True Grit: Así que así era el tatarabuelo del Dude

jueves, febrero 10, 2011 |

Cuando era chamo, recuerdo que los domingos en Venevisión pertenecían al western. Clint Eastwood, John Wayne, Lee Van Cleef, Eli Wallach... todos ellos desfilaban desde el mediodía en la pantalla del canal de la colina compitiendo con las locuras de artes marciales de RCTV, justo antes de llegar a “¡¡¡su-ci-ne MMMMILLONARIO!!!” Pero yo nunca fui particularmente fan de esas historias del lejano Oeste, un área que sólo a veces conocía cuando pasaba el canal y escuchaba nombres como Jesse James, Wild Bill o Billy the Kid. (Yo jugaba más policías y ladrones que vaqueros e indios cuando niño, porsia se lo están preguntando.)

Ahora que he crecido, descubro mi verdadera noción de cinéfilo y veo clásicos como High Noon (1952) y Unforgiven (1992) y sé de la leyenda de John Wayne, veo que es un género en el que debería dedicarme un poquito más de tiempo (en especial sabiendo que una versión de una de mis películas favoritas es un clásico por su cuenta, como es The Magnificent Seven). Más aún considerando que el género está teniendo un interesante revival desde que la mencionada Unforgiven salió, con otras viniendo desde entonces con buenas críticas como el remake de 3:10 To Yuma y The Assanissation of Jesse James by The Cowardly Robert Ford (ambas de 2007) (y otras no tan grandiosas pero aún así divertidas, como Young Guns y The Quick and The Dead).

Los hermanos Ethan y Joel Coen ya nos trajeron lo que podría llamarse un western moderno con su adaptación del libro de Cormac McCarthy, No Country for Old Men (2007), que les dio un Oscar como mejores directores, a Javier Bardem un salto a la cultura popular y un Oscar a Mejor Actor Secundario por su aterrador Antón Chigurh, y a la película en sí un Oscar a Mejor Película. De modo que ya era hora que los panas se lanzaron un western con todas las de la ley, de modo que adaptaron otro libro, esta vez la novela de Charles Portis que ya fue adaptada en 1969 y le dio su único Oscar al legendario John Wayne. Así que, como leí en algún blog alguna vez: ¿cómo superas al Duke? Bueno... ¿qué tal con el Dude?

True Grit sigue la historia de Mattie Ross (la debutante Hailee Satnfield), una joven de 14 años que ha decidido conseguir a Tom Chaney (Josh Brolin), el hombre que mató a su padre. Para ello, decide contratar a Reuben “Rooster” Cogburn (Jeff Bridges), un pistolero tan rudo como borracho, para encontrarlo y matarlo. Después de mucho convencimiento, Rooster acepta, y juntos salen a buscar a Chaney, que se ha unido a una banda dirigida por “Lucky” Ned Pepper (Barry Pepper) y están ahora en pleno territorio de indios Choctaw. A ellos se les une LaBeouf, un ranger de Texas interpretado por Matt Damon que ha estado persiguiendo a Chaney desde hace meses.

La crítica de Alexis Correia en El Nacional pone a esta película en la frontera de la parodia (sin dejar de alabar sus méritos), y al personaje de Mattie al borde de la inverosimilitud sin pasarlo. La verdad se puede ver por qué se podría pensar así, pero en mi opinión este es el estilo que tienen casi todas las películas de los Coen, con su seco sentido del humor y el desconocimiento si se están riendo de nosotros o con nosotros. El hecho que una niña prepúbera pueda hacerse respetar en este sucio mundo de hombres es como forza’o, pero los Coen lo hacen más que creíble (en gran parte gracias al trabajo de Stanfield, pero me dedicaré a eso un poco más adelante).

