Argo: El cine también salva vidas

domingo, enero 13, 2013 |

Decir que la carrera de Ben Affleck ha tenido altas y bajas es como decir que la Segunda Guerra Mundial fue un pleito. Se dio a conocer primero como guionista y coestrella de su amigo Matt Damon gracias a su trabajo en Good Will Hunting (que les mereció un Oscar a Mejor Guión Original, gracias) y luego como galán en películas buenas (Chasing Amy, Dogma, Armageddon), mediocres (Daredevil, Pearl Harbor) y malísimas (Gigli). Pero la mayor sorpresa que nos ha dado es que el hombre es un director más que capaz, una tendencia que empezó en 2007 con su adaptación del libro de Dennis Lehane Gone Baby Gone, consolidó en 2010 con The Town y ahora confirma con Argo.


excelente-emocionado[5]Basada en un artículo de la revista Wired de Joshuah Bearman (pueden leerlo aquí), Argo narra la historia verdadera de la crisis de rehenes en Irán, cuando, el 4 de noviembre de 1979,  un grupo de estudiantes entró a la embajada de EEUU en Teherán y tomó de rehenes a los 52 estadounidenses que aún estaban allí, reteniéndolos por 444 días, costándole a Jimmy Carter su reelección como presidente. Lo que no se supo hasta 1997 fue que seis estadounidenses –Mark y Cora Lijek, Joseph y Kathleen Stafford, Robert Anders y Lee Schatz (interpretados por Christopher Denham, Clea Duvall, Scoot McNairy, Kerry Bishé, Tate Donovan y Rory Cochrane)—lograron escapar de la embajada y consiguieron refugio en la residencia del embajador de Canadá. La CIA encargó a un agente, Tony Méndez (el propio Affleck), para buscar la forma de sacarlos de allí con vida.

Para hacerlo, Méndez tuvo un elaborado plan: convencer al Ministerio de Cultura de Irán que estaban allí como parte de un equipo de filmación de una película de ciencia ficción llamada Argo, con la ayuda del maquillador John Chambers (John Goodman) y el productor Lester Siegel (Alan Arkin). Como el director de la CIA Jack O’Donnell (Bryan Cranston) dice en un momento, fue “la mejor mala idea” que tuvieron en ese momento.

A estas alturas puedo decir lo mismo que dije en Twitter: la Academia puede irse a oler. La mayor fuerza de Argo reside precisamente en su dirección, pues Affleck no desperdicia un cuadro en alguna cosa que no sea tensión o llevar la historia adelante, o ambas. Claro, si leen el artículo verán que la cosa no fue tal cual así – esa salida no no estuvo ni cerca tan llena de tensión como se ve en esa última media hora (el propio Méndez así lo dijo)— pero hay que recordar que esto es Hollywood, así que claro que el guionista Chris Terrio tenía que tomarse algunas libertades. Y qué bien lo hizo. Tanto la dirección como la edición de ese clímax final merecen un reconocimiento, que la Academia negó y otorgó, respectivamente.

En cuanto a actuaciones, eso es otro asunto. Affleck nunca me ha parecido un mal actor, aunque no sé si es porque parece tan buena gente. Pero aquí no creo que haya sido el mejor para interpretar a Méndez, sin mencionar que no se le parece tanto (o así opino yo). Es muy blando, y se ve demasiado tenso la mitad del tiempo. Cierto, no es que esté jugando metras, requiere tensión, pero si es un profesional no debería verse tan asustado todo el tiempo.

El resto del elenco varía. Los seis estadounidenses a duras penas tienen que actuar, excepto cuando tienen que actuar que están actuando, así que no creo necesario mencionarlos demasiado, aunque sí hicieron bien su trabajo. Ya yo no puedo separar a Cranston de Walter White; por suerte para él sigue siendo genial en todo lo que hace. Lo mismo para Arkin, quien otra vez se ganó una nominación como Mejor Actor de Reparto por hacer del viejo que no se guarda la lengua para nada y dice ocasionalmente cosas inapropiadas, y Goodman, que lo único es que ha envejecido alguito desde Walter Dobchek, pero sigue siendo excelente.

No, como ya dije, la fuerza de Argo reside tanto en historia y guión como dirección; sus actores hacen un buen trabajo de dejar que sean ellas las destacadas y no arruinan sus papeles en ella. ¿Chances para ganar Mejor Película? Bueno, eh, no. Cierto, al Oscar le encanta un drama histórico, más cuando se trata de una historia tensa y real, pero no está listo para perdonar a Affleck sus trasgresiones como actor. Y ni siquiera el hecho que está producida por George Clooney y Grant Heslov lo ayudó. Menos mal que existen los Premios de la Crítica. Actualización: Y los Globos de Oro.

Mientras tanto, en Internet...

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