Tan bueno el charco... y le cayeron sapos (Una Abuela Virgen)

sábado, marzo 10, 2007 |


Venezuela es un país farandulero. Acá tenemos muy buenos actores, y gente muy buena actuando, y aún más gente que está MUY buena y cree estar actuando. Por eso es que el principal producto de exportación, después del petróleo, son las telenovelas.

Ahora, el cine venezolano... bueno esa es otra historia. Tenemos una larga tradición de películas, desde La Balandra Isabel Llegó Esta Tarde (1950) hasta Secuestro Express (2005), pasando por clásicos como Oriana (1985), Yakóo (1986?) y Macu, La Mujer Del Policía (1987), junto con otras menos recordables. Aunque se ha hecho mucho cine en el país, muchas películas han pasado literalmente debajo de la mesa. No es porque nos falte talento, pero las películas del cine venezolano se han dividido en tres: las históricas (normalmente las mejores), con un gran escenario y hermosa fotografía; las policíacas, donde hay mucho plomo, mucha sangre y MUCHA grosería; o las cómicas, donde hay mucha mujer en bikini, mucho enredo y MUCHA grosería. Y lo peor es que las policíacas son las que dominan la oferta cinematográfica, y Dios qué malas pueden ser. ¿Macu? Mala. ¿El pez que fuma? So-so. ¿Y las otras? Ustedes díganme: ¿se acuerdan de Agua Que No Has De Beber? ¿Domingo De Resurrección? Yo sí, por las actrices en traje de baño (Marisela Buitrago en la primera, alguna otra en la segunda. Y no se lo pierdan, los protagonistas de la segunda eran Juan Manuel La Guardia ("Full Chola") y Carmen Julia Álvarez. Pero divago.

Yo me había reconciliado con el cine venezolano hace un par de años cuando Enrique Lazo presentó Borrón y Cuenta Nueva (2003), una genial comedia que a la vez criticó cualquier cantidad de cosas de la sociedad. Y volví a tener esperanzas cuando vi Secuestro. Pero después vino La Abuela, y...

Miren, no quiero ser injusto. Primero, hay que apoyar el cine que hacemos para que siempre se haga algo mejor. Segundo, la película en cuestión no es mala de por sí. Es la historia de un trompetista (Iván Tamayo) que toca una misteriosa nota durante una pea, que resucita a una señora de 80 años en su cuerpo de 20 (Daniela Alvarado) . La "niña" en cuestión va a buscar a su nieta (Marlene De Andrade), que tiene serios problemas en su vida, a la vez que trata de evadir a un huraño ángel (Antonio Deli) que tiene orden de matarla para restaurar orden en el universo.

Hay momentos bien divertidos, lo admito, pero la historia se queda corta en varios momentos que trata de ponerse a discutir temas profundos. Lo que no puedo discutir es lo genial de la actuación de Daniela Alvarado, que es una auténtica joya de actuación para el país. Marlene De Andrade está ahí nada más que para dar una cara y un cuerpo y unas cuantas tetas, y Antonio Deli nunca me ha convencido como actor. Que se quede como "voice over". Lo divertidísimo fue ver a Carlos Coste (sí, el de Aló Ciudadano) actuando. ¡Y hasta bien lo hace!

Mientras tanto, en Internet...

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