Petróleo sangriento: lo bello del capitalismo
lunes, febrero 25, 2008 | Etiquetas: cine, crítica, opciones de cine |
There Will Be Blood es una película dura, deprimente, sucia y sin compasión. Es también quizá una de las mejores películas hechas en mucho, mucho tiempo. Y como se dijo en la entrega de los Oscar, va cargada sobre los hombros de un gigante como es Daniel Day-Lewis.
A finales del siglo XIX, Daniel Plainview (Day-Lewis) descubre petróleo en California. Es su vida, y sabe que para poderlo explotar tiene que usar a la gente. Uno de sus obreros muere en el trabajo, y deja a un bebé huérfano. Lo adopta, pero no por compasión, sino para presentarse como un abnegado padre soltero que presenta a su hijo H.W. (Dillon Freasier) mientras ofrece comprar los terrenos a los pueblerinos. Plainview se entera de una gran cantidad de petróleo en un pueblo llamado Little Boston, y allá se laga -- pero debe competir por el liderazgo del pueblo con el joven pasto evangelista, Eli Sunday (Paul Dano, en un radical alejamiento de su personaje en Little Miss Sunshine). Es un duelo de titanes: la moralidad absoluta contra la amoralidad completa.
Plainview es el lo peor del capitalismo en persona. Él mismo lo dice: "Veo a la humanidad y no veo nada que valga la pena rescatar." Todo lo que le interesa es el dinero, el poder. No importa cuánto tenga, no importa el costo. Trata a su hijo H.W. con cariño, pero se le ve fingido, casi forzado. Y finalmente, eso le está corrompiendo el alma, no importa cuánto Sunday trate de "salvarla". En una escena en una iglesia, Plainview finge arrepentimiento, pero está incluso usando a Dios como un medio para un fin. Es a la vez doloroso y fascinante de ver.
La dirección de este monstruo es de Paul Thomas Anderson, que ya se ha hecho un nombre de sí mismo con Magnolia y Boogie Nights. Pero esta es la película que lo pondrá al lado de grandes, pues está finamente tallada como una escultura posmoderna. Al final puede que no entiendas lo que ves, pero estás seguro que viste algo bueno.
Para Pandillas de Nueva York, Day-Lewis se mudó por un tiempo a mis pesadillas, tal era la maldad que destilaba; aquí se muda a mi conciencia. Se convierte en un ser absolutamente despreciable, el Charles Foster Kane de esta época. Y es que Petróleo... está siendo llamada la Ciudadano Kane moderna, por su parecido en historia de surgimiento de la pobreza a enorme fortuna, pero sin lograr la verdadera felicidad. Pero a diferencia de Kane, Plainview no tiene un trineíto que le recuerde de mejores épocas, por consiguiente nunca hay un contacto con la humanidad. Y Day-Lewis nunca ha hecho un mejor trabajo. Para los que la han visto: ¿saben el discurso que hace sobre construir escuelas y traer el pan? Improvisado. No estaba en el libreto. Absolutamente increíble.
Una mención especial va para Paul Dano, quien además de Eli Sunday también hace de su hermano gemelo Paul, que aparece por quince minutos al principio de la película y nunca más. Originalmente éste iba a ser su único papel en la película, pero por circunstancias del destino terminó haciendo ambos con sólo cuatro días para prepararse para hacer de Eli (comparado con el año que tuvo Day-Lewis). En el fondo, Eli está tan loco como Plainview; pasa que él cree que está haciéndole un bien a la comunidad además de a Plainview. Dano es casi tan impecable como Day-Lewis aquí; fue quizá su juventud o inexperiencia que no le valiera una nominación que sí obtuvo (y ganó) Day-Lewis.
Atención: esta es una película larga y lenta. No tiene momentos de gran acción. Los grandes clímax son pocos y muy espaciados. Pero Don Quijote es larga y compleja, y se ha convertido en un clásico de la literatura. Quizá no tenga la complejidad de Ciudadano Kane, pero Petróleo Sangriento es de esas películas que estará alta en las listas de mejores películas de muchos críticos. Vayan a verla temprano y agradézcanlo después.
