In Memoriam: Michael Clarke Duncan (1957-2012)

lunes, septiembre 03, 2012 |

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Hay actores a los que uno siente una afinidad particular, a los que uno siente que uno podría sentarse y hablar con ellos sobre una cerveza, porque se ve que podrían atenderte más allá de un simple autógrafo. Michael Clarke Duncan era uno de esos actores, un gentil gigante que era sencillo para reír y que toda la prensa concordaba que era una persona cálida y amable, amén de un actor que podía ir más allá de lo que su aspecto físico le podía limitar y lo usaba a su favor.

 

Y es por eso que es con mucho dolor que tengo que escribir que Clarke Duncan falleció hoy, según informó su prometida, Omarosa Manigault (sí, la de The Apprentice). El actor estaba hospitalizado desde el 13 de julio, luego que Manigault lo encontró inconsciente y sin pulso en su casa. Llamó al 911 mientras le hizo maniobras de cardiorresurrección, y desde entonces estaba de pronóstico reservado, hasta que, como reportó Associated Press (lo leí en HitFix) finalmente falleció esta mañana.

 

El único problema que yo tenía con Duncan era que su tamaño (medía 1,93 m y llegó a pesar 135 kilos) y su raza le limitaban los papeles que podía hacer. No sorprende que empezó su vida en Hollywood (nació en Chicago, criado por una madre soltera) como guardaespalda de Will Smith y Jamie Foxx. Pero el hombre igual los hacía con aplomo y se notaba que se divertía, bien sea el ayudante de mecánico de Ricky Bobby (Will Ferrell) en Talladeega Nights: The Ballad of Ricky Bobby, el aliado del asesino Matthias (Dwayne Johnson) en The Scorpion King o el general gorila Attar en la versión de El Planeta de los Simios de Tim Burton. Era obvio que la mayoría de sus papeles usaban su tamaño como ventaja, como se ve en The Whole Nine Yards, Armageddon, Sin City y Daredevil. Su profunda e imponente voz, casi tan imponente como él mismo, se escuchaba en Linterna Verde, Kung Fu Panda, Brother Bear o Como Perros y Gatos 2: la Venganza de Pussy Galore.

Pero todos lo recordaremos más como John Coffey, el gigante acusado de asesinar a dos niñas con el don de la sanación en The Green Mile (o Milagros Inesperados), de Frank Darabont. Bruce Willis, quien hizo amistad con él en Armaggedon le recomendó que audicionara, luego de oír que la novela de Stephen King iba a filmarse, advirtiéndole que “iba a tener que actuar”. Y actuar hizo: John Coffey es uno de los personajes más conmovedores que uno pueda ver. La película recibió cuatro nominaciones a los Oscar en 2000, y uno fue como Mejor Actor de Reparto para Clarke Duncan.

 

Lo otro que caracterizaba al hombre era su facilidad para hacer comedia, lo que demostró ampliamente no sólo en Talladega Nights sino en varias apariciones en la serie Two And A Half Men. Se le notaba lo que su agente dijo a la agencia AFP: “Era un gran hombre con un gran corazón y fue un honor y un privilegio para mí representarlo". Yo ciertamente lo voy a extrañar mucho.

Mientras tanto, en Internet...

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