Australia: ¿Lo que el Viento se Volvió a Llevar?

sábado, diciembre 27, 2008 |

Australia, la película, tenía todo a su favor. Un excelente director como es Baz Luhrmann, quien no sólo nos trajo bellezas como Romeo + Julieta y Moulin Rouge, hermosas muestras de grandiosidad, grandes visuales y espectaculares historias... es australiano también. Una extraordinaria actriz como es Nichole Kidman, quien no sólo ya había trabajado con Luhrmann en Moulin Rouge, sino que, ¡también era australiana! Y un muy competente actor como es Hugh Jackman, quien finalmente puede usar su propia nacionalidad que es... adivinaron... ¡australiano!

Pero lo duro que tiene esta enorme épica situada en la Land Down Under es que no parece una película; parece una película seguida de tres cortos. 

La cinta, ambientada en 1939, inicia con la aristócrata Lady Sarah Ashley (Kidman) toimar la decisión de viajar a Australia para convencer a su esposo de vender su rancho y regresar a Inglaterra. Cuando llega, descubre que su esposo ha sido asesinado, supuestamente por un aborigen local. Pero descubre también que es sospechoso el juego de poder del principal ganadero de la zona, King Carney (Bryan Brown), que está tratando de sacar al rancho de la competencia, incluso robando ganado, gracias al adminsitrador, Neil Fletcher (David Wenham, otro que al fin actúa como su nacionalidad). De modo que Lady Sarah decide atravesar el país --que tiene en el centro un enorme desierto-- con sus 1.500 cabezas de ganado, ayudada por un rudo vaquero sólo conocido como El Capataz (Jackman) para venderlas al ejército australiano, quien se prepara para defenderse del ataque de los japoneses, que están por bombardear Pearl Harbor.

De fondo --y mucho menos importante para la historia de lo que el mensaje inicial en los créditos implica-- está la historia de la Generación Robada, los hijos mestizos de aborígenes y blancos que el gobierno separaba de sus madres para prepararlos para la sociedad blanca. Hay uno de esos niños, Nullah (el debutante Brandon Walters), hijo bastardo de Fletcher, quien se prenda del corazón del Capataz y Lady Sarah. Nullah sirve a Luhrmann tanto para denunciar lo que pasaron estos niños (el gobierno australiano recién acaba de pedir perdón por esos actos) como para poner la nota más sentimental de la historia de amor que se está gestando.

Yo no sé si será a propçosito, pero la película tiene al menos tres finales distintos. Y no me refiero a alternos, aunque sé que los hubo, sino que hay tres momentos en que yo sentí que la película había concluido. Y hasta ahí, estaba enganchado. Una emocionante carrera contra el tiempo, un naciente romance entre dos seres muy distintos entre sí, un vistazo a la cultura aborigen... todo lo viví y en todo me senté y miré atrapado. Pero después de un tiempo, cuando ya pareciera que estuviera viendo otro capítulo de la saga --eso que se sentía como si fuera un cortometraje dentro de la historia-- me empezaron a perder. Hay películas largas --El Señor de los Anillos, cualquiera de ellas, son un buen ejemplo-- en las que uno ni se entera de todo el tiempo que ha pasado. Pero con Australia, era dolorosamente conciente de que tres hoars de mi vida habían transcurrido. Y había estado conciente de al menos la última de ellas. Cuando sentía que me acercaba a la cuarta, me sorpendí ver que no había terminado la tercera (la cinta entera dura 165 minutos -- un poco menos de tres horas).

Y es lamentable, pues llega un momento en que la cinta es realmente buena. Muy al estilo de Luhrmann, hay momentos muy burlescos, momentos muy dramáticos y momentos sumamente conmovedores. Pero creo que si le hubieran quitado otra hora, esta podría haber sido en efecto otra Lo Que El Viento Se Llevó: un rudo extranjero se enamora de una delicada sifrina en medio de un conflicto mucho más grande que ellos (sin el final de aquella, porsia).

Lo que me más me destacó de Kidman no fue su actuación, pues ella puede hacer de dama-delicada-que-se-vuelve-ruda con facilidad; creo que si hubiera sido Naomi Watts pudo haber hecho el mismo papel. Es Jackman el que se roba la escena, literalmente. Russell Crowe estaba supuesto a interpretar al Capataz pero se retiró por razones monetarias, y menos mal; excelente actor como es, Crowe no tiene la calidez que Jackman le imparte al Capataz, el sentimiento que demuestra en el más terrible de los momentos, la manera en que puede demostrar su amor. Y un añadido, señoritas --coñoesumadre, y esto lo dice un tipo muy conciente de su hombría, lo venden como todo un papi. Hay un momento en la cinta en que aparece y todas las mujeres de la sala de cine agarraron aire. Tenía años que no veía eso ocurrir en un cine. Malhaya sea él con su buenmozura y su carisma.

Australia, como ya dije, logra ser una buena película en un cierto momento. Pero sufre de exceso de tiempo. Es una historia muy romántica, sin duda, y puede que haga para Australia lo que El Señor de los Anillos hizo para Nueva Zelandia, en cuanto a turismo. Si tienen la paciencia, véanla. Y me cuentan el último final; yo simplemente no aguanté.

Mientras tanto, en Internet...

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