Corto Pero Grueso: The Big Shave (1967)

jueves, abril 12, 2012 | Comments

The Big Shave

Una sección dedicada al género cinematográfico más beneficiado por Internet: el cortometraje.

¿Me extrañaron? Para compensar por la larga ausencia, aquí les traigo un cortometraje de 1967, que da la casualidad es la tercera película de un tal Martin Scorsese. Cortesía de Open Culture.

Wrath of the Titans: Una de rollos de familias y titanes

viernes, abril 06, 2012 | Comments

wrath_of_the_titans_xlgLa última Furia de Titanes sólo hizo tres cosas bien: ratificó que Sam Worthington tiene el mejor agente del mundo, hizo que apreciáramos más la película original de 1982 y todo el arte de Ray Harryhausen y demostró que qué importa que sea una porquería de 3D y un desastre de historia y peleas sin sentido, si recolectamos más de 330 millones de dólares a nivel mundial, hagámosle una secuela. Por fortuna, la secuela, Ira de Titanes, demostró ser un poco más divertida que la primera, pero sigue sin llegarle a la original.

Han pasado 10 años desde que Perseo (Sam Worthington) derrotó al Kraken, y ahora vive una vida tranquila con su hijo Helios (John Bell). Pero su mundo idílico corre peligro, pues la prisión del Tártaro, donde los dioses del Olimpo encerraron a su padre, el titán Cronos, se está derrumbando por la debilidad de los dioses, carentes de los rezos de los mortales. Peor aún, el rey de los dioses, Zeus (Liam Neeson) ha sido capturado por su hermano Hades (Ralph Fiennes), señor del inframundo, junto con su hijo, el dios de la guerra Ares (un tal Edgar Ramírez), quienes han hecho un pacto con Cronos: Con la ayuda de Agenor (Toby Kebell), el hijo mortal de Poseidón (Danny Houston), la reina guerrera Andrómeda (Rosamund Pike) y el dios caído Hefesto (Bill Nighy), Perseo debe viajar al Inframundo, liberar a Zeus y detener a Cronos de una vez, antes que el mundo de los hombres desaparezca para siempre.

decenteLa primera ventaja de la secuela sobre la primera es que las escenas de acción están mucho mejor compuestas, algo que nunca pensé decir del director Louis Letterier que ha dado escenas tan memorables como en cualquiera de El Transportador. Esta vez, la mano de Jonathan Liebesman (Battle: Los Angeles) encuadra cada escena con la suficiente rapidez y suspenso que el ritmo de la película nunca baja. El diseño de las criaturas también mejoró bastante: Cronos, un gigante de lava de 50 metros presenta una mayor amenaza que la tortuga gigante con tentáculos que parecía el Kraken, así como los demonios Makai y la increíble Quimera que arranca la película. Lo malo es que todas las escenas de acción no vienen acompañadas de una historia coherente o tiene demasiados clichés, y eso es culpa de los guionistas Dan Mazeau (primera vez, ahora encargado de escribir el guión para The Flash) y David Johnson (La Huérfana). (Punto en cuestión: “No abandonaré a mi hijo”; diez minutos después, “hijo, me tengo que ir”.)

También se nota que los actores no se lo tomaron tan mortalmente en serio esta vez, que era parte de lo que lo hacía tan divertido la primera vez: oír a Neeson bramar “¡Suelten al Kraken!” de manera tan autoritaria siempre sacaba una sonrisa. Lo que lo compensa es que ahora sí hay competentes actores dando una nota cómica. Kebell es cómico sin ser un payaso, y de verdad no podía creer que fuera el mismo de Rockanrolla, donde se veía tan serio y tan lleno de sí mismo; aquí su ocasional arrogancia se notaba que era para cubrir una pequeña inseguridad. Igualmente Nighy, que es de esos actores que hacen a una buena película genial y a una película mediocre buena con sólo mostrar su cara. Que un tipo con tanta clase pueda mostrarse convincentemente como un viejo confundido pero brillante y dé risa no por lástima sino de verdad… Pike, por su parte, no mejora a Alexa Davalos; tampoco empeora la verdad. Cualquiera pudo haber hecho ese papel; una gran actriz lo habría hecho memorable.

Imperdonable el hecho que una escena entre Neeson y Fiennes, dos de los mejores actores del momento, sea olvidable; esos dos se merecen una nueva Lista de Schindler en su futuro. Están cobrando cheques aquí; Neeson hace su usual grandilocuencia, y Fiennes simplemente se tiene que ver misterioso. Por otro lado, sí, chicos, Edgar se la come. Ustedes lo querrán mucho (y con razón) pero el hombre tiene una cara que se presta para el pleito, con sus ojos penetrantes y su presencia imponente. Es genial que nuestro gocho esté saliendo aquí en una producción que ha hecho relativamente bien en taquilla. Su próxima película con Katherine Bigelow y su recién anunciado trabajo con David Kelly lo van a seguir poniendo en el mapa, estoy seguro.

