje central, sino en la mente de toda una ciudad y sus temores. En hacerlo, ha creado una pieza de arte que a ratos puede ser tan emocionante como Heat de Michael Mann, tan entretenida como Bad Boys y tan profundamente deprimente como, quizá, Río Místico, de Clint Eastwood. Es una experiencia agotadora, pero tan intrigante que mientras escribí esto a apenas dos horas de una función especial a la que asistí, estoy también a cuatro horas de verla por segunda vez.
Ahora Batman (Christian Bale) está llegando a un punto en que se cuestiona hasta cuándo podrá mantener la promesa que hizo a sus padres, de eliminar toda maldad de Ciudad Gótica (en realidad una inteligentemente disfrazada Chicago; hay que agradecer la habilidad del director de fotografía de toda la vida de Nolan, Wally Pfister, por ello). Ahora cree que el día en que podrá colgar la capa está cerca, con la llegada del nuevo fiscal de distrito Harvey Dent (un carismático y confiado Aaron Eckhart) junto con el teniente Jim Gordon (Gary Oldman, en una magnífica pero contenida actuación), que se están encargando de eliminar el crimen organizado. Quizá ahora pueda quedarse al lado de su amada Rachel Dawes (Maggie Gyllenhaal, sustituyendo a Katie Holmes; mejor actriz por cierto, pero no tiene mucho tiempo en cámara).
Sí, sí, ya voy a lo que esperan. Porque, quizá sin querer, quizá no, el centro de esta película es la interpretación de Heath Ledger como el Guasón. Bajo condiciones normales, esta película y esta actuación serían lo más anticipado del verano; la lamentable muerte de Ledger el 28 de enero de este año la catapultó a las más abusrdas de las expectativas. Viendo a Ledger hacerme olvidar al clásico personaje de César Romero que Jack Nicholson tan brillantemente interpretó en 1989, sentí simultáneamente una profunda tristeza y una enorme admiración, pues este es sin duda un villano que persistirá por siempre gracias a una increíble actuación. El Guasón simplemente aparece en Ciudad Gótica, sin anuncio, sin orígenes, sin explicación. No quiere dinero, no quiere fama ni fortuna. Como el mayordomo Alfred (un elegante Michael Caine) le dice a Bruno Díaz, "hay hombres que sólo quieren ver el mundo quemarse". Y sí, como ellos, puede dar risa; hay cosas que dice y hace que son auténticamente divertidas. Pero es su terrible impredicibilidad que lo hace aterrador. No tiene ningún motivo de ser, no hay un plan. Es, como él mismo dice, un agente del caos. Y luego ver a Ciudad Gótica quemarse sola. Ledger logró una mirada de absoluta locura en sus ojos, y una forma de andar única para el Guasón; es difícil creer que sea el mismo que enamoró a muchas (y muchos) en Brokeback Mountain. Pero también percibo que se divirtió infinitamente haciendo este papel, lo que desmiente los rumores que lo habría estado atormentando; digo, ¿cuántas veces podría uno simplemente perderse en un personaje y dejarlo ir?
Pero es Harvey Dent el que tiene el arco de historia más interesante, si acaso el más trágico. A los diez minutos de haberlo conocido, uno está tan "enamorado" que lo seguiría hasta el final de los tiempos, pero bum, al siguiente, se ha convertido en el terrible Dos Caras, y ahora sólo quieres huir despavorido. Síp, supera con creces a Tommy Lee Jones, por muy increíble que haya sido la actuación de aquél en Batman Por Siempre (1995). Ese Dos Caras era una caricatura; este Dos Caras es absolutamente aterrador. Y con todo, esta es la única parte floja de la película: las complejidades psicológicas por las que sufre ocurren demasiado rápido como para ser totalmente creíbles (y sin embargo, Eckhart se toma ambas facetas de su personaje con la misma seriedad y aplomo).
Más me creo las motivaciones de Lucius Fox, el genio de la tecnología y alto ejecutivo de Empresas Díaz interpretado por Morgan Freeman casi monárquicamente. Qué increíble actor; aunque reconozco que a estas alturas el hombre suda dignidad, lo que hace que casi todos sus papeles se parezcan a él. No es que eso sea malo, pero puede aburrir.
Y al final, cuando se encendieron las luces, me pregunté: ¿cuál es la mejor película de superhéroes, ésta o Iron Man? Creo que es injusto compararlas pues, aunque ambas son brillantes y realistas retratos de dos personajes completamente diferentes psicológica y visualmente hablando, Iron Man se siente como una montaña rusa, mientras que El Caballero de la Noche es la Mansión del Terror. Al final de cuentas, uno concluye que Batman no tiene redención alguna, que está condenado a tratar de buscar una salvación de su alma aunque nunca la consiga. Esta película puede llegar a ser absolutamente pesimista, pero bueno, también lo fue El Imperio Contraataca, considerada la mejor de Las Guerras de Las Galaxias. Absolutamente increíble.
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2 críticas y comentarios:
Hard Pop dijo...-
Juan Carlo Rodriguez
dijo...
-
Hola sólo para corregir, la de Batman y Robin fue en el año de 1997 y no 2001, pasaron 8 años para que volviera salir otra pelicula de batman por el tremendo fracaso de la última de Shumacher.
Corregido. ¡Gracias por el dato!
Sabes que una película tiene problemas cuando su director (Joel Schumacher) y su estrella (George Clooney) han pedido disculpas por ella. Gracias a Dios por Christopher Nolan.
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