A finales del siglo XIX, Daniel Plainview (Day-Lewis) descubre petróleo en California. Es su vida, y sabe que para poderlo explotar tiene que usar a la gente. Uno de sus obreros muere en el trabajo, y deja a un bebé huérfano. Lo adopta, pero no por compasión, sino para presentarse como un abnegado padre soltero que presenta a su hijo H.W. (Dillon Freasier) mientras ofrece comprar los terrenos a los pueblerinos. Plainview se entera de una gran cantidad de petróleo en un pueblo llamado Little Boston, y allá se laga -- pero debe competir por el liderazgo del pueblo con el joven pasto evangelista, Eli Sunday (Paul Dano, en un radical alejamiento de su personaje en Little Miss Sunshine). Es un duelo de titanes: la moralidad absoluta contra la amoralidad completa.
Plainview es el lo peor del capitalismo en persona. Él mismo lo dice: "Veo a la humanidad y no veo nada que valga la pena rescatar." Todo lo que le interesa es el dinero, el poder. No importa cuánto tenga, no importa el costo. Trata a su hijo H.W. con cariño, pero se le ve fingido, casi forzado. Y finalmente, eso le está corrompiendo el alma, no importa cuánto Sunday trate de "salvarla". En una escena en una iglesia, Plainview finge arrepentimiento, pero está incluso usando a Dios como un medio para un fin. Es a la vez doloroso y fascinante de ver.
La dirección de este monstruo es de Paul Thomas Anderson, que ya se ha hecho un nombre de sí mismo con Magnolia y Boogie Nights. Pero esta es la película que lo pondrá al lado de grandes, pues está finamente tallada como una escultura posmoderna. Al final puede que no entiendas lo que ves, pero estás seguro que viste algo bueno.
Para Pandillas de Nueva York, Day-Lewis se mudó por un tiempo a mis pesadillas, tal era la maldad que destilaba; aquí se muda a mi conciencia. Se convierte en un ser absolutamente despreciable, el Charles Foster Kane de esta época. Y es que Petróleo... está siendo llamada la Ciudadano Kane moderna, por su parecido en historia de surgimiento de la pobreza a enorme fortuna, pero sin lograr la verdadera felicidad. Pero a diferencia de Kane, Plainview no tiene un trineíto que le recuerde de mejores épocas, por consiguiente nunca hay un contacto con la humanidad. Y Day-Lewis nunca ha hecho un mejor trabajo. Para los que la han visto: ¿saben el discurso que hace sobre construir escuelas y traer el pan? Improvisado. No estaba en el libreto. Absolutamente increíble.
Una mención especial va para Paul Dano, quien además de Eli Sunday también hace de su hermano gemelo Paul, que aparece por quince minutos al principio de la película y nunca más. Originalmente éste iba a ser su único papel en la película, pero por circunstancias del destino terminó haciendo ambos con sólo cuatro días para prepararse para hacer de Eli (comparado con el año que tuvo Day-Lewis). En el fondo, Eli está tan loco como Plainview; pasa que él cree que está haciéndole un bien a la comunidad además de a Plainview. Dano es casi tan impecable como Day-Lewis aquí; fue quizá su juventud o inexperiencia que no le valiera una nominación que sí obtuvo (y ganó) Day-Lewis.
Atención: esta es una película larga y lenta. No tiene momentos de gran acción. Los grandes clímax son pocos y muy espaciados. Pero Don Quijote es larga y compleja, y se ha convertido en un clásico de la literatura. Quizá no tenga la complejidad de Ciudadano Kane, pero Petróleo Sangriento es de esas películas que estará alta en las listas de mejores películas de muchos críticos. Vayan a verla temprano y agradézcanlo después.
Petróleo sangriento: lo bello del capitalismo
2008-02-25T00:15:00-04:30
Juan Carlo Rodriguez
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