Prometeo: ¿Y para esto esperamos tanto?

sábado, septiembre 29, 2012 |

prometheus_xlgLuego de finalmente ver la película más divisiva del año, como su querido bloguero de cine declaro oficialmente (a) cerrado el verano cinematográfico y (b) en general, con una sola excepción, bastante decepcionante. Me pongo a considerar todas las películas por las que nos estábamos volviendo locos, y para mí por lo menos, sólo The Avengers superó mis expectativas. Todas –todas sin excepción—fueron menos de lo que esperaba. No hubo ninguna verdaderamente mala, pero en comparación a lo que yo esperaba, yo lo llamaría el verano del “meh”. Y mi gente, aunque tiene muchas a su favor, diría que Prometeo es la mayor merecedora de ese calificativo.

 

En su vuelta a la ciencia ficción, el director Ridley Scott (Alien, Gladiador, Blade equis[7]Runner) nos muestra el año 2091, donde la nave Prometeo lleva una expedición científica a un planeta tan lejos de la Tierra que hasta la palabra “lejos” se cansó de tratar de llegar allá. La corporación Weyland, un conglomerado fundado por Peter Weyland (Guy Pearce) acordó soltar el trillón (sí, trillón) de dólares para llevar a la gente que descubrió pictogramas en distintos sitios arqueológicos adorando enormes seres humanoides con un mapa de estrellas que los llevaron a ese planeta.

 

Esa gente son los arqueólogos Elizabeth Shaw (Noomi Rapace) y Charlie Holloway (Logan Marshall-Green), quienes están convencidos que han descubierto a nuestros creadores, los Ingenieros, los llaman. Están acompañados por, entre otros, una fría y distante mujer de negocios llamada Meredith Vickers (Charlize Theron), el rudo capitán del Prometeo, Janek (Idris Elba) y un androide llamado David (Michael Fassbender). Están a unto de encontrar por las malas que hay una razón por la que los orígenes de la vida deberían permanecer un misterio.

 

Desde el principio, Prometeo se presenta como esta grandiosa y profunda épica que va a explorar lo que significa ser humanos, pero lo que en realidad percibí es ese chamo que se ganó un viaje a la ópera y se leyó algunos libros antes para tener algo de qué conversar. El guionista Damon Lindelof –porque yo también le echaré a él la mayor parte de la culpa de esta película—comete el mismo error que cometió en Lost: nos presenta con una serie de intrigantes preguntas para al final dejarnos, bien sea sin respuestas o diciendo, “¿Ah?” Quisiera darles ejemplos, pero en muchos casos constituyen un spoiler; sólo digamos esto: si ya sabías que iba a haber una secuela, ¿por qué no decirlo desde el principio? Porque ya a mitad de camino, sabes que esta película está planeada ara ser la primera de muchas. O la versión del director da más respuestas.

 

De lo que no nos podemos quejar son de los efectos y de la fotografía, a cargo del veterano Dariusz Wolski (Piratas del Caribe). Las solas escenas iniciales, filmadas en Islandia a lo largo de tres semanas, son más hermosas que el 90% de las películas que salieron este año, y todo se siente orgánico y real, algo que le agradezco siempre a Scott, que ha sabido trabajar los gráficos computarizados de una manera sutil, aún cuando sabes que lo son, y siempre ha preferido efectos prácticos. Y eso sí, el hombre sabe dirigir tanto una escena de acción como una de tensión. Sigue siendo una joya como director; lo que necesitamos es juntarlo con mejores guionistas (que creo que ya hizo).

 

En cuanto a los actores, no creo que estén conscientes que son personas que en muchos casos hacen decisiones sumamente estúpidas (¿quitarse un casco en una cueva en un planeta alienígena? ¿Jugar con un animal desconocido? Brillante) así que simplemente hacen lo mejor que pueden. Theron es la más competente entre las actrices, jugando a la Reina del Hielo con efectividad y mostrando rastros de humanidad cuando lo necesita; de verdad que esta mujer ha superado su increíble belleza para demostrar que puede actuar. Rapace le sigue, pero honestamente no es que tenga mucho que hacer, más allá de los horrores que debe ver y experimentar. El elenco de actores, por su parte, son casi desechables, incluso Elba, que es el más reconocido (¿de dónde es ese acento, por cierto?). El único que se distingue, de nuevo, es Fassbender, que se tiene la suficiente mezcla de intriga y compasión para ser a la vez fascinante y perturbador como el androide David. Pearce aparece al principio brevemente en un terrible maquillaje de anciano, así que trato de no mencionarlo, pero parece un mal clon de Benjamin Button.

 

Tú sólo recuerdas que esto se supone es un precuela a Alien cuando ves los uniformes de los ingenieros y una escena justo antes de los créditos, pero eso la verdad funciona en su contra, principalmente porque no es tan efectiva. Lo que mejor puedo decir de Prometeo es que es un intento válido por retornar a la ciencia ficción inteligente de la que tenemos tan pocos ejemplos hoy en día. Que también sea un intento fallido, es otra cosa; prefiero mil veces ver Moon que esta. A ver si con la segunda parte –porque oh sí, vendrá una segunda—nos va mejor.

Mientras tanto, en Internet...

Creative Commons License
El Cine Tuyo, Mío y Vuestro by Juan Carlo Rodríguez is licensed under a Creative Commons Atribución-Sin Obras Derivadas 3.0 Unported License.
Based on a work at jaycersworld.blogspot.com.
Permissions beyond the scope of this license may be available at http://jaycersworld.blogspot.com. Clicky Web Analytics