¿Worthington? Miren, el pana nació para ser héroe de acción, y no es tan mal actor como algunos quieren hacer creer. Pero es eso, un actor de acción. No se fue muy profundo en un drama auténtico, como fue Sólo Una Noche, pero le falta trabajar más en dramas para que pueda desarrollar el talento que pueda tener. Eso sí, su presencia en pantalla es innegable –excepto por ese ridículo peinado.

Da rabia que con tanto dinero a su disposición, muchos estudios se conformen con “sabes, lo que los meta al cine”. Pero Ira de Titanes al menos es lo bastante intensa para mantener al público entretenido y pendiente de qué va a pasar. No creo que haya una tercera, así que pendientes en 20 años cuando la vuelvan a hacer. Mientras, hay peores maneras de gastar los reales en el cine ahorita.

¿Es La Pasión buen cine o buen mensaje?

jueves, abril 05, 2012 | Comments

File_PassionMovie_whipped3Mientras escribo esto, Fox está pasando –como buen canal televisivo en Semana Santa—La Pasión de Cristo, la cinta independiente más exitosa de la historia, que disparó cualquier cantidad de controversias e hizo a cines enteros –incluyendo el cual incluía en su público a su querido bloguero—llorar como niños al ver a su señor Jesucristo (interpretado por Jim Caviezel) recibir la más brutal de las golpizas hasta el punto de dejarlo hecho una maraña de carne y sangre con un ojo cerrado por la hinchazón de los golpes. El director, Mel Gibson, recién ganado un Oscar por Braveheart, reconocido por ser uno de esos tipos encantadores y juguetones y aún a unos años de distancia de mostrarnos su lado más oscuro (dos veces), mostró cada sufrimiento de Cristo, desde que fue arrestado en el Monte de los Olivos hasta su muerte y crucifixión en el Gólgota.

Fascinante historia. ¿Pero es buen cine?

Para la inmensa mayoría de los venezolanos que vimos La Pasión en 2005, la respuesta sería un rotundo “sí”. Digo, estábamos viendo el Evangelio de San Juan cobrar vida, en todo su doloroso detalle. ¿No es eso lo que debe hacer toda obra de arte, crear una reacción en su público? Y Caviezel interpreta a Jesús con más que entrega profesional; lo hace con devoción cristiana, según él mismo admitió, hasta recibiendo un rayo por Él.

Hoy hice un esfuerzo por tratar de ver la película no como un católico practicante, sino como un cinéfilo más. He oído antes comentarios derogatorios sobre la película, reduciéndola a lo que se podría llamar “torture-porn” y poniéndola al mismo nivel que Hostal y afines. No puedo negar que, si en vez de Jesucristo fuera un turista norteamericano quien estuviera recibiendo los azotes, la película quizá no tendría nada de extraordinario. Bien actuada, sí; bien dirigida, también; ¿pero había algo más?

Es difícil tomar una película sin tomar en consideración nuestro propio bagaje emocional o cultural; es por eso que ser crítico de cine es una profesión divertida pero que ultimadamente no debe ser tomada mortalmente en serio, pues al final sólo estás emitiendo una opinión que al final puede ser tan válida como la de cualquier otro. La diferencia es que debes sostener esa opinión con argumentos, razones, hechos y cifras, para al final determinar si la película es mala o no. O como estoy tratando de hacer ahora, determinar si una película que recaudó casi 400 millones de dólares en taquilla y retrata al hombre más importante de la historia cristiana es en efecto una buena película.

Mientras veía el arresto de Jesús, lo que hacía era pensar en escenas parecidas: cuando las hijas son capturadas por los violadores en Last House On The Left, por ejemplo. Más paralelismo del que creen: personas inocentes sufrirían enormes daños para que la audiencia pudiera identificarse con ellas. Sabiendo lo que vendría después, no había mucha diferencia, en efecto.

Pero luego… la escena de los azotes. Sólo dura cinco minutos, pero para mí pareció una eternidad. Gibson se afinca mostrándonos cada golpe, cada gota de sangre, cada sádica sonrisa de los guardias. La cara de dolor de Caviezel parece real; la cara de María (Maia Morgenstern) un rictus de dolor mientras su Hijo es golpeado casi hasta morir. Y los golpes siguen, siguen, siguen y siguen… Y tengo que apagar el televisor. Y empiezo a sentir las lágrimas.

