Plasma de Miércoles E86: Babe (1995)
miércoles, julio 20, 2011 | Etiquetas: cine, cine en casa, clásicos, comedia, Plasma de Miércoles |
Cuando veo el trailer para The Zookeeper, la nueva película protagonizada por Kevin James y muchos actores dándole sus voces a varios animales, además de lamentarme por el estado de Hollywood, donde todo debe ser idiotizado para ser vendido, me hace recordar una época en que una cuerda de animales parlanchines no era visto como un truco para poner niños en el cine y los adultos se mueren de aburrimiento. (¿O son los niños los que cambiaron?) Hasta lograron ser nominadas a mejor película. Obviamente, la primera película que viene a mente es Babe.
El estoico granjero Hoggett (James Cromwell) se gana un pequeño cerdito cuya madre es llevada al matadero. Es tan pequeño que lo pone con Fly (voz de Miriam Margoyles), la atenta perra ovejera, muy al descontento de Rex (Hugo Weaving). Curioso, cariñoso y educado al extremo, tanto como es inocente, Babe (Christine Cavanaugh) pronto hace muchas amistades entre los animales de la granja, pero un solo destino le aguarda a todos los cerdos de la granja –algo que Babe parece evitar cuando, por ver de cerca a Fly y a Rex, empieza a pastorear gallinas y hasta ovejas, con un poco de ayuda de la veterana Maa (Miriam Flynn). ¿Será que este cerdito no debe ir al matadero? Cuando además pones la narración a cargo del veterano actor Roscoe Lee Browne y pones cada interludio a abrir con tres ratoncitos cantantes, se puede ver por qué la película es tan encantadora.
Varias cosas sorprenden de Babe. La primera es que el guión fue coescrito por su director Chris Noonan (haciendo su debut en el cine luego de dirigir mucha televisión australiana) y el también productor George Miller, quien para ese entonces se había hecho famoso por Mad Max (luego haría Happy Feet), una sangrienta y violenta historia distópica que muy poco se parecía a la felicidad para la familia que sería esta película. Pero además, creo que una película así no debería funcionar, como demostró su secuela de 1998 Babe: Pig In The City, que no tuvo ni la mitad de aceptación que su predecesora. ¿Una película sobre animales parlanchinas que no es una comedia? No, pero sí es una película con mucho corazón, sin estar hecha para chamos sino para toda la familia. La combinación de las imágenes afines a una historia de Madame Potter (no es coincidencia, creo yo, que la siguiente película de Noonan haya sido una sido una película sobre la vida de la autora) y la elegante narración de Browne la hacen sentir casi como un cuento de hadas moderno, sin mencionar el alto grado de prosa que puede estar en la narración, más acorde a una película de Merchant Ivory tipo The Remains of the Day que a una sobre un cerdito que habla. Supongo que la novela en que está basada (The Sheep-Pig, por Dick King-Smith) debe ser un muy efectivo cuento para dormir; ¡imagino que el padre la seguirá leyendo mucho después que el hijo ya durmió!
Combina eso con dos geniales actuaciones, primero por el propio Cromwell, siempre una elegante y casi majestuosa adición a cualquier elenco, incluso como un humilde granjero, y Magda Szubanski como su esposa, comiquísima sin caer en el cliché ni de ignorante matrona ni de dominante bruja. De hecho, son estas actuaciones lo que reflejan lo más importante que tiene Babe: en ningún momento es condescendiente con su público, nunca cae en facilisimos para sacar sonrisas. Insólito, una película para chamos que depende de las personalidades de sus personajes y en la historia que cae, algo que hasta Pixar no siempre ha hecho (me estoy basando en la reacción inicial a Cars 2). Es una delicia de película que además es una inspiración a seguir tu camino sin importar cuántos te digan que no puedes hacerlo. Fueron siete nominaciones al Oscar muy bien ganadas (incluyendo Mejor Película). Y es cierto, Braveheart era la grandiosidad, la escala épica, pero en cuanto a buen cine, vean Babe y díganme cuál era la superior.
(Por cierto, sigo el consejo de Roger Ebert cuando reseñó Babe: casi simultáneamente con ella, se estrenó otra película sobre un cerdito parlanchín llamada Gordy que es todo lo que Babe no es. Evítenla.)
