El Cine Tuyo, Mío y Vuestro

El año pasado Walt Disney volvió al ruedo de las películas animadas tradicionales (léase, no en computadora) con La Princesa y el Sapo con un buen éxito en taquilla y una recepción crítica decente, aunque a mí me aburrieron un poco los números musicales. Luego Pixar los volvió a superar al estrenar Toy Story 3, y quedaba evidente quién era el estudio jefe en animación aún. No quedaba otra, Disney tenía que ponerse las pilas, así que tocaba buena estrategia. Suponmgo que su razonamiento fue algo así: “¿Qué nos ha salido bien antes? Bueno, están los cuentos de hadas, las princesas, números musicales… Hmmm, pero ya va, ¿no hicimos eso con La Princesa y el Sapo? Ah ya sé, usemos animación computarizada. Vamos a buscarnos un mejor guión y otra historia. Y sabes, vamos a hacerla más cómica, más accesible a la gente…”

Y sí, considero que el largometraje número 50 de los estudios Disney realmente cubre las expectativas que hemos querido volver a ver cubiertas por ellos. Enredados tiene todo el encanto, humor y belleza visual de clásicos como La Bella Durmiente o Peter Pan, sin llegarle a La Bella y La Bestia o El Rey León en cuanto a lo memorable. Pero es bueno verlos retomar un camino que habían perdido luego de El Planeta del Tesoro, Vacas Vaqueras o La Familia del Futuro.

De hecho, Enredados me hizo darme cuenta que la historia de Rapunzel era la menos conocida de los cuentos de hada. ¡Yo no sabía más allá del pelo bajando por la torre! Así que he ahí la principal alabanza a la cinta, pues logró de alguna forma extender la mitología. Y otro aplauso por hacer del héroe principal un ladrón en vez de un perfecto príncipe, haciéndolo mucho más humano y, francamente, tolerable. Añadan un caballo demente y bueno… ¡muy bien!

La historia es así: Rapunzel (voz en inglés de Mandy Moore) ha vivido toda su vida en una torre, pues su madre (Donna Murphy –la esposa del doctor Octopus en Spider-man 2) la ha convencido que el mundo es demasiado peligroso para ella. Pero Rapunzel quiere saber el origen de las extrañas luces en el cielo que vienen cada vez que cumple años, pues hay algo que le atrae de ellas, como si fueran hechas para ella. Pero su madre lo prohíbe terminantemente, y Rapunzel se rinde –hasta que aparece Flynn Ryder (Zachari Levi, de la serie Chuck) llega inesperadamente a su vida.

Flynn ha estado huyendo durante el último día tanto de la guardia del rey, de donde se ha robado una corona, como de sus dos compañeros a quienes engañó para quedarse con ella. El más persistente de los primeros es un decidido caballo llamado Maximus quien se resiste a darse por vencido hasta que atrape su hombre. Por casualidades de la vida, llega a la torre donde Rapunzel está oculta, y luego de… bueno, BASTANTE convicción, acuerda llevarla a descubrir el misterio de las linternas. La risa se viene, por supuesto, más algunas lecciones de vida.

Donde Enredados mejor funciona es cuando expande la historia original, adapta los clásicos números musicales a audiencias modernas y no hace chiste gafos que aburran al adulto promedio. La historia es encantadora hasta el punto de que terminé deseando que así sea (la versión original no lo es tanto) y la animación es absolutamente espectacular, en especial el famoso cabello de Rapunzel, sin mencionar que hay algo en el caballo Maximus que me mataba de la risa. Y Flynn es un héroe con defectos, como ya dije, algo que siempre ayuda a relacionarse con él.

Donde falla, sin embargo, es que aunque se siente como una cinta clásica de Disney, no hay nada particularmente memorable de ella; la villana no era particularmente memorable, las canciones no tenían tonadas que se quedaban en mi cabeza, y sí, un pequeño personaje me mataba de la risa, pero no había nada en la trama que me dejara demasiado impactado (con la posible excepción de la confrontación final).

Enredados, sin embargo, es un paso en la dirección correcta para que Disney vuelva a ser un verdadero competidor en el mercado de la animación, como sea. Pensar que ellos le dieron la oportunidad a Pixar…