Cyrano Fernández: La sensibilidad y la dureza
martes, marzo 11, 2008 | Etiquetas: cartelera, cine, cine venezolano, opciones de cine |

El cine nacional está gozando de una salud nunca vista desde el boom de los años '60. Pero ojo, cantidad no siempre quiere decir calidad, eso es seguro. Muchos recordamos a Una Abuela Virgen como una pérdida de dinero. Y hay quienes me aseguran que después de ver Elipsis volvieron a jurar que nunca más volverían a ver una película venezolana. Sin embargo, es a esos que me dirijo. Vayan a ver Cyrano Fernández.
Los más cultos sabrán que esta película de Alberto Arvelo (la primera que el director filma ambientada en época actual) está basada en la obra Cyrano de Bergerac de 1897, del francés Edmond Rostand (aunque fue un personaje real). Cyrano está dotado de amplio talento para las artes y la esgrima, pero es también dueño de una nariz tan enorme como sus talentos. Eso le llena con una inseguridad que es escondida por sus talentos, lo que le impide declarar su verdadero amor a la mujer de su vida.
Arvelo inteligentemente adapta esta obra a la realidad de los barrios caraqueños, y convierte a Cyrano en el protector de barrio, el hombre fuerte que defiende a la gente de su comunidad. Y sí, es también un personaje real : todo el equipo filmó enteramente en los barrios que hay por la Cota 905 del oeste caraqueño, y en cada barrio encontraron a un Cyrano.
En lo único en que este Cyrano (Edgar Ramírez) no triunfa es en conquistar a Roxana (Jessika Grau), una bailarina vecina del barrio. Ella se ha enamorado de Christian (Pastor Oviedo), un joven recién llegado a la comunidad que está aprendiendo a la fuerza que esto es muy distinto al mundo en que vivió. El drama de Cyrano no termina ahí: Roxana le pide que proteja a Christian, y éste le pide ayuda para enamorar a Roxana. Por noble --una sensación que todos hemos alguna vez llamdo más bien "por pendejo"-- no puede rehusarse.
Decir que la película se centra en Cyrano es poco; Edgar Ramírez es la película. Se mete en el personaje de Cyrano en cuerpo y alma. Sentimos su rabia por la injusticia, su amor por su gente, su sufrimiento por el amor que no le corresponde y debe ocultar. Tanto, que su actuación se come a las de Grau y Oviedo, que aunque demuestran cierta promesa no están listos aún para protagonizar. No, esta viaje tiene a Ramírez por todos lados. Es evidente por qué Hollywood lo tiene en la mira. Pero que se termine de sacudir al Cacique de Cosita Rica, por Dios; sus personajes todos son alguna especie de matón. Al menos Cyrano es más complejo.
En particular efectivo es cómo narra la historia en las zonas más pobres de Caracas, mostrando primero la solidaridad que existe entre sus habitantes y la extrema dureza de esa vida. Es increíble pensar que a sólo media hora de allí, hay gente que gana en un mes lo que una sola de esas familias gasta en un año. Entonces la historia no sólo es el drama de Cyrano, Roxana y Christian; es el drama de una comunidad que, al ser olvidados por el resto de la ciudad, ha tenido que aprender a defenderse. Muy buena.
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