El Cine Tuyo, Mío y Vuestro

Yo tengo mucha suerte, pues soy de la minoría entre mis amistades de no ser hijo de divorciados. Al contrario, mis padres ya tienen casi 40 años de casado y están felices, a pesar de su ocasional pleito. De modo que, cuando mis nupcias se cumplan, será simplemente una cuestión de con quién pasamos la Navidad primero. Aunque sé que será un momento de mucho debate, no me veo evitando pasar las fiestas ni con mi familia ni con la de mi esposa.

No así Brad y Kate. Son ambos hijos de padres divorciados, y durante tres años han hecho lo posible por pasar Navidad lejos de ellos porque los vuelven locos. Esta vez, han decidido pasar Navidad en Fiji, pero no quieren decírselo a sus familias. Pero con la mala suerte de las películas, su vuelo es cancelado y, para más, aparecen en la televisión. No les queda de otra: toca ir a la casa del papá de él, la mamá de ella, la mamá de él y el papá de ella en Navidad, para recordar por qué habían tomado la decisión de evitarlos en el primer lugar.

Esa es el resumen de Four Christmases (aquí traducida como Navidad sin los Suegros), el debut hollywoodense del director Seth Gordon, quien ganó tal reconocimiento con su documental The King of Kong que lo contrataron para hacer esta. Es increíble que un documental sobre competidores de Donkey Kong logre suficiente reconocimiento para que dirijas una película protagonizada por Vince Vaughn y Reese Witherspoon, con nada menos que cuatro ganadores del Oscar haciendo papeles pequeños: Robert Duvall y Sissy Spacek como los padres de él, y Mary Steemburgen y Jon Voight como los padres de ella. Por si fuera poco, también consiguió a dos cantantes de country, Dwight Yoakam y Tim McGraw, que tuvieran una pequeña participación. ¡Casi nada!

Sin embargo, no esperen absolutamente nada extraordinario de esta cinta. No hay nada novedoso en la historia ni en la dirección, y ambos protagonistas traen más de lo nos han acostumbrado. Vaughn muestra a Brad como ingenioso, encantador y un poquito inmaduro, muy parecido a su papel en Fred Claus (2007) y casi idéntico a su trabajo en The Break-up (2006). Incluso su estilo de diálogo es notablemente similar con cualquiera de esas cintas. Witherspoon, en cambio, logra perfectamente ser la parte dulce, centrada y coherente de la pareja, que al ser expuesta a la manera en que sus parientes están viviendo, muchas veces incluso a pesar de su divorcio, empieza a tener choques con lo que antes tenía establecido.

Piensen en cada convención que pueda haber en una película de este tipo y puede que la consigan. Brad y Kate se avergüenzan de cada una de sus familias por las más diversas razones. El padre de Brad es grosero, gruñón y cascarrabias, sin mencionar que sus hermanos (Tim McGraw y Jon Favreau, también director de Iron Man, infaltable en una película con Vaughn), luchadores profesionales de artes marciales mezcladas, lo usan de práctica cada vez que vienen. Su madre es una hippie tradicional que ahora vive con el mejor amigo de la infancia de Brad (Patrick Van Horn). Y todas las mujeres de la familia de Kate se rehúsan a dejar que la edad las siga, sin mencionar que son un poco ansiosas a la hora de mostrar las fotos del oscuro pasado de Kate.

Vaughn y Witherspoon sí logran una buena química juntos, quizá acentuada por su enorme diferencia de tamaño, pero esta historia tenía un concepto interesante que prometía mucho más. Simplemente usó cada convencionaismo imaginable para seguir la fórmula que les presenté cuando reseñé Locura de Amor en Las Vegas: (chico conoce a chica) + (mejores amigos hilarantes) + (extraño momento de amor) + (momento de rompimiento de corazón) + (reconciliación) = amor eterno. Sólo sustituyan "chico conoce a chica" por "chico tiene relación inconvencional con chica" y "mejor amigos" por "familia". Al final es una experiencia agradable, para pasar el rato, pero considerando todo el polvero que levantó Gordon con su documental, uno pensaría que haría algo menos "hecho a la medida".