Shutter Island: De aquí nadie sale cuerdo

lunes, marzo 15, 2010 |

Me encanta cuando todos los factores se conjugan para hacer una película extraordinaria. Tomen una novela exitosa de Dennis Lehane, cuyas historias anteriores, Mystic River y Gone Baby Gone, ya han sido convertidos en películas críticamente aclamadas. Dejen que el protagonista sea Leonardo di Caprio, quien ha estado elevando el nivel de sus papeles desde hace ya un par de años. Y pongan a Martin Scorsese detrás de la cámara. Ya nada más con eso, hasta olvidas que quien adapta la más reciente novela de Lehane sea Laeta Kalogridis, quien antes ha escrito cosas como Drácula 2000 o algunos episodios de la fallecida serie Birds of Prey. El resultado es una de las más deceptivamente efectivas películas de años recientes: Shutter Island.

Di Caprio interpreta a Teddy Daniels, un agente del FBI que llega a la isla Shutter de Boston en 1954 (sí, el año es importante) con su compañero Chuck (Mark Ruffalo) a resolver un misterio: en el intrigante hospital psiquiátrico que hay allí, donde sólo se alojan a los más peligrosos pacientes, una en particular ha desaparecido de manera inexplicable. Los directores del hospital (Sir Ben Kingsley y Max von Sydow) parecen estarle ocultando algo. A medida que avanza la investigación, Teddy descubre cosas que le están indicando que hay cosas sucediendo en el hospital… cosas que pueden estar relacionadas la muerte de su esposa (Michelle Williams). De repente, Teddy se pregunta si se irá de la isla con su sanidad intacta, o siquiera vivo.

Es ridículamente difícil hablar de Shutter Island sin entrar en spoilers, así que esta reseña va a ser inusualmente escueta para una película tan buena. Scorsese hace un magnífico trabajo estirando el músculo del suspenso, algo que ya había hecho genialmente en Cabo de Miedo, explorando el ámbito del trauma y cómo lidiamos con él. Apunta su cámara de tal manera que tengamos que hacer un esfuerzo para ver qué hay oculto tras un sofá, o una columna, o tras una puerta semiabierta. Añadan eso a la fotografía de Robert Richardson (quien acaba de salir de trabajar en Bastardos Sin Gloria) y el diseño de producción del legendario Dante Ferreti (Casino, Sweeney Todd) y la sensación de claustrofobia te terminará por cuestionar todo lo que estás viendo y temer todo lo que no puedes ver.

Además, el hombre sabe sacar buenas actuaciones de cualquier actor con el que trabaje, aunque con este elenco no es que le haya hecho falta mucho trabajo. Incluso dos geniales actores que tienen cada uno una sola escena ofrecen algunas actuaciones de su vida, como son Jackie Earl Haley y Elias Kotteas. Sydow es toda tenebrosa actividad (¿exactamente cuántos años tiene este hombre? ¡Ha hecho el papel del “gran sabio” por al menos quince años!), y Sir Ben demuestra su increíble versatilidad una vez más; logra ser dignificado y tenebroso a la vez sin ningún esfuerzo aparente. Y la única razón por la que Ruffalo, un actor absolutamente genial y subestimado, no se ve mejor aquí es porque tiene que ir de tú a tú con di Caprio en una batalla por atención que debe perder.

¿Es este el mejor papel del otrora Leo? No lo creo, pero es muy bueno. Esa distinción creo que se la seguiré dejando para su rol en The Departed, donde creo que tenía más donde hincar los dientes. Eso no quiere decir que Teddy Daniels no se convierte en uno de sus más complejos personajes, en especial cuando descubrimos cuáles son sus verdaderas motivaciones. Scorsese ya conoce a di Caprio y lo sabe trabajar, algo que creo que Tim Burton no sabe hacer con Johnny Depp, como dije en Alice in Wonderland. Burton y Depp ya son demasiado amigos, y sus colaboraciones sólo funcionan porque Depp tiene el talento; en cambio Scorsese y Di Caprio sacan lo mejor del otro con facilidad, se retan constantemente.

Una última acotación: si ustedes son bien habilidosos, ustedes descubrirán el giro de esta historia con tan sólo ver el trailer, o lo adivinarán pasada la media hora. Con un cineasta menor, esto sería un problema. Pero Scorsese te deja adivinando hasta el último climáctico momento donde todo se aclara, y aún así no estás seguro qué están decidiendo hacer los personajes, si por voluntad propia o no. Shutter Island no es la mejor de las películas de su amplio listado de grandes, pero está en su tope, y una película mediana de Martin Scorsese es mejor que las mejores películas de muchos directores menores. Esto es un twist como debe ser. Aprende algo, M. Night Shyamalan…

Mientras tanto, en Internet...

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