No es tanto que sé la historia que están contando, una historia en cuya veracidad creo ciegamente, sino que Gibson la supo contar bien. Al menos, la supo contar bien para el público que esperaba –1.196 millones de cristianos en el mundo, la gran mayoría asistentes al cine. Por ser uno de ellos, puedo decir que La Pasión me conmueve de tal manera que este es el punto en que no puedo verla completa y sin llorar. Normalmente eso hace que diga que una película es buena, pero en esta ocasión carezco de la objetividad para hacer ese juicio –sólo digo que yo creo que sí. Así que díganme ustedes los ateos o los no tan creyentes: ¿es La Pasión de Cristo una buena película?

Espejito, Espejito: ¿Quién es la que más goza de todas?

miércoles, abril 04, 2012 | Comments

mirror_mirror_ver2Este va a ser el año de las películas de superhéroes (qué con The Avengers, The Amazing Spider-man, The Dark Knight Rises) pero las nuevas versiones de los cuentos de hadas les están pisando los talones. O más bien, la historia de Blancanieves, por aquello que la Bella Durmiente aún está lejos. Hay al menos tres adaptaciones de la chica de la manzana y los siete hombrecitos en el horizonte: una animada de Disney llamada The Order of the Seven que pone a Blanca Nieves con siete expertos del kung fu; la venidera Blanca Nieves y el Cazador, más parecida a El Señor de los Anillos; y la dirigida por Tarsem Singh, reconocido por sus impresionantes paisajes en The Cell, Immortals y The Fall. De todas, la de Tarsem, que además era la primera a estrenarse, se veía más lista para fallar. ¿Qué tal le fue?

Al menos en mi opinión, bastante bien. En su primera entrada en el reino de la comedia familiar, Tarsem logra crear una divertida adaptación del clásico de los hermanos Grimm, poniendo suficientes toques originales y toda su magia visual para crear una interesante aunque a veces dispareja historia que toca más en los temas de liberación femenina y omaigod la liberación de los pueblos, si quieren creerlo.

decenteEn esta versión, la malvada Reina (Julia Roberts en su más divertida esencia) ha encerrado a la hija del Rey (Sean Bean) en lo alto de la torre del castillo para que nadie crea que ella es la más hermosa del reino. Pero Blanca Nieves (Lily Collins, hija del cantante Phil Collins), con su 18° cumpleaños encima, está inquieta por salir, y cuando lo hace, encuentra al príncipe Alcott (Arnie Hammer, de Red Social), quien ha tenido un encuentro con siete pequeños ladrones (Jordan Prentice, Mark Povinelli, Joey Gnoffo, Sebastian Saraceno, Ronald Lee Clark, Martin Klebba y Danny Woodburn) en el bosque encantado, y queda prendada. Lo malo es que la Reina ya le echó el ojo, pues quiere desposarse con él para tener la plata que la ha robado al pueblo (la bendita palabra otra vez). Así que Blanca debe unirse a los siete enanos para tratar de detener a la Reina y reclamar lo que es suyo.

Hay detalles del guión (escrito por Melissa Wallack y Jason Keller, quienes nos dieron la comedia indie Bill y Machine Gun Preacher, respectivamente) que apuntaban a otra crítica a la situación económica, cuando se toca sobre robarle la plata a la gente para protegerlos de la bestia del bosque, pero cualquier profundidad de historia deja lugar a los impresionantes sets y vestuarios, todo característico de Tarsem. El hombre necesita encontrarse un guionista que le de una buena historia para combinar con esos sets. En momentos, la historia cae en tal vaciedad que en serio entra en lo estúpido (“Puppy Love”? Really?).

Cuando mejor funciona la película es cuando se nota que el director le dijo a los actores que se divirtieran y ya. Collins es adorable; ojalá le hubieran dado más que hacer. Los enanos dan adecuado material cómico, en particular Prentice, Povinelli y Woodburn, al igual que el siempre genial Nathan Lane como el ayudante de la Reina. Hammer es simpático como un desubicado príncipe con un buen corazón, pero le habría quedado mejor un poquito de restricción en algunas áreas. Y Roberts está gozando muchísimo con el papel; es sin duda una villana de comiquita sin ser un chiste malo. No era tanto malvada como maluca, y en este tipo de película funciona bien, y más si ella entiende que no hay que tomárselo tan en serio.

Está lejos de ser un clásico como el de Disney, y es muy probable que Blanca Nieves y el Cazador termine siendo la película más exitosa, pero Espejito Espejito es la propia para llevar a los chamos en estos días. Sólo traten de concentrarse en los efectos y los momentos divertidos y la apreciarán.

Mientras tanto, en Internet...

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