Segundas Vistas: El Artista

jueves, junio 20, 2013 |

artistHora de visitar a un viejo conocido que había causado muy buena impresión la primera vez que nos conocimos. Vamos a ver, si el año en que Hollywood nos regaló sus Oscar más autocomplacientes fueron justificados o no.

Di lo que quieras de El Artista, así sea que no te gustó la primera vez que la viste, que es señal, creo yo, que sólo conoces el nombre “Chaplin” por vagas referencias. Pero hay que admitir que, en la era de ese pensamiento (“¿Blanco y negro? ¿Muda? Mmm, no sé”, fue la reacción cuando invité a verla en el cine), que haya sido el éxito de taquilla que fue, aes admirable. Sí, sus 44 millones de dólares palidecen en comparación a los 381 millones del gran éxito de 2011 (Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte 2), pero considérese que The Artist tuvo un presupuesto de 15 millones. Y era francesa. Y en blanco y negro. Y muda.

Una segunda visita a una película harto conocida te permite captar las sutilezas que a lo mejor no viste antes por estar pendiente de la trama y las actuaciones. Sí, ya lo sabemos: George Valentine, un exitosísimo actor de películas mudas (Jean Dujardin) ve su mundo caerse cuando las películas habladas o “talkies” llegan, algo que una joven estrella, Peppy Miller (Bérénice Bejo), aprovecha al máximo. Pero fíjense con cuidado, y verán cómo el director Michel Hazanavicius inserta sutiles referencias a eventos posteriores, detalles para realzar acciones presentes y homenajes a elementos claves del cine mudo.

El menos sutil de todos es por el que hay que empezar, la mayor razón por la que esta película funciona, claramente basado en la leyenda Douglas Fairbanks: Jean Dujardin. El actor francés de 41 años recién cumplidos destila todo el encanto y carisma de una estrella del viejo Hollywood por todos lados, desde esa ganadora sonrisa hasta sus expresivos ojos y cejas. Ya él era una estrella en su natal Francia gracias a la serie de sátiras de películas de espía OSS 117; ojalá su Oscar por El Artista le traiga todo lo bueno que se merece. Pronto lo veremos junto a Leonardo DiCaprio bajo la dirección de Martin Scorsese en The Wolf Of Wall Street; ¡se rumora que será el protagonista de una biografía de Carlos Gardel!

Igualmente, la franco-argentina Bérénice Bejo tiene el ángel de todas esas jóvenes estrellas de los años 20, tanto que es difícil limitarse a una sola para compararla. Es todas y ninguna en particular; por eso funciona tan bien. Su química con Dujardin da luz a un amor sincero; casi que sentí que Hazanavicius (su esposo en la vida real) debería sentirse celoso. Y sin embargo (spoiler alert) fíjense que no se besan una sola vez en toda la película. Lo más cerca (además del abrazo cercano al final) es la tierna escena donde ella entra en su camerino y juega con su traje (homenaje a la silente 7th Heaven de 1927, donde hay una parecida).

Hablando de esa escena, fíjense en el afiche de una película que se ve en el camerino: The Thief Of His Heart (La Ladrona de Su Corazón). No es coincidencia, pues Hazanavicius insertó varios de estos afiches para realzar la trama en ese momento. También vemos The Lonely Star (Estrella Solitaria) cuando George cruza tristemente una calle, o Guardian Angel justo después de una fatídica subasta. ¿Y al principio, durante la película A Russian Affair, el personaje de Valentine no dice repetidamente “Nunca hablaré", nunca”? Miren el número de la habitación donde luego es hospitalizado: 27. El último éxito de Valentine fue, precisamente, 1927.

Pero es la escena de la escalera, donde George y Peppy se vuelven a encontrar luego de filmar una película juntos, la que dice tanto sobre lo que les espera a ambos. Él está bajando, ella está subiendo. Ella está de blanco, él un sombrío gris. Cuando se despiden, ella le silba, y al voltear, ella baila feliz. Él no puede sino sonreír, encantado. Y al final, una genial escena de danza, en el mismo estudio donde Debbie Reynolds y Gene Kelly ensayaron para Singin’ In The Rain. Y es casi la misma magia. (Más les vale, luego de cinco meses ensayando.)

Y cómo olvidarnos del actor que se roba la película: Jack el perrito. Como nuevo dueño de un perro (mezcla de Jack Russell, como Uggie, con Schnauzer), la presencia de Jack –en realidad interpretado por tres perritos pintados para que parecieran el mismo—me da un nuevo significado a toda la trama. Por supuesto que George (otro spoiler) no iba a morir en el incendio, ni se iba a suicidar al final; porque la gente con perros, menos uno tan encantador como Jack, simplemente no se suicida. No está en su carácter.

image007

Dada la aparente sencillez de El Artista, bien podría un alma cínica descartarla como un empeño en querer vivir de la nostalgia. Pero en realidad, no sólo tiene una hábil manera de contar la historia, hace algo que demasiados pocos cineastas hoy en día no hacen, a menos que su nombre rime con Tristofer Colan: toman un riesgo. Porque ganó cinco Óscares siendo una película contemporánea muda. Y en blanco y negro. Con actores desconocidos. ¿Y ya dije que muda?

Aprovechen y búsquenla, a partir del 16 de junio, por Max.

Mientras tanto, en Internet...

Creative Commons License
El Cine Tuyo, Mío y Vuestro by Juan Carlo Rodríguez is licensed under a Creative Commons Atribución-Sin Obras Derivadas 3.0 Unported License.
Based on a work at jaycersworld.blogspot.com.
Permissions beyond the scope of this license may be available at http://jaycersworld.blogspot.com. Clicky Web Analytics