Piratas del Caribe: En Aguas Misteriosas: ¿Capitán, no deberíamos levar anclas ya?

lunes, mayo 30, 2011 |

pirates_of_the_caribbean_on_stranger_tides_ver9 Quiero ser perfectamente claro: al igual que casi todo el mundo, nadie se podía imaginar que una película basada en una atracción en Disneylandia se convirtiera en una de las películas más financieramente exitosas de la historia. Piratas del Caribe: La Maldición del Perla Negra fue la tercera más exitosa de 2003, recaudando más de 600 millones de dólares en todo el mundo y terminando de convertir a Johnny Depp en la estrella de cine que estaba empezando a ser.

Pero lo malo con muchas franquicias es que, si dependen demasiado en algo que no se había hecho antes, es obvio que cada una va a perder su frescura. Sí, la siguiente, El Cofre del Hombre Muerto, fue un éxito casi absurdo, navegando con 1,07 billones de dólares en todo el mundo. Y es cierto, la última, Al Final del Mundo, decentetambién logró una “bola ‘e real” en taquilla (963 millones). Pero cada una me ha parecido un poquito menos entretenida que la primera (la última fue la única que realmente me aburrió), y luego de ver la nueva, En Aguas Extrañas, la primera que no es dirigida por Gore Verbinski, creo que están pegándose demasiado a una fórmula y en serio siento que es hora de aceptar que esta carterita de ron se está secando. 

Eso NO quiere decir, ojo, que es la peor película jamás hecha, como muchos críticos han dicho. Sí, es como desilusionante, pero oye, al menos me entretuvo. Dicho esto, sí creo que deberían dejarlo hasta aquí antes que haga una que me haga recordar a Priest.

Ahora bajo la dirección de Rob Marshall (Chicago), Jack Sparrow (Depp) está en Londres tratando de rescatar a su compañero Gibbs (Kevin McNally), pero oye que alguien, usando su nombre, está reclutando marinos para un barco. Eso lo lleva al encuentro con Angélica (Penélope Cruz), una mujer de su pasado que está buscando la Fuente de la Juventud –una aventura que comparte con la armada española, la flota de su Majestad el rey Jorge liderados por el antiguo compañero de Jack, Barbossa (Geoffrey Rush) –y el padre de Angélica, el temible Edward Teach… mejor conocido como Barbanegra (Ian McShane).

Y como esta vez Orlando Bloom y Keira Knightley decidieron no volver para sus papeles de Will Turner y Elizabeth Swann, las responsabilidades como pareja romántica caen en un joven clérigo llamado Philip (Sam Claiflin, en el que prácticamente es su debut en el cine) y una… em… sirena… llamada, pues… Syrena (la actriz española Astrid Berges-Frisbey)…

¿Les parece absurdo? Tienen razón. La relación sencillamente no es ni creíble ni tierna, pues no hay ninguna química entre Claiflin y Berges-Frisebey (y no son particularmente buenos actores). Sin embargo, debo aplaudir a Marshall por introducir algo nuevo en una franquicia que ciertamente necesitaba un viaje a la Fuente de la Juventud, sin mencionar que logró quitarle la pesadez que caracterizó a su predecesora haciéndola más corta y menos desastrosa. Y un ataque de sirenas sobre los hombres es igual partes tenebrosa y emocionante.

Pero vuelvo a mi queja original: está demasiado apegada a una fórmula. Jack debe decir cosas graciosas, debe haber un villano aparentemente invencible, debe haber algo sobrenatural y luego todos felices. La frescura de las dos primeras, que ya eran introducciones (la segunda para el mito de Davey Jones, interpretado con bravura por Bill Nighy), y destruida en la tercera, se ha perdido en esta, donde Marshall decide no tomar ninguno de los riesgos que Verbinski tomaba sin pestañear. Cierto, no deja de ser entretenido, pero no hay nada que no he visto antes –no sólo en la franquicia, sino en cualquier película.
Por primera vez, Jack Sparrow es el personaje principal, lo que era de esperarse ya que es lo que llevaba a la gente al cine. Y Johnny Depp sigue siendo genial en él, con una velocidad mental digna de Robin Williams, además de un aspecto tan característico. Pero extraño los tiempos en que él era el que ponía el fondo para la aventura, en vez de esperar a reaccionar con lo que hacían los demás. ¿Es porque ahora todo el mundo es su igual? ¿No es él el capitán Jack Sparrow? Sí quiero decir que el hombre está disfrutando ese papel y aún no se ve cansado de él –aunque igual no está comprometido con la quinta.

Yo sigo diciendo que Hollywood está desperdiciando a Penélope Cruz. Mientras que en España la mujer consistentemente es ovacionada como gran actriz gracias a su trabajo con Pedro Almodóvar, o gana un Oscar gracias a Woody Allen, ella está sacando cameos en Sex and the City 2, actuando al lado de Matthew McConaughey en Sahara, al lado de Tom Cruise en Vanilla Sky, al lado de Salma Hayek en Bandidas… Aquí la niña se ve hermosísima, sin duda ayudada por el embarazo por el que estaba pasando, y sí hay una buena química con Depp que daba para momentos divertidos, como esa primera pelea de espadas (una copia casi exacta de la primera en Perla Negra, pero no importa).Pero en general, esta relación tampoco hizo mucho sentido; en un momento, Sparrow está por traicionar a Angélica, ella se enfrenta a él –y en la siguiente escena están de lo más enamoraditos, pareciera. ¿Majomenos? ¡Arréchate con ese carajo, mujer!

Luego está McShane, uno de los más arrechos actores de carácter que puedan imaginar. Este pana hizo de Judas Iscariote en Jesús de Nazaret, fue el rudo villano de la serie Deadwood, y su ruda voz salió del temible leopardo Tai Shen en Kung Fu Panda, del enorme rey de los osos polares en La Brújula Dorada y del extraño atleta Bobinski en Coraline. El hombre puede hacer de villano con los ojos cerrados –pero en general aquí pareciera que estuviera cobrando un cheque, sin mencionar que su parte está completamente subescrita. Está interpretando al más peligroso pirata de la historia, “al pirata que temen los piratas”, como dice Jack en un momento dado, pero nunca hay una verdadera sensación de peligro. Sí hace algunos actos despreciables, cierto, y McShane pareciera divertirse, pero hasta ahí. Igual para Geoffrey Rush, cuyo Barbosa ya se ha convertido en una caricatura de lo que fue un genial personaje en la primera; sus interacciones con Johnny Depp se sienten un poco forzadas y sólo hay un mínimo de menciones a aventuras anteriores. (Más me divertí con los cameos de Keith Richards y Dame Judi Dench, con eso les digo todo.)
Marshall no es tan adepto para filmar acción, pero le aplaudo el esfuerzo por inyectarle vida a la franquicia, y en serio las dos horas y pico se van lo bastante rápido. Y creo que Jack Sparrow aún es una institución en el cine como tenía mucho tiempo sin aparecer en el cine. Pero ya hay suficientes indicios que este es un barco que debería tocar puerto.

Mientras tanto, en Internet...

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