En 2008, un joven director inglés participó en el Reto de 48 Horas SCI-FI LONDON. La directiva: tenía que escribir, filmar y editar una película de ciencia ficción que incluyera una botella de líquido rojo o verde con el diálogo “Se me requiere realizar esta labor hasta que la complete; sus órdenes no desactivan nada”. Este es el resultado. ¿El nombre del joven cineasta? Gareth Edwards, quien luego dirigió Monsters, la nueva Godzilla y, para 2016, el primer “spinoff” de La Guerra de las Galaxias.
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