The Book of Eli: Leer siempre sera bueno para la humanidad

sábado, abril 10, 2010 |

El Libro de los Secretos, la nueva película dirigida por los hermanos Albert y Allen Hughes (Menace 2 Society, From Hell), puede ser enormemente disfrutada o severamente criticada, no dependiendo de qué tan religioso o ateo seas, sino qué tanto estés dispuesto a creer en la premisa y el guión. El aspecto religioso puede alienar a algunos ateos o confundir a algunos devotos, pero eso es más culpa del guión que de la película en sí.

30 años antes de los eventos de la película (nunca aclaran exactamente en qué año estamos), hubo una enorme guerra que convirtió a los Estados Unidos en un desolado desierto, con unos aislados pueblos fronterizos siendo todo lo que queda de la humanidad. Bueno, hay algunos ladrones y caníbales vagando por fuera, pero esos ya casi que dejaron de ser humanos.

En medio de todo esto, hay un solitario caminante llamado Eli (Denzel Washington) que ha estado caminando todo ese tiempo tratando de llegar al oeste, cargando un misterioso libro (bueno, “misterioso”… si ven el tráiler saben cuál es) que dice tiene la clave para salvar la Humanidad y encaminarla al buen camino. Da la casualidad que ese es el mismo libro que está buscando Carnegie (Gary Oldman), el líder de uno de esos pueblos, quien en un momento de pasión explica claramente: “¡No es un libro! ¡Es una arma!”

Este es el primer guión de Gary Whitta, un antiguo editor de PC Gamer, y que me maten si no hay un principio de una gran película allí. La clara naturaleza dual de cómo es usada la religión en elmundo –algunos la usan para guiar a los demás, enseñar valores morales y seguir sus principios, mientras que otros (cof,cof, Irán, cof) creen que se justifica usarlas para controlar el destino de sus pueblos (ahem, Pat Robertson, cof). De paso, sigue el espíritu de otras películas post-apocalípticas como Mad Max presentando a un genial guerrero solitario que da para muy buenas escenas de acción. Pero se pierde un poco el mensaje que busca llevar, y no sé si es porque se evitó ahondar en esos temas por temor a alienar a demasiada gente (grita “salvación” demasiadas veces y es como si fuera un sermón; grita “destrucción” demasiado fuerte y es La Brújula Dorada), o porque el paso al que va la película es demasiado lento para la acción.

De cualquier forma, Washington es, como siempre, excelente. Este es un tipo que ha logrado defenderse solo en un mundo bien rudo, pero a la vez es compasivo y letrado. Este es un hombre que ha visto los mayores horrores del mundo, pero no ha dejado que lo afecte, y nada lo ha hecho desviarse de su camino. Este es el Denzel de Hombre en Llamas, dispuesto a destrozarte la cara si te le atraviesas de la mala manera, pero a la vez está dispuesto a educarte y ponerte en el buen camino. Este es un papel que Washington hace con los ojos cerrados, y es genial en él.

Oldman, por su parte, está de vuelta interpretando la clase de personaje que lo hizo famoso: una mierda. Carnegie es un hombre que ansía el poder en el nuevo mundo, y Eli tiene el mayor secreto. No nos habla de su pasado, pero nos lo deja ver con ciertos gestos, ciertas miradas, la obsesión con la que persigue ese libro, y uno piensa en alguien de una estricta familia religiosa. Son pocos que pueden hacer de cruel líder como él, y es bueno ver que aún puede ser el villano luego de tan genial desempeño como el comisionado Gordon en las dos películas de Batman de Christopher Nolan. Oldman es aterrador, pero no es ninguna caricatura.

Aparte de ellos dos, el elenco es de promedio a mediocre. Me encantó ver a Tom Waits en un pequeño papel como el viejo de la tienda, divertido y nervioso como nunca lo he visto. Ray Stevenson es imponente como Redridge, el secuaz principal de Carnegie, y la verdad su breve arco de personaje fue bastante inesperado. Fueron Jennifer Beals y Mila Kunis las que no me parecieron gran cosa, como la esclava ciega “esposa” de Carnegie y su hija. Beals luego tendrá un papel vital, cuando haya una gran revelación cerca del final, pero este es un papel que cualquier otra pudo hacer. Y Kunis… bueno, le veo el esfuerzo por querer salirse del papel cómico por el que era famosa en That 70’s Show. A mí me pareció genial en Forgetting Sarah Marshall, pero aquí simplemente… no entiendo cuál era su papel. ¿Demostrarle a Eli y a Redridge la importancia de la humanidad? ¿Ayudar a Eli a llegar a su destino? ¿Simplemente tener una mujer en la película?

Sí creo que The Book of Eli funciona muy bien como una película de acción, menos como un drama reflexivo. Hay suficiente para ponerte a pensar sobre el papel de la religión de la humanidad, pero no ahonda demasiado como para aburrir (ni como para ponerse claro de qué lado están los Hughes). Es mucho mejor que La Brújula Dorada, eso sí.

Mientras tanto, en Internet...

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