Pacific Rim: Enlázate con esta. Pero YA

domingo, julio 14, 2013 |

pacific_rim_ver3Tengo que decirlo de una vez y ya: Pacific Rim  es mi película favorita del verano. Si ustedes encontraron más corazón o la pasaron mejor con alguna otra película este año, díganme con cual y les diré que están equivocados. En serio es así de buena.

¿Ah necesitan más? Bueno un recuento. En un futuro ni tan cercano, un abismo se ha abierto en el fondo del Océano Pacífico de donde salen gigantescos monstruos que llaman “kaiju” (“bestia extraña” en japonés) y arrasan con San Francisco, Cabo y Manila. Al ver que venían en oleadas, todos los gobiernos del mundo finalmente se pusieron de acuerdo y consolidaron un programa de robots de veinte pisos de alto llamados jaegers (alemán para “cazador”), pilotados por dos humanos enlazados mentalmente por lo que llaman “el Puente”, y empezaron a derrotar a los kaiju. Pero claro, estúpidos humanos se confiaron, y los kaiju empezaron a evolucionar y a derrotar jaegers. Ahora decidieron que la solución es construir el Muro de la Vida para proteger las ciudades costeras que quedan.

excelente-emocionado[5]Uno de los obreros en el Muro de la Vida es Raleigh (Charlie Hunman, de la serie Sons Of Anarchy), un ex piloto de jaeger que cinco años atrás perdió a su hermano (Diego Klattenhoff) en una batalla. Pero es llamado a la acción nuevamente por el mariscal Stacker Pentacost (Idris Elba), líder de los pilotos jaeger que ha tenido que ver cómo la burocracia decide quitarle el enchufe a su programa. Stacker tiene un  plan para acabar con la amenaza kaiju de una vez, y necesita tanto a Raleigh como a Mako Mori (Rinko Kukichi, nominada al Oscar por Babel), una científico y aspirante a piloto que tiene una razón propia para combatir los monstruos. Ellos y los jaegers sobrevivientes esperan ser la última defensa de la humanidad para, como dice Stacker, CANCELAR EL APOCALIPSIS.

Michael Bay quizá vea esta película y en su oscuro y superficial corazón de mierda sentirá algo parecido a la envidia que su ego no lo dejará reconocer. No se equivoquen, Transformers esto no es excepto en la parte que hay robots gigantes involucrados. Bay no tiene idea de hacer otra cosa más que apelar a lo más básico del ser humano, crear espectáculo para el chico de universidad con una cerveza en la mano y gritar “¡Marico arrechísimoooo!”. Guillermo del Toro, en cambio, me hizo sentir como un niño, ese que corría del colegio para sentarse a ver a Mazinger Z, a Ultramán, al Vengador, al Gladiador. Porque el mexicano sí tiene corazón y se lo sabe inyectar a sus personajes; a ti te importa todos y cada uno de los que salen en pantalla, incluso al que es una plasta al principio. Cierto, no hay una historia notablemente desarrollada para cada uno, pero sí hay suficiente para que te importen. Hasta el eterno de Del Toro, Ron Perlman (Hellboy), tiene una aparición relativamente breve como un contrabandista de partes de kaiju, hace poco más que gruñir y reclamar e igualmente te hace reír y te encanta.

Del Toro y su guionista Travis Beacham, responsable de la historia también, tienen buenos detalles con la manera en que funciona toda la tecnología: mientras más cercanos sean los pilotos, más fuerte será el enlace. No sólo Raleigh y su hermano, sino que hay un jaeger chino pilotado por trillizos, uno ruso pilotado por hermanos y uno australiano por un equipo de padre (Maxc Martini) e hijo (Robert Kasinzy). Entonces sabes que escoger el copiloto no puede ser cualquier cosa y hay drama involucrado. Claro, el drama entre Stacker y Mako es lo que no me convenció del todo, pero bueno, igual funciona. Y las batallas… chamo, las batallas. Otra vez muy a diferencia de Transformers, Del Toro echa la cámara para atrás y te permite ver qué está pasando, y su director de fotografía Guillermo Navarro hace que todo se veía bellísimo, inspirado en cuadros como “El Coloso" de Goya y “La Gran Ola de Kanagawa” de Hokusai.

Añádele a eso que no hay una actuación floja. Sí, el combo de Charlie Day y Burton Gorman como dos científicos haciendo del elemento cómico puede ponerse ladilla en algún momento, pero en seguida mejora y no dura tanto como para reclamar. Hunnam, sorprendemente, me pareció mucho más flojo; creo que cualquier tipo intenso y con pinta de piloto pudo hacer este papel. Rinko, en cambio, sí es excelente; dulce y a la vez intensa. Sí me gustó que la relación entre ellos dos no fuera un romance sino una camaradería, y su química era convincente. Elba sí es impresionante; no cualquiera puede vociferar una frase directo al colectivo. De por sí, este hombre es de los pocos que puede estar en una película que da pena y nunca dar pena él.

Todos juntos hacen escenas de tanta emoción y tal “bad-asserie” que tienes que aguantar las ganas de levantarte y gritar “hurra”. Del Toro es fiel a su costumbre y hace que puedas sentir cada batalla como algo real, en especial la climática bajo el agua. Aquí no hay la frialdad de un montón de robots computarizados, aquí sientes que hay seres orgánicos luchando por tu futuro. Sí, TU futuro. Del Toro y compañía crearon un mundo donde yo por lo menos no puedo esperara a volver a visitar.

Mientras tanto, en Internet...

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