NOTAS CURIOSAS
El estoico granjero Hoggett (James Cromwell) se gana un pequeño cerdito cuya madre es llevada al matadero. Es tan pequeño que lo pone con Fly (voz de Miriam Margoyles), la atenta perra ovejera, muy al descontento de Rex (Hugo Weaving). Curioso, cariñoso y educado al extremo, tanto como es inocente, Babe (Christine Cavanaugh) pronto hace muchas amistades entre los animales de la granja, pero un solo destino le aguarda a todos los cerdos de la granja –algo que Babe parece evitar cuando, por ver de cerca a Fly y a Rex, empieza a pastorear gallinas y hasta ovejas, con un poco de ayuda de la veterana Maa (Miriam Flynn). ¿Será que este cerdito no debe ir al matadero? Cuando además pones la narración a cargo del veterano actor Roscoe Lee Browne y pones cada interludio a abrir con tres ratoncitos cantantes, se puede ver por qué la película es tan encantadora.
Varias cosas sorprenden de Babe. La primera es que el guión fue coescrito por su director Chris Noonan (haciendo su debut en el cine luego de dirigir mucha televisión australiana) y el también productor George Miller, quien para ese entonces se había hecho famoso por Mad Max (luego haría Happy Feet), una sangrienta y violenta historia distópica que muy poco se parecía a la felicidad para la familia que sería esta película. Pero además, creo que una película así no debería funcionar, como demostró su secuela de 1998 Babe: Pig In The City, que no tuvo ni la mitad de aceptación que su predecesora. ¿Una película sobre animales parlanchinas que no es una comedia? No, pero sí es una película con mucho corazón, sin estar hecha para chamos sino para toda la familia. La combinación de las imágenes afines a una historia de Madame Potter (no es coincidencia, creo yo, que la siguiente película de Noonan haya sido una sido una película sobre la vida de la autora) y la elegante narración de Browne la hacen sentir casi como un cuento de hadas moderno, sin mencionar el alto grado de prosa que puede estar en la narración, más acorde a una película de Merchant Ivory tipo The Remains of the Day que a una sobre un cerdito que habla. Supongo que la novela en que está basada (The Sheep-Pig, por Dick King-Smith) debe ser un muy efectivo cuento para dormir; ¡imagino que el padre la seguirá leyendo mucho después que el hijo ya durmió!
Combina eso con dos geniales actuaciones, primero por el propio Cromwell, siempre una elegante y casi majestuosa adición a cualquier elenco, incluso como un humilde granjero, y Magda Szubanski como su esposa, comiquísima sin caer en el cliché ni de ignorante matrona ni de dominante bruja. De hecho, son estas actuaciones lo que reflejan lo más importante que tiene Babe: en ningún momento es condescendiente con su público, nunca cae en facilisimos para sacar sonrisas. Insólito, una película para chamos que depende de las personalidades de sus personajes y en la historia que cae, algo que hasta Pixar no siempre ha hecho (me estoy basando en la reacción inicial a Cars 2). Es una delicia de película que además es una inspiración a seguir tu camino sin importar cuántos te digan que no puedes hacerlo. Fueron siete nominaciones al Oscar muy bien ganadas (incluyendo Mejor Película). Y es cierto, Braveheart era la grandiosidad, la escala épica, pero en cuanto a buen cine, vean Babe y díganme cuál era la superior.
(Por cierto, sigo el consejo de Roger Ebert cuando reseñó Babe: casi simultáneamente con ella, se estrenó otra película sobre un cerdito parlanchín llamada Gordy que es todo lo que Babe no es. Evítenla.)
NOTAS CURIOSAS
- Babe es la combinación de 48 cerdos Yorkshire maquillados acordemente y un doble robot. Se usaron tantos por lo rápido que los cerdos crecen.
- Cuando lo recibió, James Cromwell hojeó el libreto para ver cuántas líneas de diálogo tenía. Al ver que no tenía muchas (171 palabras de diálogo, 61 cantadas), estaba seguro que sería una película bien sencilla. Lo que no sabía es que estaría más en pantalla que todas sus películas anteriores. Eso sí, su trabajo le valió una nominación a Mejor Actor. Y se volvió vegano después de esta película.
- Habían 56 entrenadores para 1.000 animales en el set.
- Esta fue una obra de amor de diez años para el productor George Miller.
Plasma de Miércoles E86: Babe (1995)
2011-07-20T08:02:00-04:30
Juan Carlo Rodriguez
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