Lo primero de destacar es lo hermosamente sucia que se ve esta película, gracias una vez más al trabajo del sempiterno colaborador de los Coen, Roger Deakins. Tú te crees que esta es una época dura para los habitantes de este mundo, y a la vez hay algunos de los paisajes más hermosos que se pueda ver. Cuando unes eso con los personajes casi caricaturescos que los Coen no tienen ninguna pena en mostrar en todo su “esplendor”. Además esto se mantiene dentro de su temática de castigar la avaricia y al estupidez, algo que explotaron por completo en Burn After Reading.

Pero lo que contribuye aún más es que todas las actuaciones de sus protagonistas van más allá de lo excelente y en muchos casos rozan lo genial. El más flojo es Matt Damon y es una de sus mejores actuaciones, pues va completamente en contra de lo que puedan imaginar de Matt Damon, con su actitud de tipo rudo con cara de bebé. Aquí hace de LaBeouf un creído y desaseado ranger de Texas que se jura la última Coca Cola del desierto que oculta un gran sentido del honor. Su amable rivalidad con Jeff Bridges es una de las mejores duplas que he visto en el cine hace poco; estos dos necesitan hacer otra película juntos pronto. ¡Ojalá que sea una de los Coen!

En cuanto a Bridges, de hecho, ya era hora que el hombre volviera a los que le dieron su personaje más famoso, Jeff “The Dude” Lebowski en The Big Lebowski. Pero su interpretación de Rooster Cogburn puede darle al Dude fuerte competencia en un cánon de actuaciones memorables de este, uno de mis artistas favoritos. (¿Ya han visto su página web?) Rooster parece el tatarabuelo del Dude: en un estado de permanente calma aún en la cara de la adversidad, en este caso ayudado por el alcohol, ya más allá de su momento pico tanto de su carrera como de su vida, pero sin duda armado por una gran rudeza y un alto sentido de la justicia y el deber. Bridges no está imitando a John Wayne —eso es algo imposible, dicho por el propio actor— sino que, al igual que casi todo en True Grit, va muy cerca del absurdo sin pasar a ese ámbito, con la misma mezcla de humor y drama que uno puede esperar de cualquiera de los mejores personajes de los Coen. Esta actuación es todo lo que la de Tron: Legacy no era: mientras esa era evidentemente por trabajo, ésta tenía todo el gusto por actuar y el respeto a una leyenda que hace de Bridges grande; su nominación al Oscar está más que merecida. Uno sabe que el hombre va a cumplir con lo que promete, pero es genial verlo tambalearse y hacernos dudar, empezando por la misma Mattie.

Y hablando de ella... señores, les presento a la ganadora del Oscar a mejor actriz de reparto. Una candidatura un tanto extraña, considerando que Stanfield sale más en pantalla que Bridges y la historia se centra en ella, aunque he escuchado que esta es una estrategia para asegurarle una victoria y no tenga que competir contra Natalie Portman, quien todo el mundo dice es la fija para ganar el de Mejor Actriz principal por su trabajo en Black Swan. Mientras antes ha habido una interpretación de una niña más madura que la edad que tiene, eso por lo general cae bien sea en lo demasiado tierno (¿se acuerdan de Mara Wilson en la versión de Milagro en la Calle 34?) o en lo ladilla (excepción: Dakota Fanning), pero Stanfield lo hace con una naturalidad impresionante, manejando el complicado diálogo de la novela de Portis con una dicción que haría al rey Jorge VI llorar de envida (sí, hice una referencia a The King’s Speech). Tiene más temple y entereza y confianza en sí misma que el resto de los actores más veteranos. ¿Más o menos por qué su nombre no sale en los afiches? ¿Más mercadeo?

No juego cuando les digo que esta es la mejor opción que hay en cartelera en la actualidad, y quizá lo será por un buen tiempo. Puedo ver cada una de las diez nominaciones al Oscar que recibió, y honestamente si no fuera por lo mucho que sé que a la Academia le encanta un drama histórico mezclado con una historia de superación personal, diría que es la segura. Pero quién sabe: nadie nunca predijo que una película de los Coen sería un éxito de taquilla, y ya esta lleva casi 100 millones recaudados. Sé que el Alex de Valencia estaría feliz.

Mientras tanto, en Internet...

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