Locura de amor en Las Vegas: Fórmula descarada. Pero funciona
sábado, mayo 24, 2008 | Etiquetas: cine, crítica, opciones de cine, opinión |
Consideremos --que total no tenemos nada que hacer-- las comedias románticas. Al año, es quizá el género que ustedes más verán. ¿Y sorprende acaso? Son baratas, son fáciles de mercadear, y sí, en algunos casos pueden ser buenas. Es seguro que si alguien invierte en una de estas, recuperará su dinero en una o dos semanas.
Pero lo que desespera de ellas es que siguen un ritmo tan formulaico que es imposible no saber qué va a pasar luego de cierta escena. Es algo así: (chico conoce a chica) + (mejores amigos hilarantes) + (extraño momento de amor) + (momento de rompimiento de corazón) + (reconciliación) = amor eterno.
Pero no se puede uno arriesgar, muchachos: por cada montón de basura que sale, puede que haya una Cuando Harry Conoció A Sally. Sinceramente no ha habido ninguna que yo pueda calificar de malísima, pero sí aburre tanta predictibilidad.
Tómese como ejemplo la más reciente de la eterna sopa del romance, Locura de Amor en Las Vegas (What Happens In Vegas) que tiene a Ashton Kutcher y a Cameron Díaz juntándose por primera --y quizá última vez-- bajo la dirección de Dana Fox, quien dirigió The Wedding Date, que no lo hizo tan bien, no importa cuánto encanto tenga Debra Messing. Eso ya de por sí da mala espina para una película. Y sin embargo, Locura... nunca será recordada como, digamos, La Boda de Mi Mejor Amigo, pero sin duda funciona.
Jack Fuller (Kutcher) es un carpintero que ha sido despedido de su trabajo --por su padre (Treat Williams). Joy McNally (Díaz) es una corredora de bolsa cuyo novio termina con ella antes de una fiesta sorpresa que ella le organizó. Para matar sus respectivos despechos, deciden tomar a sus mejores amigos a Las Vegas. Por accidente los cuatro quedan en una misma habitación, se caen bien, se acuestan y (¿no es eso lo que hace todo el mundo?) se casan en medio de una colosal pea. Al día siguiente, con una moneda de Joy, Jack jala una maquinita, y gana 3 millones. (¿Puede suceder verdad?) Cada uno cree merecer el dinero, pero un juez (el brillantemente ácido Dennis Miller) les ordena vivir juntos por seis meses o nunca verán el dinero.
Si ustedes no saben cómo va a terminar esto, ustedes realmente nunca han visto una comedia romántica en su vida. Pero hay unas perlas en el camino, y eso hacen la experiencia de ir a ver Locura... hasta tolerable. Sí hay una química entre Kutcher y Díaz, pero ella es la que parece estar trabajando mientras él se divierte, pues ella se ve como obligada a hacer el papel de obsesiva del control. Son los dos mejores amigos de la pareja los que se llevan los aplausos: el inútil abogado Hater (Rob Corddry, del Daily Show con Jon Stewart) como el compañero de Jack, y la agresiva Tipper (Lake Bell), como la compinche de Joy. La interacción entre estos dos es mucho más relajada y auténtica y hacen que una quiera que les den una película propia.
Me gustaría pensar que Díaz y Kutcher están en un sitio en sus vidas que hacen películas no sólo por el dinero, pero luego de ver esto, también pienso que simplemente tienen tanto tiempo libre que harán cualquier cosa que parezca rentable. De resto, les puedo asegurar dos cosas: si van a ver Locura de Amor en Las Vegas, no perderán su dinero. Si no la van a ver, nada malo pasará en su vida. Adelante, hagan la decisión.
Pero lo que desespera de ellas es que siguen un ritmo tan formulaico que es imposible no saber qué va a pasar luego de cierta escena. Es algo así: (chico conoce a chica) + (mejores amigos hilarantes) + (extraño momento de amor) + (momento de rompimiento de corazón) + (reconciliación) = amor eterno.
Pero no se puede uno arriesgar, muchachos: por cada montón de basura que sale, puede que haya una Cuando Harry Conoció A Sally. Sinceramente no ha habido ninguna que yo pueda calificar de malísima, pero sí aburre tanta predictibilidad.
Tómese como ejemplo la más reciente de la eterna sopa del romance, Locura de Amor en Las Vegas (What Happens In Vegas) que tiene a Ashton Kutcher y a Cameron Díaz juntándose por primera --y quizá última vez-- bajo la dirección de Dana Fox, quien dirigió The Wedding Date, que no lo hizo tan bien, no importa cuánto encanto tenga Debra Messing. Eso ya de por sí da mala espina para una película. Y sin embargo, Locura... nunca será recordada como, digamos, La Boda de Mi Mejor Amigo, pero sin duda funciona.
Jack Fuller (Kutcher) es un carpintero que ha sido despedido de su trabajo --por su padre (Treat Williams). Joy McNally (Díaz) es una corredora de bolsa cuyo novio termina con ella antes de una fiesta sorpresa que ella le organizó. Para matar sus respectivos despechos, deciden tomar a sus mejores amigos a Las Vegas. Por accidente los cuatro quedan en una misma habitación, se caen bien, se acuestan y (¿no es eso lo que hace todo el mundo?) se casan en medio de una colosal pea. Al día siguiente, con una moneda de Joy, Jack jala una maquinita, y gana 3 millones. (¿Puede suceder verdad?) Cada uno cree merecer el dinero, pero un juez (el brillantemente ácido Dennis Miller) les ordena vivir juntos por seis meses o nunca verán el dinero.
Si ustedes no saben cómo va a terminar esto, ustedes realmente nunca han visto una comedia romántica en su vida. Pero hay unas perlas en el camino, y eso hacen la experiencia de ir a ver Locura... hasta tolerable. Sí hay una química entre Kutcher y Díaz, pero ella es la que parece estar trabajando mientras él se divierte, pues ella se ve como obligada a hacer el papel de obsesiva del control. Son los dos mejores amigos de la pareja los que se llevan los aplausos: el inútil abogado Hater (Rob Corddry, del Daily Show con Jon Stewart) como el compañero de Jack, y la agresiva Tipper (Lake Bell), como la compinche de Joy. La interacción entre estos dos es mucho más relajada y auténtica y hacen que una quiera que les den una película propia.
Me gustaría pensar que Díaz y Kutcher están en un sitio en sus vidas que hacen películas no sólo por el dinero, pero luego de ver esto, también pienso que simplemente tienen tanto tiempo libre que harán cualquier cosa que parezca rentable. De resto, les puedo asegurar dos cosas: si van a ver Locura de Amor en Las Vegas, no perderán su dinero. Si no la van a ver, nada malo pasará en su vida. Adelante, hagan la decisión.
Locura de amor en Las Vegas: Fórmula descarada. Pero funciona
2008-05-24T18:57:00-04:30
Juan Carlo Rodriguez
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